MÉXICO SA
◗ Ordeña, viejo negocio Crecimiento exponencial ◗ EPN y sus “indicaciones”
os recientes acontecimientos en Puebla y la lamentable muerte de cuatro militares y seis civiles pusieron bravo al inquilino de Los Pinos, quien dio un manotazo en la mesa y ordenó “lanzar una estrategia integral contra el robo de combustible”, que “es un delito”. Por ello, en ese sentido “he dado indicaciones a las secretarías de la Defensa Nacional, Marina y Hacienda, a la Procuraduría General de la República y a la dirección de Petróleos Mexicanos para combatir este ilícito en todo el territorio nacional”. Bien por el susodicho, aunque, como siempre, no supo ni nadie le dijo que tales “indicaciones” fueron dadas desde, cuando menos, 2003, cuando el de la residencia oficial era Vicente Fox, y desde entonces –involucradas todas las instituciones referidas líneas arriba– la constante ha sido el creciente cuan voluminoso robo de combustibles en el país y el número de tomas clandestinas, hasta representar al erario pérdidas cercanas a 30 mil millones de pesos. Nadie le dijo a Peña Nieto que la “estrategia integral” en contra de los huachicoleros ha sido un sonado fracaso. Ytan ha sido así, que de unas cuantas decenas de tomas clandestinas detectadas y selladas por la autoridad en 2003 se pasó a casi 7 mil en 2016, lo que implica un incremento exponencial en el periodo, siempre con las “indicaciones” del inquilino en turno de Los Pinos, mientras el negocio crece a paso veloz. En agosto de 2003 Petróleos Mexicanos informó que “existe un grupo de trabajo interinstitucional del gobierno federal, en el que participa Pemex, con el propósito de delinear estrategias, dar seguimiento al Programa de Combate al Mercado Ilícito de Combustibles y ejercer las acciones legales procedentes ante las autoridades competentes. Como resultado de las estrategias desarrolladas por el grupo de trabajo interinstitucional, se reformó el Código Penal Federal que prevé como delito grave la sustracción o aprovechamiento de hidrocarburos o sus derivados (…). Asimismo, la Policía Federal Preventiva ha venido custodiando las instalaciones de Pemex Refinación, lo que ha permitido abatir el mercado ilícito de combustibles”. Las “indicaciones” fueron dadas, pero al cierre del sexenal foxista las tomas clandestinas pasaron de unas cuantas decenas reconocidas tres años atrás a más de 204, de acuerdo con los reportes institucionales de Pemex, mientras el mercado ilícito de combustibles avanzaba a paso veloz. “Haiga sido como haiga sido”, a la residencia oficial llegó el inefable Felipe Calderón, quien reafirmó las “indicaciones” de su predecesor, pues “Petróleos Mexicanos, junto con la Secretaría de Hacienda, la Policía Federal Preventiva y la Secretaría de Energía han implementado varias medidas para combatir el mercado ilícito de combustibles. Pemex vigila su sistema nacional de ductos y reporta cualquier actividad ilícita a las autoridades locales y federales competentes”. Pero los resultados fueron igual de laxos que en el sexenio foxista, porque el mercado ilícito de combustibles creció vertiginosamente. Calderón, de acuerdo con los reportes oficiales de Pemex, inició gobier- vía y de instalaciones que se incrementó a 33 mil 41 kilómetros promedio por día a través de vehículos y la revisión física de 584 kilómetros promedio al día a pie en coordinación con las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, y la PGR”. Con todo, de esas mil 744 tomas clandestinas al cierre de 2013, en diciembre de 2016 el número creció a 6 mil 873, un incremento cercano a 300 por ciento en el periodo. Ello llevaría a pensar en la efectividad de las “indicaciones”, a no ser porque el mercado ilícito de combustibles, la “ordeña” de ductos y el creciente ingreso para el crimen organizado viven su mejor momento, pues sus operadores amasan fortunas de ensueño, concentran un poder de fuego de consideración, al tiempo que mueven enormes cuan crecientes ejércitos de huachicoleros. Entonces, desde las “indicaciones” de los tiempos de Vicente Fox, reiteradas por Felipe Calderón y ahora presentadas como novedad por Enrique Peña Nieto, el número de tomas clandestinas detectadas y selladas (versión oficial) por el gobierno mexicano se ha incrementado en más de 10 mil por ciento, pero lejos de abatir los volúmenes de combustible robado y la incidencia de los grupos criminales, el mercado ilegal crece como la espuma. La bonanza, pues. Dado lo anterior, tal vez sería prudente añadir una “indicación” más: mientras no combatan la corrupción y la impunidad (y la cadena es enorme), no habrá institución capaz de acabar no sólo con el mercado ilícito de combustibles, sino con todo lo demás, que es muchísimo.