Tania Libertad celebra en 100 violetas de esperanza
Una vez más, Tania Libertad abrió su vasto arcón musical. Esta vez, para una doble celebración centenaria: los 100 años de Violeta Parra y del soberbio Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
100 violetas para esperanza se nombró al espectáculo de la cantante peruana, las noches del viernes y de ayer.
De José Alfredo Jiménez a Armando Manzanero, y de éste a Alfonsina Storni, el apoteósico cierre ante la demanda popular de otra más, que más que cumplió, al alargar el concierto más de 120 minutos ininterrumpidos, si acaso un par de pausas para refrescar la garganta, en una demostración de vitalidad, pues está en proceso de recuperación de una extirpación de nódulo.
El público, que colmó las localidades, se le unió a coro en la mayoría de sus interpretaciones, salvo en temas de no mucho arraigo, como Nube viajera, canción, dijo, favorita de García Márquez, y el Concierto para una voz.
Abundaron los “te quiero, Tania” desde la galería, que la cantante hizo recíprocos. Pasó revista a los temas de amor y desamor: de Cucurru cucú; siguió las líneas de “me gusta el vino tanto como las flores” y “sola, sin tu cariño, voy caminando”, hasta temas, naturalmente, de Violeta Parra y de Chabuca Granda. Complació las peticiones de “Al-fon-si-na”.
La ovación final para ella y sus músicos: Sonia Cornuchet, en los teclados; Caridad Herrera, en teclados y coros, y Juanchi Vázquez, en las percusiones.