LAS REBANADAS DEL PASTEL
tes en las actuales circunstancias económicas y sociales. Por ejemplo, en este momento sería impensable pensar en volver a una economía cerrada y fuertemente basada en el gasto público como en la etapa de la posguerra. Así, la interrogante principal es en qué aspectos debemos centrar un debate serio y científico sobre las características de un modelo de desarrollo alternativo viable, así como las medidas que permitan resolver lo más rápido posible la incertidumbre económica, política, y social en la llamada “era Trump”. Una posible respuesta es que se debe implementar un modelo que represente un cambio de paradigma real y que procure resarcir los problemas que han tenido las dos estrategias que hoy están en decadencia y que, curiosamente, siguen siendo defendidas a capa y espada por diversos grupos de interés a nivel mundial. El desarrollo de un modelo alternativo no será rápido y mucho menos fácil de implementar en México, pero sin duda estamos ante una oportunidad excelente. Los discursos y la puesta en marcha de políticas de carácter antimexicano de Donald Trump han vulnerado nuestra relación con el mayor socio comercial del país, lo que a su vez nos insta a iniciar acciones que redirijan nuestra economía de manera independiente y en una ruta diferente. Así, debemos salir de nuestra zona de confort y repensar los problemas específicos de nuestra economía y definir un objetivo claro como país en el aspecto económico. Este objetivo para México debe ser, sin duda, el empleo y el crecimiento económico con redistribución del ingreso en el contexto de una economía abierta, pero Doble discurso, como siempre: en público el general secretario Salvador Cienfuegos asegura que la institución a su cargo “conmemora el día mundial de la libertad de prensa” y se manifiesta “a favor de la pluralidad y la libre expresión como derecho de los mexicanos”. Pero en los hechos la Secretaría de la Defensa procede en estricto sentido contrario, pues censura a La Jornada e impide el libre ejercicio periodístico a nuestro compañero Jesús Aranda (reportero oficialmente asignado a la cobertura informativa en tal sector), a quien se le impidió, por instrucciones del director de Comunicación Social de la Sedena, Marco Antonio Álvarez Reyes, la cobertura de un acto en el Centro Militar de Ciencias de la Salud. Y no es un hecho aislado, pues nuestra casa editorial ha denunciado que “desde los primeros días de este año” tal instancia “dejó de enviar comunicados e invitaciones para actos públicos organizados por la Sedena a La Jornada y al reportero que cubre la fuente informativa, sin explicación alguna”. Entonces, ¿incongruente o mentiroso?... La “voluntad” gubernamental para garantizar protección a los periodistas es como el “crecimiento” económico: sólo propagandística y de mentiritas.