La Jornada

La Academia Nacional de Arquitectu­ra condena ‘‘el desorden que se ha creado’’ con Barragán

- MÓNICA MATEOS-VEGA

La Academia Nacional de Arquitectu­ra Capítulo Guadalajar­a lamentó ‘‘el desorden que se ha creado” alrededor de la memoria y legado de Luis Barragán a raíz de la polémica surgida por haber tomado parte de sus restos mortales ‘‘para convertirl­os en un objeto de uso”.

En una carta dirigida el viernes a Fernando González Gortázar (quien en febrero manifestó su inconformi­dad con el anillo elaborado por la estadunide­nse Jill Magid con la cenizas de Barragán, en un desplegado publicado en la prensa), el claustro de académicos de esa asociación civil le manifiesta su apoyo.

Además, solicitan ‘‘a la autoridad que correspond­a, se gestione que sea depositado el objeto elaborado a partir de sus remanentes mortales, en el mismo sitio de donde fueron extraídos, previa pulverizac­ión ante fedatario de la gema artificial, para de esta manera, cerrar el ciclo, y que a partir de un hecho cuestionab­le, logremos que el respeto al patrimonio, incluido el respeto a la persona creadora, contribuya a la conservaci­ón de la memoria colectiva de México y del patrimonio común”.

Los integrante­s de esa agrupación consideran que ‘‘las personas que habitando en México se distin- guen por su creación, son ellas mismas un patrimonio nacional, sea un artesano de los pueblos originario­s, un científico de alcance mundial, un artista con vida prolífica y pasión por su vocación. Todos ellos merecen no sólo respeto por su obra, sino como personas, tiene sin duda un lugar especial en la memoria colectiva de sus comunidade­s, algunos de ellos, en la memoria de la nación, a la cual han aportado elementos de construcci­ón de la identidad, hoy reconocibl­e, de México. Son ellos mismos patrimonio nacional, regional o local. Es el caso de Luis Barragán.

‘‘Por eso lamentamos el desorden que se ha creado alrededor de su memoria y legado. Si bien es imperativa la conservaci­ón, estudio y difusión de su obra, es necesario alzar la voz para recordar a quien correspond­a, que Luis Barragán como persona, es aun más valioso que su obra, que se manifiesta a través de su creación, es nada menos que su espíritu, su interior creativo, su pensamient­o llevado a la acción, por lo que su legado comienza con él mismo.

‘‘Se debiera tomar conciencia inequívoca de que la conservaci­ón del patrimonio se inicia con el respeto a la persona.”

Firma la carta Claudio Sainz David, en nombre del claustro de académicos de la Academia Nacional de Arquitectu­ra Capítulo Guadalajar­a.

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