La joven esgrimista Natalia Botello espera que su carrera siga en ascenso
El repiquetear de las medallas colgadas en el cuello tras cruzar la puerta de la sala de llegadas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México provocó que la voltearan a ver. Algunas personas se acercaban para preguntar que quién era “la niña que sonreía tanto”. Natalia Botello, con el oro y los dos bronces que ganó en el Mundial de Bulgaria, en la categoría juvenil y cadetes, estaba radiante: levantaba y besaba los preciados metales que le dio la esgrima.
Llegó con la selección y sus compañeras Kin Escamilla y Abigail Valdez, quienes también ganaron el tercer lugar por equipos en el sable, se formaron para tomarse la foto. Faltó Julieta Toledo, ya que se quedó en España para seguir compitiendo.
De ojos achinados y con frenos en los dientes, la tijuanense, de 14 años, está feliz por los resultados y espera que su carrera siga en ascenso para estar en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, los certámenes internacionales y por qué no, también pensar en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, los Panamericanos de Lima 2019 y la justa veraniega de Tokio 2020, porque “es el sueño de todo deportista, debo seguir preparándome y estar allí”.
Mide 1.65 y pesa 58 kilogramos; aunque ha competido en Copas del Mundo, no esperaba ganar el título juvenil contra sablistas de más edad y altura que ella, como la griega, a la que venció en la final tras remontar un 39, luego se acercó 13-14 y le asestó dos toques para dejarla tendida. Así, una mexicana se coronó por primera vez en la historia de la esgrima mundial.
No sólo eso, relata la bajacaliforniana, pues dejó en el cami- no a una rusa, a quien ya conocía, pero esta vez la derrotó.
Con picardía, Botello reveló que la medalla que más le agradó fue la obtenida por equipos, “porque le ganamos a Estados Unidos”, mientras Kin y Abigail movían la cabeza afirmando lo dicho por la triple medallista mundial.
El entrenador Alain Tandron consideró que la sablista ha tenido excelentes resultados en tres años, tiempo que tiene practicando la esgrima, desde que fue campeona nacional infantil en la Olimpiada Nacional, categoría que está por desaparecer y que frenará la base de las selecciones.