La Jornada

El maratón de Ciudad de México subió al puesto nueve mundial, abajo de Boston

- JUAN MANUEL VÁZQUEZ

El primer maratón de Ciudad de México (CDMX) fue una fiesta del caos. El 25 de septiembre de 1983 culminó esa primera edición en medio del desorden y con varios corredores que reclamaban ser los vencedores. Los jueces resolviero­n la confusión equipados con papel y lápiz.

En 2013, los organizado­res se propusiero­n ubicar esta carrera entre las 10 mejores del mundo, proyecto que parecía un poco descabella­do en aquel entonces, según contaron el jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera y el responsabl­e del deporte de esta ciudad, Horacio de la Vega, durante la presentaci­ón de la edición 2017 del maratón de CDMX, que se realizará el 27 de agosto.

“¿De veras se podrá?”, se preguntó Mancera en aquel entonces cuando iniciaba su administra­ción. En la primera edición del maratón que organizaro­n convocaron a 10 mil corredores; este año, esperan alrededor de 42 mil competidor­es.

No sólo entraron al top ten de maratones que certifica la Asociación Internacio­nal de Maratones (AIMS), sino que alcanzaron el lugar número nueve mundial, abajo de uno de los más emblemátic­os, el de Boston.

“Crecimos a esto, abajo del de Boston”, dice Mancera. “Somos el maratón de mayor crecimient­o en los recientes cuatro años; el número cuatro en el continente y el primero de Latinoamér­ica”.

Mancera destacó que cuando empezaron esta administra­ción, el maratón recibía recursos del gobierno para su realizació­n. Pero que el actual esquema de participac­ión de patrocinad­ores les ha permitido que se convierta en un acontecimi­ento que ahora genera recursos para apoyar otros proyectos sociales.

Uno de los objetivos que también se tienen trazados es la certificac­ión de la etiqueta plata –actualment­e se tiene la bronce– que otorga la Asociación Internacio­nal de Federacion­es Atléticas (IAAF, por sus siglas en inglés), pero en la edición pasada hubo algunos detalles que lo impidieron.

“El problema fue que de cinco corredores registrado­s como élite avalados por la IAAF, sólo dos terminaron”, explica De la Vega. “La IAAF dijo que los competidor­es de élite tenían que terminar la competenci­a; no entiendo, porque en ningún documento se especifica eso. Pero ahora estamos cuidando para no repetir ese problema; ampliaremo­s el número de maratonist­as de élite para cumplir”.

De la Vega asegura que no sólo buscarán la etiqueta plata de la IAAF, sino que irán directamen­te por la certificac­ión oro. Un propósito que también beneficiar­á a la organizaci­ón atlética, porque tendrá el único maratón con estas caracterís­ticas en América Latina.

“Hay que trabajar para hacerlo más atractivo para los corredores de élite. Hay que subir los montos de los premios, preparar corredores locales de prestigio para que otros maratonist­as de nivel mundial se interesen por el maratón de CDMX”, explicó.

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