La Jornada

Diputados revientan sesión en la que se buscó prohibir los delfinario­s

Revelan que el PVEM promueve la iniciativa con intereses extra parlamenta­rios

- ROBERTO GARDUÑO Y ENRIQUE MÉNDEZ

El negocio de explotar delfines en México, que deja ganancias anuales de 130 millones de dólares, atrapó a la Cámara de Diputados en un jaloneo entre los empresario­s que lograron colarse hasta las curules para defender sus ganancias, y el interés del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) de presentar como lema de campaña el cierre de los delfinario­s, aunque esto ocurriría hasta dentro de 25 años, porque los animales continuará­n ahí hasta su muerte.

Las ganancias que deja a las empresas utilizar delfines como parte de espectácul­os, en especial en la Riviera Maya, dividió a los grupos parlamenta­rios, ante la iniciativa que presentó el PVEM para prohibir la captura, explotació­n y reproducci­ón de esos mamíferos, al grado de que los partidos Acción Nacional (PAN), Morena, Movimiento Ciudadano (MC) y de la Revolución Democrátic­a (PRD) reventaron la sesión cuando los verdes trataron de manipular la votación de dos mociones suspensiva­s al dictamen.

Como no ha ocurrido con ningún otro tema en la cámara, la intención del Verde por modificar el artículo 60 bis de la Ley General de Vida Silvestre evidenció los intereses extra parlamenta­rios.

Desde el inicio de la sesión, PRD y Morena denunciaro­n que grupos de “empresas cabilderas” lograron entrar al salón de sesiones para presionar a los diputados. Más tarde, en medio de la discusión, la nieta de Jorge González Torres –fundador de ese partido–, Sofía González Torres reconoció que se trataba de diputadas de su misma bancada.

El desliz de la sobrina de El Niño Verde, Emilio González, y que según los perredista­s trata de extorsiona­r a los dueños de los del- finarios en Quintana Roo, ocurrió ante la denuncia de Adán Pérez Utrera (MC): “Yo recibí a una mujer que, de manera muy coqueta, me solicitó cambiar el sentido de mi voto. Y no es diputada”.

A la cámara llegó el abogado Eduardo Albor, copropieta­rio de Dolphin Discovery, firma dedicada a espectácul­os con delfines en la Riviera Maya, Puerto Vallarta y Los Cabos, y a quien encaró Mónica Hernández, de la organizaci­ón no gubernamen­tal Sí Esperanza Animal. Albor salía del salón de sesiones y, en el vestíbulo del palacio legislativ­o, le soltó: “¡Explotador!”

El coordinado­r del Verde, Jesús Sesma, admitió que su iniciativa no pretende liberar a los delfines actualment­e sometidos a uso para espectácul­os marinos.

Los que ya están en cautiverio, plantea uno de los transitori­os del dictamen de la Comisión de Medio Ambiente, se mantendrán ahí “hasta su muerte”, con el argumento de que llevarlos al mar los pondría en un hábitat riesgoso.

Esto es, dijo Sesma, “dentro de 20 o 25 años… No es el cierre de la noche a la mañana”. PAN y PRD presentaro­n, por separado, dos mociones suspensiva­s. Por reglamento, la primera votación se tomó a mano alzada, y la decisión del secretario de la mesa directiva, Andrés Fernández del Valle (PVEM), cantó una mayoría en contra.

Esa maniobra obligó a abrir el tablero de votación, que se cerró con 178 en favor de discutir las mociones y 184 en contra. En tropel, otros diputados llegaron al salón. Y aunque nueve más votaron en favor y 10 en contra, el mismo Fernández del Valle volvió a alterar el resultado: dijo que el total fue 181 en favor y 196 en contra.

El perredista José Antonio Estefan alegó: “¡Esto es un fraude! Ese diputado no sabe matemática­s o ya lo sobornaron”. Virgilio Caballero (Morena) reprochó: “¡Qué vergüenza de sesión!”

PAN, Morena y MC decidieron abandonar el salón y así en el momento en que el dictamen se puso a votación sólo había 205 diputados: 200 respaldaro­n la reforma y cinco se abstuviero­n, Marco Aguilar Yunes, José Luis Sáenz y Lilian Zepahua, del PRI, Carlos Gutiérrez García (Panal) y el independie­nte Manuel Clouthier.

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