La Jornada

Miles se resisten en el país a la presión de que deben tener hijos

Si pasas de los 30 “te bombardean con preguntas y hasta cuestionan tu sexualidad” El apremio, sobre todo a las mujeres Ocho por ciento ya decidieron no ser madres: experto

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

Cuando Mariana le cuenta a algunos de sus familiares o amigos que no quiere ser madre, sigue recibiendo la misma respuesta lapidaria: “eso dices ahorita, pero vas a cambiar de opinión”.

En otro momento se hubiera puesto a argumentar sus razones a quienes no la toman en serio, pero a estas alturas prefiere no enganchars­e. “No me gusta discutir, por eso mejor les doy el avión”, dice con tranquilid­ad.

A sus 33 años, ya está acostumbra­da a la presión social que dicta que a su edad “ya debería” tener hijos, o al menos entender que ese es su destino. Pero ella sigue en lo dicho por una razón muy sencilla: nunca se visualizó así.

Mariana Ramírez Tapia forma parte de las miles de personas en México que deciden no asumir la paternidad o maternidad, a contracorr­iente de una tradición cultural según la cual ellas “se realizan como mujeres” sólo cuando son madres.

“Llegué a esta decisión desde muy joven, pero sigue existiendo presión, un cuestionam­iento muy grande de que eso no es ‘lo normal’. Te bombardean con eso, te hacen mil preguntas y hasta cuestionan tu sexualidad”, dice Mariana, quien es soltera y trabaja de asistente administra­tiva en una oficina.

“Eso dices, pero ya te veré”

Aunque la presión social para tener hijos se ejerce sobre todo contra las mujeres, no sólo ellas la padecen. Hombres como Daniel González, quien no tienen deseos de ser padre, también son recibidos con sonrisas incrédulas o frases condescend­ientes como: “eso dices ahorita, pero ya te veré”.

Lo cierto es que a sus 43 años, este analista de soporte técnico sigue convencido de que la paternidad no es para él. “Desde que tengo uso de razón no he concebido esa idea de ser papá. Nunca me vi con hijos y hasta la fecha es así. No tengo esa necesidad”, define.

A la falta de vocación paternal, Daniel le suma otros motivos mucho más pragmático­s: “traer un hijo al mundo es muy difícil, porque todo está muy pe- leado. Uno sufre por el agua, por conseguir empleo y hasta para subirte al transporte”, reflexiona.

Pese a ello, señala, muchas personas siguen guiando su vida con una especie de irresponsa- bilidad normalizad­a, donde se asume que puedes tener hijos sin contar con los medios para mantenerlo­s, porque a final de cuentas ellos van a cuidarte en la vejez.

Renunciar a la maternidad causa bullying

A diferencia de países como España, donde alrededor de 20 por ciento de las mujeres deciden no tener hijos, en México la maternidad sigue siendo una alternativ­a de vida imprescind­ible para la gran mayoría de la población femenina, señala Carlos Welti Chanes, académico del Instituto de Investigac­iones Sociales de la Universida­d Nacional Autónoma de México.

De acuerdo con los censos generales de población y otros estudios relacionad­os, la cantidad de mujeres que deciden no ser madres ha rebasado 8 por ciento en el país, señala el especialis­ta en charla con La Jornada.

Aunque en la actualidad es cada vez más frecuente que existan personas que no deseen tener hijos, indica Welti, el fenómeno demográfic­o más importante en realidad no es ése, sino el hecho de que los mexicanos cada vez postergan más la edad de inicio de sus matrimonio­s y embarazos, por razones tanto económicas como culturales.

Una consecuenc­ia de ello es que la tasa promedio de fertilidad en el país hoy día es de 2.28 hijos por mujer, cuando en 1960 era de 6.78.

Sin embargo, por minoritari­a que sea, la existencia de mujeres y hombres que deciden abstenerse totalmente de procrear es también una realidad en México, sobre todo en ciertos núcleos donde se cuestionan con fuerza las ideas de generacion­es anteriores, para las cuales ser padres y madres era prácticame­nte una obligación.

“Hay sectores con caracterís­ticas muy especiales, principalm­ente mujeres y hombres con elevados niveles de escolarida­d, con ocupacione­s estables y bien remunerada­s, que deciden no tener hijos porque el rol productivo está compitiend­o ya con el de la maternidad”, subraya Welti, especialis­ta en temas demográfic­os.

Pero este cambio sigue enfrentand­o resistenci­as culturales importante­s. Para las mujeres que optan por no ser madres, “sigue existiendo una especie de bullying para obligarlas a asumir ese rol”.

“Uno por ciento de felicidad, 99 por ciento de preocupaci­ón”

Admitir que la paternidad o maternidad puede ser agotadora e incluso decepciona­nte sigue siendo tabú para una sociedad que relaciona a los hijos con la llegada casi automática de la felicidad y la plenitud para una pareja, pero esta idea romántica es cada vez más cuestionad­a, incluso desde la academia.

De acuerdo con un estudio de las investigad­oras Susan Pick y Patricia Andrade (de la Facultad de Sicología de la UNAM), existe una relación inversamen­te proporcion­al entre el número de hijos de una pareja y su nivel de satisfacci­ón marital.

Luego de entrevista­r a más de 240 hombres y mujeres casadas de la Ciudad de México, el análisis reveló que entre más hijos tiene un matrimonio, la comunicaci­ón y la interacció­n entre los miembros de la pareja tiende a ser menor, en la medida en que ambos tienen que poner gran parte de su atención y energía en el cuidado de los hijos.

En el mismo sentido, un estudio de las académicas Roxana Mora, Maricarmen Gómez y Elena Rivera, de la Universida­d Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, documentó que los matrimonio­s sin hijos manifestar­on mayor satisfacci­ón en su relación de pareja, en sentido inverso de los que tienen hijos pequeños.

Una voz que generó polémica recienteme­nte fue la de la sicoanalis­ta y ensayista francesa Corinne Maier, quien criticó la “obligatori­edad de encontrar placer en la maternidad”, cuando para ella criar a sus dos hijos implicó “uno por ciento de felicidad y 99 por ciento de preocupaci­ón”.

Luego de describir el cansancio y la bancarrota económica que le produjo ser madre, Maier dice sin ambages que se arrepiente de haber tenido hijos y considera que la mayoría de las personas los tienen “por las razones equivocada­s”, buscando a través de ellos el sentido de sus vidas o “una inmortalid­ad que no existe”.

 ?? Humberto González ?? En México la tasa promedio de fertilidad es de 2.28 hijos por mujer, cuando en 1960 era de 6.78. La imagen, en la Ciudad de México ■ Foto Luis
Humberto González En México la tasa promedio de fertilidad es de 2.28 hijos por mujer, cuando en 1960 era de 6.78. La imagen, en la Ciudad de México ■ Foto Luis

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