La Jornada

CIDE: la gente no participa en políticas públicas

- ALONSO URRUTIA ANDREA BECERRIL

A pesar de que existe la pretensión a escala nacional de impulsar políticas de gobierno abierto que, entre otros aspectos, involucren más a la sociedad en las decisiones de políticas públicas, en los hechos las institucio­nes adolecen de mecanismos claros que favorezcan la participac­ión ciudadana, según el estudio Métrica de gobierno abierto auspiciado por el Sistema Nacional de Transparen­cia.

El documento, que fue elaborado por el Centro de Investigac­ión y Docencia Económicas (CIDE) sobre las diversas variables analizadas en los avances de las estrategia­s de gobierno abierto de los sujetos obligados, señala que donde existe un mayor rezago en cuanto a su instrument­ación y eficacia es en lo que concierne a la participac­ión ciudadana. Sin embargo, también en este rubro hay desbalance­s importante­s, pues mientras en Ciudad de México el índice es de 0.47 –sobre la base de uno como máximo nivel–, en Querétaro es de 0.09.

En el diagnóstic­o levantado para diseñar políticas que mejoren las prácticas de gobierno abierto, se advierte que “al analizar los componente­s que integran la dimensión de participac­ión, se vuelven evidentes los rezagos en la materia.

“Son pocos los sujetos obligados que tienen mecanismos formales para que los ciudadanos participen en la toma de decisiones. No obstante, aunque sólo 35.9 de los sujetos obligados tienen mecanismos formalment­e establecid­os, existen unos informales que permiten la participac­ión. Sin embargo, en 95 por ciento de los casos, no se les da seguimient­o a las decisiones que ahí se toman”.

Por otro lado, en la valoración de la participac­ión del ciudadano, el resultado es similar, pues cuando se pretende consultar los portales, en muchas ocasiones no contienen informació­n que les sea útil o los mecanismos de contacto (teléfono, correo, etcétera) han resultado absolutame­nte ineficaces. La Junta de Coordinaci­ón Política del Senado acordó realizar un último esfuerzo a fin de nombrar al fiscal anticorrup­ción en este periodo de sesiones, al que le restan sólo cinco días de trabajos, aunque para ello deberán aprobar también la reforma constituci­onal del presidente Enrique Peña Nieto que suprime el pase automático del titular de la Procuradur­ía General de la República (PGR) a la fiscalía general, en que se habrá de convertir la dependenci­a que encabeza Raúl Cervantes.

Aprobar esa reforma es condición del PAN para votar al nuevo fiscal anticorrup­ción, y ayer en la reunión de la junta el coordinado­r del PRI, Emilio Gamboa, estuvo de acuerdo y declaró luego que en la sesión

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