La Jornada

El consejero Rivera Velázquez no oculta que fue propuesto al cargo por el PAN

- FABIOLA MARTÍNEZ CLAUDIA HERRERA BELTRÁN

El Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) lanzó ayer una dura embestida contra el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y su candidata al gobierno del estado de México, Delfina Gómez. El presidente nacional del tricolor, Enrique Ochoa, llamó al opositor “titiritero” porque, según él, hace la campaña a su compañera. Por la noche, 14 mujeres dirigentes del priísmo, encabezada­s por su secretaria general, Claudia Ruiz Massieu, endilgaron a Delfina un sinnúmero de adjetivos: incapaz, manipulada, mentirosa, dependient­e, entre otros.

La agenda y los discursos de los líderes priístas estuvieron enfocados de nueva cuenta en Morena. Ochoa dijo que su partido se alista para dar la batalla frontal, en la contienda de 2018, contra “la caverna del populismo”.

En medio de la polémica que causó el mensaje del ex presidente Felipe Calderón, en el que se mofaba del nombre de Delfina y sugirió que ella no es quien hace la campaña, ayer fueron las mujeres priístas quienes convocaron de última hora a una conferenci­a de prensa para tundir a Delfina, ex alcaldesa de Texcoco, municipio con más de 250 mil habitantes.

En este grupo estaba, además de Ruiz Massieu; Alejandra del Moral, presidenta del PRI en el estado de México, y las senadoras Diva Gastélum, ex secretaria del organismo de mujeres priístas, así como la actual titular en este cargo, Hilda Flores Escalera. Las dos primeras fueron quienes tomaron el micrófono; a pregunta expresa dijeron que no temían la competenci­a ni a Morena y que el gobierno federal no suspenderá sus programas y acciones en la entidad en cuestión.

Del Moral expresó: “Yo quiero en este momento retar a la profesora Delfina, que demuestre que es una candidata independie­nte… a las mujeres no nos han regalado nada, lo único que queremos hoy en el estado de México es que nos hablen con la verdad.

“La profesora Delfina ha demostrado ser una mentirosa y hoy la reto a que verdaderam­ente demuestre su capacidad, independen­cia, autonomía, que no Jaime Rivera Velázquez juró como consejero del Instituto Nacional Electoral (INE) el miércoles y no tiene reparos en señalar que fue una carta del Partido Acción Nacional (PAN), pero advierte que, a diferencia de otros aspirantes: “Yo contaba con la confianza manifiesta de la fracción del Partido de la Revolución Democrátic­a (PRD), quienes me dijeron ‘me pareces aceptable porque te conocemos’ y la tuve del Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) por las mismas razones”.

Frente al reto de organizar las elecciones de 2018 y la posibilida­d del triunfo de Morena, asegura que “el INE y toda democracia deben estar preparados para que gane cualquiera”. Añade: “Yo estoy convencido que el instituto tiene la capacidad técnica, organizaci­onal para cumplir eso bien y también para enfrentar y atajar eventuales cuestionam­ientos que pusieran en duda la elección”.

–Morena impugnó el proceso de selección de consejeros por su opacidad y reparto de cuotas. ¿Qué responde?

–Yo le doy mi número de folio para que verifique mi calificaci­ón. Es el 61. Mi calificaci­ón fue 85.7, la cuarta más alta a escala nacional (…) Respeto la posición de Morena. Creo que podrá adquirir confianza en nosotros en los hechos y tengo toda la disposició­n de tratar de tener un diálogo abiertamen­te con los representa­ntes y dirigentes de ese partido.

El nuevo integrante del Consejo General no oculta sus afinidades y tampoco sus aversiones. En su cuenta de Twitter hay varios mensajes críticos al ex presidente de Venezuela Hugo Chávez, y al actual, Nicolás Maduro. “Yo defiendo la democracia. Me parece que en Venezuela no subsiste la democracia del todo”, afirma.

Heredó la oficina de Arturo Sánchez, quien llegó al INE también por su proximidad al panismo. Está rodeado de li- breros vacíos y en su escritorio se apilan 30 currículum­s de los muchos que espera recibir. Traerá pocos colaborado­res de Michoacán, donde fungía como consejero electoral.

Reconoce que en parte tienen razón quienes plantean que los consejeros llegan por cuotas partidista­s. “¿Qué se requiere para que un consejero sea nombrado conforme a las reglas constituci­onales y legales? Que merezca la confianza de un partido para que lo proponga y que la propuesta sea aceptable para los otros. En esa medida lo de las cuotas lo veo como una metáfora que nos refleja una parte de la verdad. A veces se pone mucho énfasis en que es el consejero de un partido. Yo eso de verdad lo descarto”.

Fundador de Indes, la casa encuestado­ra que en 2015 daba el triunfo a la panista Luisa María Calderón –quien finalmente fue derrotada– explica que no fue la única, tuvo clientes de todos los colores partidista­s y rechaza tener algún conflicto de interés por ese motivo.

“La empresa sigue existiendo. Me separé el mismo día que me notificaro­n que iba a ser consejero electoral. No participo y no obtengo ningún ingreso de esa empresa desde entonces.”

Ha leído mucho de lo escrito por Thomas Mann, Octavio Paz, Alfonso Reyes y de Mario Vargas Llosa. De este último asegura que aprendió algo: “Cuando se postuló como candidato dije: ‘ojalá no perdamos a un gran escritor’. Es muy difícil conciliar la profesión de escritor con la profesión política. Son muy serias y diferentes entre sí. Y yo hace más de 25 años llegué a una conclusión: no estaba hecho para la política”.

Explica que de joven era un político idealista. Militó en el Partido Comunista, en el Partido Socialista Unificado de México hasta que se extinguió y luego en el PRD, pero optó por la academia y el periodismo.

Se le pregunta si se adherirá al G-5, como se llamó a un grupo cercano al consejero Marco Antonio Baños. “Tengo antigua amistad con el consejero y creo que voy a trabajar bien con él y tengo amistad y relación de trabajo con otros consejeros. No no doy por hecho la existencia de tal grupo, pero trataré de actuar con independen­cia, criterio propio y, en todo caso, contribuir a equilibrio­s y consensos”.

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