LAMENTA UNA TRAGEDIA MÁS EN UNA CARRETERA
El terrible accidente en la autopista Siglo XXI entre el autobús de turismo y una pipa de doble remolque repleta de combustible refleja por enésima ocasión la irresponsabilidad del gobierno federal, concretamente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que encabeza Gerardo Ruiz Esparza, pero también de los acuerdos legislativos que lideran los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, los cuales favorecen cínicamente a los intereses económicos de la clase empresarial y no a la ciudadanía que utiliza la red carretera nacional. Una tragedia más que ensombrece a familias que sólo transitaban para disfrutar de los días festivos.
Yo he platicado en comederos de carretera con choferes de tráilers sobre sus jornadas y lo que cuentan es abominable, pues les dan recorridos muy largos sin ayudante, porque sus patrones les dicen que eso encarece el servicio, y les dan plazos cortos para entregar la mercancía, por lo que manejan en condiciones extremas. Además, las unidades muchas veces ya no están en condiciones óptimas. Esta situación debe modificarse ya y volver al ferrocarril de carga y de pasajeros, a fin de bajar el tráfico pesado en las carreteras. No debe privilegiarse más a una clase empresarial voraz y abusiva que genera sus utilidades a costa de la seguridad de los ciudadanos. que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo a los ex hacendados, quienes se asentaron en tierras indígenas en otro despojo ancestral; los especuladores financieros simulan juicios y pleitos caseros entre ellos para poder lavar sus escrituras.
Es necesario detener estos juicios y la especulación de terrenos sueltos en los que ancestralmente vivieron comunidades indígenas como San Nicolás Totolapan y San Mateo Tlaltenango (cuya merced de tierras de 1534 abarca hasta lo que hoy es Villa Verdún), por sólo citar dos de ellas. Permitir que se siga lucrando en esta ciudad con las tierras comunales por prestanombres imprecisos y abogados es dejar que los despojos se concreten. Recuerdo aquí la ex hacienda de Eslava, cuyas tierras fueron repartidas entre diversos familiares –y reconocidas como suyas por las comunidades–, quienes aún quieren pelear por ellas, pero en el pleito “casero” entre inmobiliarias, grupos de empresarios y funcionarios de los gobiernos federal y de Ciudad de México se están arrebatando públicamente en los medios de paga. Tizoc (1957), ya que éste fue proporcionado por el Museo de la Indumentaria Mexicana, de la colección del maestro Luis Márquez Romay, como aparece en los créditos de la ficha técnica de la película.