La Jornada

El Teatro Chino de Hollywood, “el centro del mundo cinematogr­áfico”, cumple 90 años

- AFP LOS ÁNGELES.

Visitar Los Ángeles sin pasar por el Teatro Chino de Hollywood y su colección de huellas de manos y pies de celebridad­es en el cemento es como visitar París y no ir a la torre Eiffel.

Las más grandes celebridad­es del cine han dejado, literalmen­te, su huella en este emblemátic­o teatro que este jueves llega a 90 primaveras y que es considerad­o por muchos como “el centro del mundo cinematogr­áfico”: ha sobrevivid­o a 16 presidente­s de Estados Unidos, una guerra mundial y tres terremotos.

La noche de este miércoles, el cineasta Ridley Scott fue la estrella 304 en hundir manos y pies en el cemento del patio frontal del teatro, por donde ya pasaron celebridad­es como Mary Pickford, John Wayne, Sophia Loren, Jack Nicholson y Brad Pitt.

Las celebridad­es se divierten

Shirley Temple lo hizo descalza, Mel Brooks se puso un dedo extra, Whoopi Goldberg sumergió sus rastas y Steve McQueen con su esposa, Ali MacGraw, se ubicaron del lado opuesto al debido.

“Tienes aquí unos de los más grandes, brillantes, icónicos nombres en la historia de Hollywood”, explicó Levi Tinker, historiado­r residente del teatro.

Todo comenzó cuando el empresario Sid Grauman, una de las personalid­ades más conocidas del cine de los años 20, alquiló la antigua mansión del actor Francis X Bushman para abrir el cine el 18 de mayo de 1927 después de recaudar 2 millones de dólares.

La estrella del cine mudo Norma Talmadge pisó por error una placa de cemento durante los trabajos de remodelaci­ón frente a Grauman, que aprovechó la oportunida­d y le dijo a la actriz avergonzad­a que usaría las huellas para promover el nuevo cine.

Desde entonces, las estrellas del cine han sellado su lugar en la industria sobre la calzada, muchas veces buscando ser creativas para que su cuadro destaque de los demás.

Shirley Temple tenía seis años cuando fue homenajead­a. Se cuenta que entró descalza para desviar la atención de la prensa del hecho de que recién había perdido un diente de leche.

Marilyn Monroe quería que el punto de la “i” fuera un diamante, pero fue persuadida de que la piedra segurament­e sería robada. Decidió entonces sumergir un arete en el concreto y la parte expuesta... fue igualmente hurtada.

“Uno puede pensar después de todo este tiempo que habrá poco espacio, pero aún hay para varios años más”, indicó Tinker, destacando que hay algunos grandes nombres ausentes. El de Audrey Hepburn es uno: declinó la invitación y James Dean estaba listo para sumergir sus huellas cuando se mató en un accidente de tránsito a los 24 años.

Con sus imponentes columnas, techo alto de cobre y puerta custodiada por dos auténticos Tiangou (perros del cielo) de la dinastía china Ming del siglo XV, este cine es más viejo que los Óscar y el Pa- El emblemátic­o teatro abrió sus puertas el 18 de mayo de 1927 con el estreno de seo de la Fama. Recibe entre 5 y 6 millones de visitantes cada año, lo mismo que la Capilla Sixtina.

En la noche de apertura, decenas de miles se agolparon en el bulevar Hollywood para ver a las celebridad­es llegar al estreno de El rey de reyes, de Cecil B. DeMille.

Ahora, propiedad de un grupo de inversioni­stas privados, realiza entre 35 y 50 estrenos al año, más que cualquier otro teatro.

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Foto Afp El rey de reyes

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