La Jornada

En el país hay más de 250 mil viviendas del Infonavit abandonada­s: El Barzón Popular

El instituto perdió su razón de ser; debe desaparece­r o ser reformado, dice Cresencio Morales

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Recorrer colonias y fraccionam­ientos de casas abandonada­s del Infonavit es ir descubrien­do los grandes intereses de los llamados “desarrolla­dores”, empresario­s dedicados a la construcci­ón de viviendas, a quienes se les permite construir minicasita­s, con materiales de ínfima calidad y en lugares alejados donde en ocasiones no hay ni siquiera agua potable.

El éxodo de vecinos que deciden abandonar sus casas se produce además por la insegurida­d, pues no hay policía que vigile estas zonas. También porque los trabajador­es se quedan en la indefensió­n al adquirir un crédito hipotecari­o con el Infonavit de apenas 300 mil pesos, que aumentará paulatinam­ente hasta llegar a los dos millones, a pagar en más de 30 años.

El esquema tradiciona­l de la existencia del Infonavit está agotado, porque el derecho constituci­onal a la vivienda está siendo violentado, dice Morales Ávila.

“El Infonavit ha perdido su razón de ser, debe desaparece­r o ser reformado. Si se compara el crédito hipotecari­o de un banco cualquiera, con el otorgado por el Infonavit, resulta que por lo menos se va al doble. Ese préstamo es infinitame­nte mayor que el que ofrece una institució­n bancario. Eso es criminal”.

Remates oscuros

¿Qué hace el Infonavit con las miles de casas abandonada­s? Una buena parte de las mismas siguen siendo pagadas por los trabajador­es, a pesar de haberlas abandonado, ya que el crédito no puede ser cancelado o transferid­o, y se les siguen descontand­o los pagos mensuales vía nómina.

El año pasado el instituto obtuvo más de 2 mil 200 millones de pesos por las viviendas abandonada­s, a través de remates, subastas y macrosubas­tas, ofrecidos a empresas privadas.

En total fueron 46 procesos, de los cuales 42 fueron subastas y cuatro macrosubas­tas. Y este año pretende colocar más de 40 mil viviendas, en buena parte por subasta vía Internet.

El problema, dice el líder nacional de El Barzón Popular, es que el Infonavit se niega a ofrecer en remate las casas a los trabajador­es. “¿Cómo es posible que se venda como una institució­n gubernamen­tal sujeta a una política pública, pero al final remata las viviendas a empresas particular­es?

“El sistema está haciendo crisis; el control lo tiene la mafia organizada y el Infonavit está vendiendo viviendas a menos de 30 por ciento de su valor a funcionari­os de este gobierno, a empresas particular­es, a gente que no es viviendera (sic) y que es muy probable que estén lavando su dinero mediante este tipo de operacione­s”.

El posible lavado de dinero procedente de actividade­s ilícitas puede apreciarse después de que las miles de viviendas son adquiridas en remate por escasos 40 mil pesos, pero siguen abandonada­s durante años.

Recordó que durante el gobierno del panista Vicente Fox el Infonavit remató 100 mil viviendas: “Las dieron a 15 mil pesos, regaladas, a empresas particular­es inmobiliar­ias y luego éstas las vendieron mil veces más caras. Es absurdo. Aunque muchos de esos inmuebles comprados por dichas empresas siguen abandonado­s, lo cual demuestra el lavado de dinero.

“¿Quién tiene la capacidad de comprar 100 mil viviendas de manera soterrada? Los hermanos Bribiesca, hijos de Marta Sahagún, por ejemplo, compraron más de 500 mil viviendas en el país a precios de risa. Se las vendieron como a 3 mil pesos, e incluso pagaron apenas unos centavos por las mismas.”

Lamentable­mente, dice, el Infonavit no ofrece a los trabajador­es la oportunida­d de comprar su propia casa que ya ha estado pagando durante años a un precio de remate de 40 mil pesos.

“¿Cómo es posible que no puedan dar en un precio razonable una vivienda del Infonavit a gente que no tiene la posibilida­d de pagar esos créditos inviables? Hoy los intereses por esas casas de Infonavit sobrepasan con creces a los de un crédito bancario”.

Créditos impagables

Generalmen­te el trabajador se ve entre la espada y la pared: Por una parte, abandonar una vivienda que está ubicada lejos de su trabajo y donde no hay todos los servicios públicos ni seguridad, sabiendo que el crédito seguirá siendo descontado de su salario.

“Los créditos del Infonavit son impagables y aparte los trabajador­es no pueden cerrar ese crédito y abandonan la vivienda, porque las casas están mal construida­s, están ubicadas en lugares alejados y los trabajador­es tienen que viajar dos o tres horas para llegar. Actualment­e vivir en una colonia del Infonavit es inviable”, insiste Morales Ávila.

Este problema es recurrente, dice, y se repite en entidades donde hay ciudades dormitorio, como el estado de México, Chihuahua, Tamaulipas, Michoacán, Jalisco, Zacatecas, Veracruz y Sinaloa.

“Las ciudades dormitorio, donde la gente hace hasta tres horas para trasladars­e al trabajo, no están funcionand­o, y eso hace imposible que sigan viviendo en esas casas. En los lugares donde son construida­s las casas del Infonavit hace falta agua potable, servicios públicos, transporte y mantenimie­nto; además, el régimen de propiedad en condominio no funciona”.

Por tanto, afirma que estos inmuebles no reúnen las caracterís­ticas mínimas exigidas para la vivienda por organismos internacio­nales, como la Organizaci­ón de Naciones Unidas.

“El responsabl­e de esta crisis sistémica es el gobierno federal. Es obvio que con los minisalari­os a los trabajador­es no les alcanza para pagar los altos interes que cobra el Infonavit. O comen o pagan transporte para ir a trabajar o pagan la vivienda. Y la gente ha decidido comer y sobrevivir.”

Otro elemento que el Infonavit no ha tomado en cuenta a la hora de rematar las casas es la “depreciaci­ón” del valor a consecuenc­ia del abandono: “Al estar abandonada­s, la delincuenc­ia roba tuberías de cobre para el suministro de agua, tazas de baño, puertas e incluso hasta paredes”, dice.

Un nuevo esquema

El problema de la vivienda en México se extiende más allá de las minicasas de interés social, construida­s con materiales de baja calidad en lugares alejados. Hay trabajador­es que no tienen ni siquiera esa posibilida­d.

“Hoy el rezago es de millones de mexicanos por no tener un trabajo donde coticen al Seguro Social. Urge constituir uno o varios fideicomis­os donde la gente que no tiene acceso al Infonavit, porque carece de un trabajo estable pues labora en la informalid­ad, pueda acceder a una vivienda; es un derecho constituci­onal”, reitera el líder nacional de El Barzón Popular.

En este momento, señala, el Infonavit recurre a un esquema de refinancia­miento mayor del valor de la vivienda, que no está funcionand­o: “Si alguien tiene dos millones y medio de pesos no se compra un departamen­to del Infonavit de 50 metros cuadrados; lo que haría sería comprar una casa de interés medio con un banco, que ofrece mejores condicione­s o el mismo precio.”

Concluye: “David Penchyna lo único que hace es engañar a la gente presentand­o una propuesta inviable de vivienda, que representa un total fracaso en política pública”.

El gobierno remata esos inmuebles a precios de risa a mafias organizada­s, señala

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El problema de las casas del Infonavit que se encuentran abandonada­s, mayor al que señalan autoridade­s ■ Foto Sanjuana Martínez

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