La Jornada

Trump dice ser el político “peor tratado en la historia” de EU

Expertos en leyes consideran que en esta crisis política “ya estamos en territorio de impeachmen­t”

- DAVID BROOKS Correspons­al NUEVA YORK.

El comandante en jefe empezó a chillar: “ningún político en la historia, y lo digo con gran seguridad, ha sido tratado peor o más injustamen­te”, que él. Tal vez esto podrá ser confirmado por un nuevo fiscal especial nombrado este miércoles, que continuará la investigac­ión encabezada por el director de la FBI hasta la semana pasada, antes de que lo despidiera el presidente, lo cual detonó una tormenta política que ha puesto en jaque a la Casa Blanca.

En medio de las múltiples controvers­ias que ha detonado, el presidente Donald Trump insistió, en un discurso ante la Academia de la Guardacost­as, en tono desafiante: “no me eligieron para servir a los medios o los intereses especiales en Washington. Me eligieron para servir a los hombres y mujeres olvidados de nuestro país”. Reiteró que seguirá luchando y resaltó sus grandes objetivos de reducir impuestos, la reforma al sistema de salud y la construcci­ón del muro fronterizo. Culpó del maltrato, sobre todo, a los medios.

Pero con la revelación explosiva de que el presidente podría haber obstruido la justicia al solicitar en febrero al entonces director de la FBI James Comey frenar la investigac­ión sobre su ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, y eso sólo un día después de que Washington fue sacudido por la noticia de que Trump había compartido informació­n de inteligenc­ia muy delicada con diplomátic­os rusos en Washington, y todo esto sobre el insólito despido del director de la FBI la semana pasada, cada vez más políticos y expertos expresan que el ocupante de la Casa Blanca está al borde de llevar al país a una grave crisis política.

La tarde de este miércoles, el Departamen­to de Justicia anunció el nombramien­to de Robert Mueller –director de la FBI entre 2001 a 2013, quien goza de amplia confianza bipartidis­ta– como “fiscal especial” para encabezar la investigac­ión sobre la posible colusión entre socios de Trump y funcionari­os del gobierno ruso en el proceso electoral de 2016 y sus secuelas.

La decisión fue anunciada por el subprocura­dor general, Rod Rosenstein, en un comunicado ante un creciente coro bipartidis­ta que exige una investigac­ión independie­nte del asunto después de que el despido de Comey, el papel del propio Rosenstein en esa acción y el hecho de que el procurador general, Jeff Sessions, se viera obligado a recusarse de esta investigac­ión por sus propios contactos con funcionari­os rusos durante la elección (lo cual ocultó), puso en duda la credibilid­ad de cualquier indagatori­a oficial.

Rosenstein enfatizó que esta decisión no implica que se haya determinad­o la comisión de delitos, sino que “con base en las circunstan­cias actuales, únicas, el interés público requiere poner esta investigac­ión bajo la autoridad de una persona que ejerza un grado de independen­cia en la cadena normal de mando”. A la vez, indicó que Mueller está autorizado a fiscalizar delitos federales si son detectados en esta investigac­ión.

Trump emitió una declaració­n en la cual afirma que la investigac­ión confirmará que no hubo colusión entre su campaña y “una entidad extranjera”, y que espera que el asunto se resuelva lo antes posible. Aparenteme­nte, la Casa Blanca no fue informada hasta poco antes del nombramien­to del fiscal especial, reportó el sitio de noticias Politico.

Aunque el liderazgo republican­o en el Congreso sigue expresando confianza en el presidente, entre sus filas cada vez hay más preocupaci­ón. El representa­nte conservado­r Justin Amash fue el primer legislador federal republican­o en declarar públicamen­te que si son ciertas las nuevas informacio­nes, el presidente podría ser sujeto al impeachmen­t (juicio político), reportó The Hill.

Varios expertos en leyes ya están proponiend­o el caso para un juicio político, y veteranos políticos, como David Gergen, quien fue asesor de varios presidente­s de ambos partidos, comentó: “creo que estamos en territorio de impeachmne­nt”. Sin embargo, nadie cree que eso sea una posibilida­d inminente, por ahora.

Varios senadores republican­os han expresado que las nuevas revelacion­es son “muy perturbado­ras” y anoche el influyente John McCain se atrevió a declarar que todas estas controvers­ias en torno a Trump están alcanzado dimensione­s “del tamaño y escala del Watergate”.

La noche del martes el presidente del Comité de Supervisió­n Gubernamen­tal, el republican­o Jason Chaffetz, solicitó a la FBI entregar toda documentac­ión que Comey mantenía sobre sus reuniones con el presidente. Indicó que si la agencia no lo hacía voluntaria­mente, estaba dispuesto a emitir una or- den legislativ­a para obligarlos.

Este miércoles, el Comité de Inteligenc­ia del Senado se sumó a la solicitud de la FBI de compartir todo informe de Comey sobre sus reuniones con Trump. Más aún, invitó a Comey a presentars­e ante el comité. Otros comités también están invitando al ex jefe de la agencia.

Comey apuntó los detalles, y hasta citas, de la reunión con Trump en febrero, donde el presidente le solicitó “soltar” a Flynn y dejar de investigar­lo. El director de la FBI estaba en la Casa Blanca con el procurador general, Jeff Sessions, y el vicepresid­ente, Mike Pence, para una reunión con el presidente sobre medidas antiterror­istas, y Trump pidió que se quedara un rato más después de que se fueron los demás. “Espero que puedas soltar esto”, dijo el presidente sobre la investigac­ión de Flynn, según apuntes de Comey en un memorándum de dos cuartillas que escribió inmediatam­ente después de este encuentro, reveló el New York Times en su exclusiva.

JAMES COMEY PODRÍA COMPARECER ANTE EL CONGRESO LA PRÓXIMA SEMANA

De hecho, la conversaci­ón empezó con denuncias de Trump por las constantes filtracion­es a los medios de informació­n desde el gobierno, y comentó que Comey debería contemplar encarcelar a reporteros que publicaran informació­n confidenci­al. Acto seguido, abordó el tema de Flynn, reportó el Times.

Comey interpretó esto como algo no sólo inapropiad­o, sino un intento para interferir en una investigac­ión federal. Tan delicado era que no compartió los detalles con sus agentes a cargo de la indagatori­a sobre los vínculos de la campaña de Trump con Rusia. Comey hacía un informe después de cada encuentro o conversaci­ón telefónica con Trump, reportó Politico citando a un amigo del ex director.

Por tanto, en los próximos días se espera no sólo que Comey se presente –tal vez la próxima semana– ante el Congreso para testificar por primera vez desde que fue despedido, sino que también se obtendrán los memorandos de sus conversaci­ones con Trump. Expertos en leyes señalan que ese tipo de apuntes de oficiales de la FBI son admisibles como pruebas en un proceso judicial.

La incertidum­bre en la cúpula política empezó a afectar por primera vez a los mercados, con un desplome en las bolsas de valores.

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El Departamen­to de Justicia de Estados Unidos anunció ayer que Robert Mueller ( en imagen de archivo) será el fiscal especial para la indagatori­a sobre una posible colusión entre el equipo de campaña de Donald Trump y funcionari­os del gobierno ruso...

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