MÉXICO SA
◗ Economía: modelo agotado EPN: oda autocomplaciente ◗ Cienfuegos: doble discurso
n Los Pinos están “requetebién contentos”, porque, dicen, los indicadores económicos del país “ofrecen confianza al mundo” y “son el mejor ejemplo de que a nuestra nación le está yendo bien, de que nuestra economía es fuerte” (EPN dixit). Se trata del cuento oficial de la lechera, la versión idílica del “México en movimiento”, con todo y que el “crecimiento”, amén de ser ridículo, ni de lejos roza al grueso de los habitantes de esta República de discursos. Ese es el feeling del círculo oficial, sempiterna y radicalmente opuesto a la cruda realidad. Pero, ¿qué opinan en sectores más serios y doctos en la materia? Pues bien, el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, por medio de su Coordinación de Análisis Macroeconómico Prospectivo, sostiene y documenta exactamente lo contrario, en el entendido de que ésta se mantiene en contacto con el México real en contraposición del México oficial que cacarean en la residencia oficial. Va pues. Hoy más que nunca es evidente el agotamiento del modelo de desarrollo vigente tanto en lo nacional como en lo global. A nivel mundial existen señales de estancamiento productivo, mayor inflación y una gran incertidumbre sobre el futuro del orden económico y político prevaleciente. La reciente elección presidencial de Estados Unidos y el resurgimiento de gobiernos que promueven el proteccionismo, la xenofobia y la intolerancia son el reflejo de las fallas estructurales del modelo globalizador no sólo a nivel económico, sino también a nivel social y político. No se puede negar que el modelo globalizador ha sido muy exitoso en la generación de riqueza durante tres décadas; sin embargo, ha generado una excesiva concentración de la misma y una profunda desigualdad. De hecho, podemos identificar claramente la existencia de numerosos sectores que se han visto más beneficiados que otros con el proceso de globalización y expansión del libre comercio. Hoy día los grupos más afectados han mostrado que empujaran cambios por vías tanto políticas como violentas, lo cual supone un gran riesgo a la estabilidad mundial. Hay que recordar que los ganadores en el modelo globalizador han sido los sectores exportadores y financieros más competitivos y no se incluyó a los sectores menos productivos y marginados, que con seguridad votaran contra el “establishment” cada vez que puedan. En este contexto, el proteccionismo económico ha resurgido como una posible alternativa a las fallas del modelo basado en el liberalismo económico. Sin embargo, ninguna de las dos visiones parece ser una alternativa apropiada para un mundo interconectado y con agobiantes problemas de pobreza e inequidad que se tienen que resolver de manera urgente. Es decir, ni la profundización del liberalismo económico, ni el retorno al proteccionismo de la posguerra –enfoques que son considerados extremos– parecen constituir una solución que pueda generar economías exitosas, dado que ambas visiones del mundo son parciales y varios de sus postulados son inoperan- difícilmente se podrá lograr si la respuesta a la crisis consiste en medidas rápidas y parciales, como sólo buscar diversificar las exportaciones o atraer inversión a zonas especiales, que más bien parecen una profundización de la estrategia promovida en las últimas tres décadas más que un modelo de desarrollo con una visión de carácter integral. Una estrategia que intente concentrarse nuevamente de manera casi exclusiva en el sector exportador, quizá generará riqueza en algunos sectores, pero estará condenada al fracaso y nos mantendrá vulnerables.