Impune, la muerte de dos activistas en Hidalgo, dice López Obrador
Instruye al comité de su partido a acudir a la CIDH
Andrés Manuel López Obrador instruyó al comité del partido Morena en Hidalgo a presentar una queja ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) contra el gobierno estatal, que encabeza el priísta Omar Fayad Meneses, por el ‘‘tortuguismo’’ en las investigaciones para someter a proceso penal a los responsables de los asesinatos de los activistas Fredy Cruz Martínez y Alan Giovani Gutiérrez Contreras, ocurrida el pasado 5 de enero en Ixmiquilpan, durante un enfrentamiento entre opositores al gasolinazo y la policía estatal, y por las ‘‘omisiones’’ de las autoridades para esclarecer el doble homicidio.
López Obrador encabezó ayer en la Plaza Juárez, en Pachuca, la firma del Acuerdo Político por la Unidad, la Prosperidad y el Renacimiento de México. Ahí consideró ‘‘muy lamentable que no se castigue a los responsables de la represión de Ixmiquilpan, donde hace tres meses perdieron la vida dos personas’’.
Además, se refirió a la visita del sacerdote Alejandro Solalinde a Samuel Castro, empresario encarcelado acusado de supuestamente asesinar a un obrero. Dijo que respaldaba todas las acciones del religioso y anunció que buscará al titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, para que exija al gobierno de Hidalgo que acate una recomendación emitida en 2014, en la cual se piden sanciones a funcionarios de la procuraduría estatal por violaciones al debido proceso de Castro.
Al acto de López Obrador acudieron los ex priístas Julio Menchaca, ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de Hidalgo, y Nabor Rojas, así como el secretario general del Partido de la Revolución Democrática, Encarnación Ortiz, y el ex alcalde de Tula Ricardo Baptista, a quienes los asistentes abuchearon.
‘‘Le dijo –porque ella misma lo declaró– que tenía que hacer algo el gobierno de Estados Unidos, porque podía ganar la izquierda en México.”
En ese sentido, el secretario de Seguridad Nacional estadunidense declaró que si ganaba la izquierda en México, era malo para Estados Unidos, pero ‘‘que se sepa: en muchas ocasiones, lo que es malo para ellos es bueno para nosotros, pero ojalá se rectifique’’ y no intervengan en asuntos internos.
Tras insistir en que buscará una relación de cooperación, aseveró que con el cambio en el modelo económico, que aumentaría el ritmo de crecimiento, los mexicanos que ahora migran por necesidad, ya no lo tendrán que hacer, porque encontrarán empleo en su tierra.
López Obrador –quien omitió toda referencia al PRD, algunos de cuyos dirigentes centraron la víspera sus discursos en su contra– aseguró que aunque el proyecto que encabeza atenderá a las personas en pobreza, porque –reiteró su lema de campaña presidencial anterior–, ‘‘primero los pobres’’, dijo que se se trata también de un proyecto para las clases medias, a quienes ofreció no incrementar impuestos, así como para pequeños y medianos empresarios, involucrados en el modelo de desarrollo económico.
Se pretende instrumentar el esquema impulsado en su gobierno al frente de Ciudad de México, en donde por cada peso de inversión pública hubo 30 de inversión privada. Con ello, afirmó, se podría ofrecer empleo y educación a los 2.6 millones de ninis, con una inversión de 110 mil millones de dólares. Podrán decir que es mucho, dijo, pero si se considera que tan sólo por cancelar la corrupción se ahorrarían 500 mil millones de dólares, sobrarían recursos para otros proyectos.