Palmarito: omisiones y decisiones equivocadas
a localidad de Palmarito Tochapan, en el municipio poblano de Palmar de Bravo, ha vivido dos alarmantes y trágicas jornadas consecutivas de violencia. Según cifras del gobierno de Puebla, entre miércoles y jueves fallecieron allí cuatro militares y seis presuntos delincuentes dedicados a la extracción y venta ilegales de gasolina –conocidos como huachicoleros–, resultaron lesionados cinco soldados y un policía estatal, y hubo 14 detenciones.
Según las versiones oficiales, el miércoles una patrulla militar que efectuaba un reconocimiento fue atacada por un grupo indeterminado de individuos a bordo de camionetas. Ante la presencia de mujeres y niños que habrían sido “utilizados como escudo” por los agresores, los uniformados decidieron no disparar, pero ayer ocurrieron otros enfrentamientos en los cuales los soldados respondieron el fuego.
Posteriormente, habitantes de Palmarito bloquearon con barricadas y neumáticos en llamas la autopista México-Veracruz y los accesos al municipio, con la finalidad de exigir la salida del Ejército de la población.
Palmarito Tochapan se ubica en la lla- mada franja del huachicol, una zona poblana donde la ordeña de ductos de Pemex y la venta de combustible robado se han convertido en prácticas extendidas en las que participa un numeroso grupo de personas. Por lo demás, la extracción ilegal de combustible de las líneas de transporte es un fenómeno de larga data y que en diversos puntos del territorio nacional –particularmente, en el nororiente del país– ha alcanzado niveles de gran escala y casi industriales.
Desde hace muchos años las autoridades se han abstenido de emplearse a fondo en contra de esas actividades delictivas, pese a que el gobierno podría disponer de diversas herramientas para prevenirlas y erradicarlas: desde la inteligencia policial hasta la vigilancia con videocámaras, pasando por la identificación de compradores al mayoreo de combustibles robados. Es claro, pues, que la ordeña de los ductos no podría realizarse sin complicidades corruptas en el interior de las oficinas públicas y sin participación de corporaciones dispuestas a hacer negocios con la adquisición por debajo del precio regular de esos hidrocarburos.