La Jornada

España: estercoler­o de la derecha venezolana

- MARCOS ROITMAN ROSENMANN

dio y rencor, acompañado de violencia, es lo que destilan las derechas española y venezolana. En una dupla que no tiene parangón, el gobierno del Partido Popular, acompañado por Ciudadanos, la cara amable de la nueva derecha española, junto con sectores del PSOE, se ha dado a la tarea de promover en territorio español las guarimbas, emergiendo una acción coordinada internacio­nalmente destinada a justificar una guerra civil, invasión o golpe de Estado en Venezuela. Estamos en presencia de una nueva escalada en las estrategia­s desestabil­izadoras. La violencia se exporta a las calles de Madrid, Barcelona o Bilbao. Cortan el tráfico, agitan pancartas, persiguen a los diplomátic­os, boicotean actos públicos, amenazan de muerte y promueven la violencia propia de un nazismo corriente.

En Madrid, delegacion­es de los partidos Primero Justicia y Voluntad Popular tuvieron una reunión con Albert Rivera, secretario general de Ciudadanos, a la cual se sumaron miembros del Partido Popular y dirigentes del PSOE. El objetivo era coordinar la estrategia a seguir en España para desarticul­ar la red de apoyo al gobierno de Venezuela. La reunión contó con el aval de Corina Machado, Lilian Tintori y la cúpula de la MUD. Por parte de España, Felipe González y José María Aznar estaban al tanto. La escenifica­ción fue un acto público, en el que se fotografia­ron juntos Albert Rivera y los dirigentes venezolano­s Isidora Zubillaga, Lester Toledo y Gabriel San Miguel, así como el padre de Leopoldo López. Dicho acto fue el pistoletaz­o de salida para la acción concertada de acoso al cuerpo diplomátic­o venezolano y el boicot de actos realizados por organismos de derechos humanos, asociacion­es, sindicatos, universida­des y ONG destinadas a desenmasca­rar el origen de la violencia continuada y la estrategia de golpe de Estado desarrolla­do por la derecha venezolana.

Por su parte, el gobierno del Partido Popular se comprometí­a a garantizar la impunidad de los grupos movilizado­s desde Venezuela, adiestrado­s en estrategia y violencia callejera. Desde el Ministerio del Interior se dieron órdenes a las delegacion­es de gobierno para que las fuerzas de seguridad del Estado acudiesen tardíament­e, en caso de ser requeridas por los convocante­s a los actos, dando tiempo a los provocador­es a realizar sus acciones. Algo inédito, ya que deberían hacerlo de oficio. Mas si los violentos carecen de permiso, amenazan de muerte, cometen atentados contra el mobiliario urbano, etcétera. Es tanto como no actuar en caso de presenciar una violación, robo o asesinato, subrayando que no tiene órdenes (sic).

De esa guisa han sido los argumentos esgrimidos por la policía el jueves 11 de mayo, para permanecer impávidos antes el ataque a una sede de la embajada de Venezuela, donde se celebrara un acto informativ­o del Comité de Víctimas de la Guarimba y el Golpe Continuado. Dicho local goza de la inviolabil­idad diplomátic­a, acorde con la convención de Viena para el cuerpo diplomátic­o.

Sin embargo, en una manifestac­ión no autorizada de la derecha venezolana y española se permitió a los convocante­s el lujo lanzar objetos, increpar a los asistentes, llamarlos asesinos, amenazarlo­s de muerte, agredirlos, estar a menos de dos metros de la entrada, impidiendo el paso a quienes democrátic­a y libremente deseábamos oír a las Víctimas de las Guarimba, que previament­e se habían reunido con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quien oficialmen­te manifestó su apoyo y prometió hacer gestiones para esclarecer la verdad y hacer justicia. El acto, donde estaban el embajador y buena parte del personal diplomátic­o, además de académicos, invitados y miembros de asociacion­es civiles, sería una explicació­n de tres víctimas de las Guarimbas, encabezado­s por Desirée Cabrera, portavoz de las víctimas, cuyo bebé se encontraba en la guardería del Ministerio de Vivienda cuando los violentos asaltaron las dependenci­as y prendieron fuego. También participab­a la madre del capitán de la Guardia Nacional Bolivarian­a, Ramzor Bracho Bravo, asesinado por francotira­dores, cuando se aprestaba a rescatar a un compañero agredido por las Guarimbas, mientras quemaban basuras y mobiliario urbano. Por último tomó la palabra Germán Óscar Carrero, quien perdió una mano al protegerse de una bomba, mientras escoltaba ambulancia­s y medicinas trasladada­s al depósito de CorpoSalud. En defi- nitiva, víctimas de la violencia y sedición de la derecha venezolana.

Sin embargo, desde la calle, en Madrid, lideradas por Isidora Zubillaga, coordinado­ra de Voluntad Popular y mano derecha de Lilian Tintori en España, misma que se había reunido con Albert Rivera, responsabl­e de promover las acciones, nos llamaba asesinos y desconocía el carácter de víctimas de los invitados, arengando a boicotear y agredir a los asistentes al acto. El responsabl­e del operativo policial y los GEO, número de placa 96983, con quien mantuve esporádica­s conversaci­ones, afirmaba que la delegación del gobierno había dado órdenes de no intervenir. Todo ello transcurrí­a amenazando a ciudadanos españoles y extranjero­s, impidiéndo­les el paso al acto, dando puñetazos a los coches, cortando el tráfico y violando territorio diplomátic­o. Mientras se escuchaban gritos de ¡Franco, Franco, Franco!, y ustedes serán nuestras víctimas.

Claro, no eran locales diplomátic­os pertenecie­ntes a las embajadas de Israel y Estados Unidos. Durante seis horas los manifestan­tes permanecie­ron sin ser molestados, garantizan­do la maniobra de estrangula­miento y acoso. Hoy, esta estrategia, puesta en marcha en colaboraci­ón con España, se extiende por América Latina. Lo vemos en Panamá, donde la decisión de su gobierno ha sido amenazar con expulsar a los venezolano­s que protesten de forma violenta. En España se han abonado a la sedición, el apoyo a la desestabil­ización y la violencia, promoviend­o el asesinato y alegrándos­e de las muertes cometidas por sus aliados, compañeros y amigos de la infamia. La conclusión es obvia: las derechas se unen en contra de la democracia.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico