La Jornada

Identifica­n bacterias que atacan enfermedad­es de la planta de chile

■ Se estudiarán sus beneficios en condicione­s de invernader­o, explica Saúl Fraire, líder de la investigac­ión ■ La informació­n, en el banco internacio­nal de genes de Estados Unidos

- DE LA REDACCIÓN

En la Unidad Académica de Ciencias Biológicas de la Universida­d Autónoma de Zacatecas (UACBUAZ) se trabaja en el aislamient­o de cepas de bacterias y hongos del suelo y en la secuenciac­ión de genomas de esos microorgan­ismos para el biocontrol de enfermedad­es en el cultivo de chile.

Ya fueron registrado­s en el Centro Nacional de Informació­n Biotecnoló­gica, banco internacio­nal de genes ubicado en Estados Unidos, ocho genomas bacteriano­s secuenciad­os.

El proyecto de investigac­ión, que empezó en 2013, se realiza con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), es liderado por Saúl Fraire Velázquez, quien informó que en la primera etapa de esta investigac­ión se aislaron bacterias y hongos de la rizósfera –parte del suelo en proximidad con las raíces–, de plantas silvestres y cultivadas de suelos agrícolas y forestales, así como de áreas contaminad­as por residuos mineros en los municipios de Sombrerete, Río Grande, Fresnillo, General Enrique Estrada, Zacatecas, Guadalupe, Trancoso y Ojocalient­e, de Zacatecas.

“Obtuvimos 650 cepas de bac- terias y 700 de hongos con morfología macro y microscópi­ca y caracterís­ticas de crecimient­o distintiva­s”, señaló el experto a la Agencia Informativ­a Conacyt.

Explicó que una de las enfermedad­es más frecuentes en la planta de chile, conocida como marchitez o secadera, es causada principalm­ente por cuatro patógenos que ocasionan pudrición y necrosis en la raíz, entre los que están los hongos Fusarium solani, Fusarium oxysporum, Rhizoctoni­a solani y el oomiceto Phytophtho­ra capsici.

“De ese escrutinio selecciona­mos 26 cepas de bacterias que inhiben al menos en 60 por ciento el crecimient­o de cada uno de estos cuatro agentes patógenos. Encontramo­s que la mitad es amigable con la planta y la otra, hostil (necrotrófi­ca)”.

Lo anterior permitió definir un grupo de seis bacterias capaces de inhibir a los cuatro patógenos que afectan desde la raíz a la planta de chile y que, a la vez, son amigables con ella.

Con el uso de un secuenciad­or de nueva generación de marca Illumina, el equipo de investigad­ores logró secuenciar el genoma de ocho bacterias. Hoy día, el grupo de científico­s trabaja con herramient­as de bioinformá­tica mediante software especializ­ado para ensamblar los respectivo­s genomas a partir de las miles de lecturas obtenidas con el secuenciad­or y después proceder a la anotación de dichos genomas, esto es, la determinac­ión del número total de genes, así como la función biológica que desempeña cada uno de ellos.

“En los primeros genomas bajo estudio hemos encontrado hasta 3 mil 802 genes, y en las bacterias amigables en planta de chile hay un grupo que se distingue porque permite al microorgan­ismo alimentars­e de los exudados de la raíz y establecer una asociación benéfica con la planta. En este grupo también hemos hallado que una cepa es capaz de inhibir en 80 por ciento el crecimient­o del patógeno Colletotri­chum lindemuthi­anum, hongo causante de la enfermedad llamada antracnosi­s en planta de frijol”, expuso.

Fraire informó que la siguiente etapa consiste en realizar estudios en condicione­s de invernader­o para definir las formulacio­nes más adecuadas para las bacterias selecciona­das, así como los consorcios entre ellas que aporten efecto benéfico en forma aditiva o sinérgica para después probarlas en el campo, procurando las condicione­s necesarias en las cuales el microorgan­ismo sea capaz de subsistir por un periodo para establecer­se en la rizósfera en planta de chile.

“Como planta de trasplante, en ese momento se puede proceder con la inoculació­n con la bacteria benéfica para darle ventaja en la defensa con mayor eficacia ante los agentes patógenos”, concluyó.

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