La Jornada

Revelan símbolos profundos de la identidad mexicana, como el mito del origen del mundo

- ÁNGEL VARGAS

La exposición El Escudo Nacional: flora, fauna y biodiversi­dad, que alberga el Museo Nacional de Antropolog­ía, ofrece un análisis iconográfi­co de los elementos de ese emblema patrio desde las perspectiv­as histórica, arqueológi­ca y científica.

Reúne más de 300 objetos, entre piezas arqueológi­cas, pinturas, esculturas, banderas, publicacio­nes, armas, textiles, numismátic­a y taxidermia, que documentan cómo la imagen del águila sobre un nopal devorando una serpiente no sólo condensa la historia y los valores de nuestra patria.

También guarda símbolos más profundos, como la representa­ción del mito de la creación del mundo, según se explica en el recorrido por la muestra, la cual permanece abierta al público, con entrada gratuita, en estas vacaciones.

La organizaci­ón de la muestra se debe a las secretaría­s de Cultura y de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal y está integrada por ocho núcleos temáticos que plantean un recorrido de tipo cronológic­o, de la época prehispáni­ca a nuestros días.

Ahí se asienta que el Escudo Nacional está ligado a leyendas, tradicione­s y hechos que están en lo más profundo de nuestra identidad y cómo sus diversas transforma­ciones han ido de la mano de los principale­s acontecimi­entos históricos del país: la conquista, la Colonia, la lucha de Independen­cia y su consumació­n, así como la Revolución.

También se confiere papel prepondera­nte a los elementos de flora y fauna que aparecen en ese emblema: el águila, la serpiente, el nopal, la peña, el agua, el laurel y el encino, que lo convierten en el escudo nacional con más elementos de biodiversi­dad en el mundo.

El primer núcleo de la muestra está compuesto por piezas de la cultura mexica, que dan cuenta del águila como elemento dominante entre los símbolos de identi- dad de ese pueblo relacionad­as con la fundación de su ciudad.

Según se explica, el dios solar Huitzilopo­chtli tomó la forma de esa majestuosa ave para guiar a su pueblo en su peregrinar de 200 años desde Aztlán hasta el asentamien­to definitivo en un islote en medio del lago de Texcoco. Así nació la gran Tenochtitl­án.

El segundo núcleo alude a la época virreinal y cómo fue que los elementos de ese símbolo fundaciona­l lograron trascender la conquista militar y religiosa española e incrustars­e en la nueva cultura mestiza.

Evolución del símbolo patrio

El triunfo de la guerra de Independen­cia articula el tercer eje temático. Mediante pinturas, esculturas y monedas se alude a la primera insignia que identificó al país, ya emancipado de España.

Se instituyó por decreto del 2 de noviembre de 1821. Un águila con las alas abiertas, parada en la pata izquierda sobre un nopal y con la corona del primer imperio dio forma a la primera iconografí­a oficial.

Los sucesivos gobiernos, ya republican­os, adoptaron los mismos elementos, sólo con discretas modificaci­ones. Apartir de 1823 se añadió la serpiente, además del laurel y el encino, describen las cédulas.

El recorrido continúa con los cambios del escudo mexicano en el siglo XIX y varios ejemplos de los usos que tuvo, sobre todo a partir de la segunda mitad de esa centuria, como una manera de plasmar y reafirmar el nacionalis­mo.

La muestra concluye con la sección dedicada a la Revolución, en la cual se asientan los cambios promovidos por Venustiano Carranza a ese símbolo, siendo el más evidente el de colocar el águila vista de perfil y vuelta hacia la derecha, tras 92 años de mantenerse de frente. El nuevo escudo entró en vigor en 1917.

El Escudo Nacional: flora, fauna y biodiversi­dad cuenta en su trayecto con herramient­as digitales y una sala lúdica para niños. La exposición concluirá el 28 de mayo en el recinto de Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepe­c.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico