BOMBAS DE TIEMPO CIRCULAN EN CARRETERAS
Hace cinco años, el 12 de abril de 2012, un profesor de la Facultad de Economía de la UNAM y cinco estudiantes de segundo semestre, perdieron la vida porque una de las cajas de un tráiler de doble remolque se impactó contra el autobús en el que viajaban a realizar una práctica de campo. Veinte jóvenes resultaron heridos y una joven profesora perdió un brazo.
En ese momento, sobreponiéndonos al dolor, varios profesores y estudiantes de la UNAM, padres y madres de familia, solicitamos a las autoridades universitarias que exigieran al gobierno federal y al Congreso de la Unión se prohibiera la circulación de estos vehículos en las carreteras nacionales, como se hace en otros países. Señalamos en ese momento que además se impulsara la recuperación de los ferrocarriles como el transporte idóneo de carga, porque es más seguro e incluso más económico. No se nos hizo caso, y como bien nos dice el editorial de La Jornada, estos transportes son un peligro mortal: hoy lamentamos la muerte de 24 integrantes de una familia que salía a disfrutar de sus vacaciones y cuyo autobús en que viajaban fue embestido por un doble remolque.
Por medio de esta misiva reiteramos nuestra demanda a las autoridades universitarias, en primerísimo lugar Enrique Graue, rector de nuestra máxima casa de estudios, para que encabece una campaña para la prohibición de estas bombas de tiempo que circulan en las carreteras del país. Que ese sea el tributo a Paulo Scheinvar Akcelrad, querido profesor de nuestra facultad, y a los estudiantes Blanca Leticia Hernández, Daniela Bárcenas Flores, Gilberto Octavio Santiago Barrios, María Fernanda Alvarado Arroyo y Axel Humberto Escalona Islas, quienes siempre serán recordados por nuestra comunidad académica.