Haber revivido la ruta de la seda elevará el crecimiento de Asia
La iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda es de suma importancia y, sin duda, tendrá repercusiones positivas sobre el crecimiento y la prosperidad regionales, aseguró ayer el subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional ( FMI), Mitsuhiro Furusawa.
La iniciativa, presentada por China en 2013, se refiere a la Franja Económica de la Ruta de la Seda y a la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, con el objetivo de construir una red de comercio e inversión que conecte Asia con Europa y África a través de esas antiguas vías.
La importancia de esta iniciativa consiste en alimentar la cooperación regional en terrenos de comercio, inversión y financiación, además de brindar a la re- gión la infraestructura más necesaria, comentó Furusawa, al margen de la 50 reunión anual del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) celebrada en la ciudad japonesa de Yokohama.
“El crecimiento mundial está recobrando fuerza y también en China (...) observamos el ímpetu de expansión”, añadió.
El mes pasado, el FMI mejoró sus previsiones para el crecimiento económico chino en 2017, situándolo en 6.6 por ciento, así como las del desarrollo mundial con 3.5 por ciento, ambos con un alza de una décima en comparación con sus pronósticos anteriores de enero.
En cuanto al proceso en curso de internacionalización de la moneda china, el yuan o renminbi (RMB), Furusawa lo calificó de beneficioso tanto para China como para otros países.
“La internacionalización de la moneda china va acompañada del crecimiento económico del país. Estamos a la espera de la internacionalización del RMB chino, ya que éste se ha incluido en la canasta de divisas” del FMI, con la que se determinan el valor de los Derechos Especiales de Giro, puntualizó.
Este año se cumple el 20 aniversario del estallido de la crisis financiera de Asia en 1997, de la cual, afirmó Furusawa, todo el mundo ha aprendido mucho.
“Buenas políticas son la mejor defensa”, subrayó el alto ejecutivo, y mencionó que los países asiáticos han emprendido muchas medidas, como la puesta en marcha de sistemas cambiarios más flexibles, el fortalecimiento de cooperación regional y la creación de redes de seguridad financiera, para evitar que se repita una crisis de esa naturaleza.