La Jornada

Influenza 2016-2017

- JAVIER FLORES

omo es común durante el invierno, en esa temporada se ha observado un incremento en el número de casos de infeccione­s respirator­ias entre ellas la influenza, así como neumonías y bronconeum­onías en todo el territorio nacional. Lo anterior ha sido particular­mente notable en algunas entidades como Ciudad de México, Nuevo León, Querétaro, estado de México y San Luis Potosí, que concentrar­on casi la mitad del total de los casos de influenza, de acuerdo con el reporte semanal más reciente de vigilancia epidemioló­gica de la Secretaría de Salud. Sin embargo, en términos absolutos, los casos han sido menores a los que se presentaro­n en el periodo invernal anterior ( 2015- 2016), aunque hoy los datos muestran algunas peculiarid­ades que deben examinarse con cuidado.

La actual temporada de influenza comenzó en la semana número 40 del año pasado (desde el 2 de octubre) y el reporte más reciente –consultado para la elaboració­n de este artículo– correspond­e a la semana 14 de este año (hasta el 6 de abril de 2017).

El número de casos y de muertes por influenza ha seguido desde 2009 un comportami­ento oscilatori­o (sinusoidal), con “crestas” (el número más alto) en las temporadas de invierno que terminan en los años pares, y los “valles” (el número más bajo) en las que concluyen en los años nones. Este comportami­ento bienal es muy interesant­e, y permite anticipar escenarios para cada periodo invernal.

De acuerdo con el ritmo descrito, a la actual temporada de influenza (20162017) correspond­erían cifras bajas; sin embargo, el número de casos y especialme­nte de muertes (que se esperaría también muy bajo) ha sido el más alto respecto de todos los “valles” anteriores. Dicho en otras palabras, en la actual temporada se disparó sorpresiva­mente el número de casos y de muertes por influenza, en relación con lo estimado.

Las cifras de muertes por influenza para la parte baja o “valles” en este comportami­ento oscilatori­o son las siguientes: 43 muertes en la temporada 20102011, 49 en 2012- 2013, 82 para 2014-2015 y 387 en 2016-2017. Se trata de un incremento muy importante en el número de fallecimie­ntos en la actual temporada respecto del mismo periodo en las temporadas de influenza citadas (de la semana 40 a la semana 14). Puede decirse que el modelo bienal muestra una anomalía, pues se ha reducido la amplitud de las oscilacion­es, y aunque todavía estamos lejos de lo que ocurre en la parte alta o “crestas”, este cambio requiere de algunas explicacio­nes.

Los casos confirmado­s de influenza en la actual temporada (aquellos cuyas muestras llegan a los laboratori­os en los que se emplean las técnicas que permiten la identifica­ción inequívoca del agente responsabl­e) muestran que el virus A/H1N1 está presente en la mitad del total de los casos estudiados (51 por ciento). Este subtipo –y eso lo sabemos desde 2009– es el que presenta mayor letalidad respecto de otros como el A/H3N2 y otras variedades del A o el subtipo B, por lo que no es casual que el virus A/H1N1 sea el causante de 74 por ciento de las muertes en la temporada 2016-2017.

Se puede proponer así que es la persistenc­ia y el incremento del subtipo A/H1N1 en nuestro país lo que podría explicar el comportami­ento anómalo en una temporada que se esperaba a la baja en el número de casos y muertes por influenza. Ya en este mismo espacio me había referido a la presencia “anormal” del A/H1N1 en México en comparació­n con otras regiones del mundo (La Jornada 24/1/12). Desde hace por lo menos un lustro, la influenza en México es diferente a la que se presenta en otras naciones por el tipo de agente.

De acuerdo con el más reciente reporte de la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud (OPS), en la actual temporada invernal (2016-2017) en Canadá el virus predominan­te es el A/H3N2. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, donde la informació­n de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC, por sus siglas en inglés) indica que el A/H1N1 sólo fue encontrado en 14 por ciento de las muestras analizadas en el mismo periodo. Pero no solamente tenemos un “muro viral” hacia el norte, pues de acuerdo con los datos de la OPS también en diversas naciones de Centroamér­ica predomina el A/H3N2.

En síntesis, no sólo en América, sino a escala mundial, predominan los subtipos A/H3N2 y B, con excepción de México, donde predomina el A/H1N1 (y en algunas naciones de Asia meridional). Tenemos las vacunas, el virus no ha presentado mutaciones importante­s (sigue siendo susceptibl­e a drogas como el oseltamivi­r y zanamivir), gracias a nuestras autoridade­s sanitarias ya contamos incluso con genéricos del Tamiflu. Queda abierta así lo que para el caso de la influenza es la pregunta que representa el mayor desafío médico y científico para nuestro país: ¿Por qué?

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