Innovar y patentar, condición para que México no sea manufacturero: Graue
México debe seguir insistiendo en innovar y patentar, sólo así podrá dejar de ser un país manufacturero para convertirse en creador de tecnologías de exportación, señaló el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers.
Por ello, agregó, la planta productiva nacional debe hacer cada vez mayor uso del talento mexicano. Y es que sólo en 2016, enfatizó, en el país se patentaron alrededor de 8 mil 600 inventos, pero sólo 426 fueron concesionados a alguna institución, empresa o particular de origen mexicano. Mientras que de ese total, 4 mil fueron para entidades de Estados Unidos, 650 de Alemania y 570 de Japón.
Ayer, en la Torre de Ingeniería de la casa de estudios se realizó la ceremonia en la que se entregaron los premios del Programa de Fomento al Patentamiento y la Innovación (Profopi), en la que también se anunció el Nodo Binacional de Innovación.
Juan Manuel Romero Ortega, titular de la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM, informó que de 2008 a diciembre de 2016, la universidad ha solicitado 360 patentes y se le han otorgado 134, que equivalen a un promedio anual de 45 solicitudes y 17 concesiones.
Si bien estos números han aumentado paulatinamente, dijo, “los avances alcanzados son modestos, por lo que subsiste el reto de llegar a cifras más compatibles con las dimensiones del esfuerzo y el talento de los investigadores universitarios”.
Durante la ceremonia se dio a conocer que el Profopi reconoce y premia las innovaciones incubadas en la UNAM y que ya han tramitado la patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Fueron 33 proyectos que participaron en esta edición, de los cuales se premió a siete.
En los equipos ganadores participaron 38 universitarios adscritos a las facultades de Medicina, Química, Medicina Veterinaria y Zootecnia, Ciencias e Ingeniería, así como a los institutos de Astronomía, Fisiología Celular Química y de Ecología.
En tanto, el Nodo Binacional es una alianza entre la UNAM y la Universidad Anáhuac de México que cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Se trata de una plataforma que dota a investigadores y académicos de herramientas metodológicas para conocer las necesidades de la industria de nuevos e innovadores productos y vincularlas con el sector académico para el desarrollo económico de insumos. Operará en la Ciudad de México y se suma a otros cinco ubicados en Guanajuato, Nuevo León y Querétaro.