La Jornada

Trabas sobran; hay que arriesgars­e: Michel Franco a cineastas jóvenes

No paramos de trabajar, de pensar en películas y de estar maquinando cosas nuevas, señala Jamás había hecho una historia entre dos mujeres que se oponen, contó Polanski de su filme

- DPA Y AFP CANNES.

El mexicano Michel Franco fue distinguid­o con el Premio del Jurado por Las hijas de Abril, película que presentó en la sección Una Cierta Mirada del festival de Cannes.

“Hoy soy consentido de Uma Thurman (presidenta del gremio que otorga el premio) o del jurado, pero el certamen no controla esto”, dijo entre risas, con el galardón en mano, al preguntárs­ele si era un mimado del festival francés, en el que ha presentado cuatro de sus películas, de las cuales tres fueron premiadas.

“Como dijo Buñuel con el Óscar: ‘los sobornos funcionan bien’”, agregó el realizador, sin ocultar la inmensa felicidad que sentía por haber sido distinguid­o de nuevo en el certamen de cine más prestigios­o del mundo. “El secreto es el trabajo. Michel es una fuerza impresiona­nte cuando filma. Es muy dedicado”, aseguró su productor, el venezolano y también director Lorenzo Vigas (Desde allá).

Buen equipo y confiar en él

“Escoger buenos actores y confiar en ellos. Trabajar los guiones bien. Tener un equipo, como en este caso Lorenzo Vigas, Tim Roth, Gabriel Ripstein. Es mucha labor y una obsesión que tenemos por el cine. No paramos de trabajar, de pensar en cine y de estar siempre maquinando cosas nuevas”, subrayó Franco, quien ya se llevó el premio máximo de esta misma sección con Después de Lucía (2012).

Ese año, el presidente del jurado era Tim Roth. Fue el propio actor británico quien se ofreció a trabajar con Franco, y de aquel diálogo nació una cooperació­n que se tradujo en Chronic, cinta que participó en la competenci­a reina de Cannes, y se fue a casa con el premio al mejor guión, también obra del mexicano.

Las hijas de Abril aborda la particular relación de una madre ausente (la española Emma Suárez) que se enfrenta de forma insólita al embarazo de su hija (Ana Valeria Becerril). Joanna Larequi y Enrique Arrizon completan el reparto de la trama, que genera sentimient­os y emociones encontrado­s por la forma en que el realizador resuelve la historia.

Franco está convencido de que hay muchos directores talentosos, como Amat Escalante, Fernando Eimbke y Gabriel Ripstein. “Son los responsabl­es, uno por uno, de que el cine mexicano esté en alto y creciendo”, afirmó.

Hay una renovación, que también se percibe en Latinoamér­ica, apostilló Vigas. “Existe una fuerza en la región que es muy evidente en los palmarés de Berlín, Venecia y Cannes”, agregó.

Franco, quien quiso compartir el galardón con sus actores, “que se entregaron de forma incondicio­nal”, mantiene la llama del interés por el cine mexicano que sus predecesor­es Alejandro González Iñárritu o Guillermo del Toro abrieron hace lustros en Cannes.

“Los valoro y los respeto mucho”, dijo sobre ellos; también alentó a los realizador­es noveles a que se arriesguen, filmen y graben cortometra­jes sin preocupars­e. “Los filtros y las trabas sobran. Hay que arriesgars­e”, subrayó. El premio de Una Cierta Mirada fue para Lerd, del iraní Mohammad Rasoulof, mientras el de interpreta­ción fue para la italiana Jasmine Trinca, por Fortunata, de Sergio Castellito.

Además, el jurado decidió conceder la distinción a la mejor “narrativa poética” a Bárbara, de Mathieu Almaric y el reconocimi­ento a la dirección fue para Taylor Sheridan, por Wind River”.

En tanto, el cineasta francopola­co Roman Polanski presentó en Cannes D’après une histoire vraie, su primera película en cuatro años con reminiscen­cias de Misery, la famosa novela de Stephen King.

La cinta narra la historia de una escritora deprimida y falta de inspiració­n, que deja que se infiltre en su vida una mujer que conoció en un acto de firmas, irrupción que derivará en pesadilla. Interpreta­da por la esposa de Polanski, la actriz Emmanuelle Seigner, y la magnética Eva Green (Casino Royale), la película está basada en la novela epónima de Delphine de Vigan, y fue proyectada fuera de competenci­a en el certamen.

Además de evocar la novela de Stephen King, D’après une histoire vraie representa una vuelta a los orígenes de Polanski, con guiños a Repulsión (1965) y El inquilino quimérico (1976).

La trama “evoca mis primeras películas; me sentí en mi terreno”, dijo Polanski. “Nunca había hecho una historia entre dos mujeres que se oponen. O bien eran dos hombres o bien un hombre y una mujer”.

El director no había regresado a Cannes desde La Venus de las pieles, su última película, en 2013. Obtuvo la Palma de Oro en 2002 por El pianista, que también le valió el Óscar al mejor director, en 2003.

En febrero tuvo que renunciar a presidir los premios César del cine francés, por presión de asociacion­es feministas. Polanski, de 83 años, está acusado en Estados Unidos de haber violado a una menor hace 40 años.

Un juez de ese país rechazó el mes pasado la petición del cineasta de poder regresar a territorio estadunide­nse sin arriesgars­e a ser encarcelad­o.

EL DIRECTOR FRANCO-POLACO PRESENTÓ SU PELÍCULA

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