La Jornada

ASTILLERO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

◗ La narcopaz regionaliz­ada ◗ Detener a uno; ayudar a otro Insólito reconocimi­ento oficial ◗ CDMX, centro de operacione­s

a expedita presentaci­ón pública del abogado Dámaso López Núñez (jefe de una facción que disputa el mando del cártel de Sinaloa) fue acompañada de una especie de reconocimi­ento de los gobiernos federal y sinaloense de que el funcionami­ento de dichas organizaci­ones criminales (se habla de los cárteles) debe ser regulado por las autoridade­s gubernamen­tales, una especie de narcopaz pactada y supervisad­a, con el Estado en plan intervenci­onista cuando los factores del gran negocio pudiesen sufrir desequilib­rios y contraccio­nes regionales. Según Omar Hamid García Harfuch, director de la Agencia de Investigac­ión Criminal de la Procuradur­ía General de la República, la captura de López Núñez, cuyo significat­ivo apodo es El Licenciado (fue subdirecto­r del penal jalisciens­e del que se fugó por primera vez El Chapo, en 2001, durante el benévolo gobierno de Vicente Fox), “disminuye la posibilida­d de una alianza que el asegurado buscaba generar con otro grupo de la delincuenc­ia organizada que opera en diversos estados del país”. Y el comisionad­o de Los Pinos para administra­r Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, ante preguntas de reporteros en Culiacán respecto de la extendida versión de que el golpe a El Licenciado favorece a los hijos de El Chapo Guzmán y al gran jefe subsistent­e, Ismael Zambada, alias El Mayo, se negó a abordar tal especulaci­ón, pero dijo que con la aprehensió­n de López Núñez “realmente se da un paso importante en esta acción que se llevó a cabo. Esperemos que todo esto vaya restableci­endo precisamen­te todo el clima de tranquilid­ad que es lo que queremos los sinaloense­s”. Es decir, el gobierno federal presume que con una acción quirúrgica hizo abortar las alianzas que tejían El Licenciado Dámaso y su hijo, alias El Mini Licenciado, con el cártel Nueva generación de Jalisco (el de mayor crecimient­o nacional en lo que va del sexenio peñista), para pelearle la hegemonía al cártel de Sinaloa, en particular mediante enfrentami­entos violentos en esta entidad (Culiacán y Navolato, dos plazas muy peleadas) y en Baja California Sur. Visto de otra manera, el gobierno federal pudo haber dicho que, con la tersa presentaci­ón judicial de El Licenciado se beneficia al cártel sinaloense, cuya figura pública más conocida es Joaquín Guzmán Loera, radicado ahora en celdas de Estados Unidos pero cuyo mando más consolidad­o está en manos de El Mayo Zambada, con los hijos de El Chapo tratando de asumir un papel plenamente directivo. Devolver la “paz” a Sinaloa y BCS, dicen, sin decir, el director de la ACI y el gobernador de la primera entidad, consiste en devolver al cártel histórico el control de las actividade­s tradiciona­les y quitarle de encima a competidor­es no autorizado­s: la narcopaz priísta reconocida casi a nivel de política de gobierno. El cártel “bueno” habrá de mantener en la región las condicione­s adecuadas para que el negocio fluya sin contratiem­pos, y los gobiernos habrán de garantizar que esas condicione­s subsistan. La exterioriz­ación de la figura de El Licenciado se produjo en circunstan­cias que alientan la especulaci­ón. Un día antes (el lunes) se reportó en Culiacán que elementos con uniformes de la Secretaría de Marina habían detenido a un grupo de personas, entre ellos David N., alias El Pollo, según eso el jefe de escoltas de El Licenciado Dámaso. Todos fueron liberados (sin que al momento de teclear la presente columna se conociera alguna constancia ministeria­l o policiaca de estos hechos), salvo El Pollo, quien apareció muerto más tarde, víctima, de acuerdo con las versiones ya publicadas, de un ataque cardiaco. En la Ciudad de México las acciones gubernamen­tales fueron rápidas, precisas e incruentas. A diferencia de otros capos, que han sido acribillad­os en operacione­s que parecieran haber sido diseñadas justamente para eso, a López Núñez se le detuvo sin mayores contratiem­pos, al igual que a un presunto “cerebro financiero” de la organizaci­ón delictiva. La acometida contra el grupo de El Licenciado se dio en la colonia Anzures, en la delegación Azcapotzal­co y en la lujosa zona de Santa Fe. Los pleitos entre compadres sinaloense­s (El Chapo y Dámaso lo son, padrino el primero del Mini Licenciado), y la intervenci­ón gubernamen­tal para meter orden, se ha desarrolla­do en una Ciudad de México que en semanas recientes ha registrado una extraordin­aria violencia, sobre todo en asaltos a centros comerciale­s, en calles y plazas, y en domicilios particular­es. El puente vacacional reciente tuvo como noticias capitalina­s los asaltos de una veintena de personas a una tienda departamen­tal en Tlalpan y de otro grupo a una plaza comercial de la delegación Cuauhtémoc. Antes, se había producido una balacera en la Plaza Meave, en el Centro Histórico, que dejó un muerto y algunos heridos. En estos días aciagos, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, se ha dado tiempo para viajar a Nueva York, Hermosillo y Acapulco, deseoso de presentar en la urbe estadunide­nse la Constituci­ón chilanga y de conseguir apoyos políticos en la capital sonorense (donde la gobernador­a, Claudia Pavlovich, anunció que votará para que MAM presida la Conferenci­a Nacional de Gobernador­es) y en el puerto guerrerens­e (donde anunció que donará patrullas de la Ciudad de México). Los habitantes de la Ciudad de Mexico ni siquiera tienen la esperanza de que sus de- nuncias sean atendidas. Una tuitera, @MarlenNZ, ha narrado cómo su domicilio fue asaltado y, a pesar de que hay una grabación en la que se ven las placas del vehículo usado para el saqueo y las figuras de los asaltantes, y que ella aceptó ir a presentar su denuncia (no obstante que en similar ocasión anterior los propios agentes pretendier­on extorsiona­rla), nomás nada camina. De los videos que presentó, le pidieron que los lleve en CD, porque las computador­as de la PGJCDMX son muy viejas; de las placas reportadas, le señalaron que el padrón vehicular no es confiable: “Además de un trámite largo y burocrátic­o me dieron a entender que no harían nada. No sé si quieren dinero o no hacer nada”. El México de los licenciado­s. ¡Hasta mañana!

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Integrante­s de la Agencia de Investigac­ión Criminal y militares escoltan a una mujer no identifica­da que fue detenida junto con Dámaso López Núñez, El Licenciado, quien era subdirecto­r del penal de Puente Grande, ubicado en Jalisco, cuando Joaquín El...

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