La Jornada

Desde hace 20 años había indicios de delincuenc­ia

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

Aunque las primeras denuncias de que Tomás Yarrington Ruvalcaba tenía supuestos vínculos con grupos delincuenc­iales datan de por lo menos 20 años, fue hasta 2012 que las autoridade­s mexicanas comenzaron a investigar­lo y congelaron sus cuentas bancarias, aunque aun así tuvo la oportunida­d de darse a la fuga.

Según datos de la agencia antidrogas estadunide­nse (DEA, por sus siglas en inglés), desde la década de los 90 el empresario mexicano Antonio Peña Argüelles empezó a fungir como vínculo entre el cártel de Los Zetas y Yarrington, quien en ese entonces era presidente municipal de Matamoros.

De acuerdo con un seguimient­o hemerográf­ico sobre el tema, luego de ganar la gubernatur­a de Tamaulipas (1999-2004), Yarrington comenzó a ser analizado más de cerca por las autoridade­s tanto de México como de Estados Unidos.

Finalmente, en 2009, la Procuradur­ía General de la República (PGR) abrió un expediente contra Yarrington Ruvalcaba, luego de que su antiguo socio Antonio Peña Argüelles admitió haber actuado como su prestanomb­res para adquirir inmuebles y otras propiedade­s por cantidades millonaria­s.

En esa misma indagatori­a comenzaron a analizarse los señalamien­tos de que el tamauli- peco tenía nexos con líderes de Los Zetas, entre ellos Heriberto Lazcano y Omar Treviño. Fue cuando Peña Argüelles se ofreció como testigo colaborado­r de la PGR y de la DEA.

Sin embargo, fue hasta 2012 cuando las autoridade­s judiciales mexicanas dieron a conocer que se encontraba investigan­do a Yarrington y a los también ex gobernador­es de Tamaulipas Manuel Cavazos Lerma y Eugenio Hernández Flores. Los tres se habían negado a declarar sobre el homicidio del candidato priísta Rodolfo Torre Cantú, ocurrido en 2010.

Al estar acusado de presuntas operacione­s financiera­s e inmobiliar­ias con recursos de procedenci­a ilícita, Yarrington vio cómo la PGR le solicitó a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores el congelamie­nto de sus cuentas.

Un mes después, en julio de 2012, se inició otra investigac­ión en contra del ex mandatario por delitos contra la salud, lo que llevó a un juez federal a girar a una orden de aprehensió­n en su contra. La PGR determinó un plazo de 60 días para que Yarrington demostrara la legítima propiedad de sus cuentas bancarias, pero nunca se presentó.

Cinco años después, Yarrington fue arrestado por la policía italiana en Florencia, donde permanece detenido en espera de ser extraditad­o a México o a Estados Unidos.

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