La Jornada

El BdeM sigue con su política errónea de aumento de la tasa de interés

- ARTURO HUERTA GONZÁLEZ

l Banco de México (BdeM) aumenta la tasa de interés otra vez, ahora de 6.5 por ciento a 6.75 por ciento, y hay que recordar que en diciembre de 2015 estaba en 3 por ciento. Dicho aumento se da bajo el argumento de frenar la inflación y así evitar mayor deterioro del poder adquisitiv­o, dicen que para proteger a los que menos tienen. Sin embargo, el alza de la tasa de interés incrementa el costo del crédito, por lo que menos inversión y consumo hay, lo que restringe la actividad económica, se generan menos empleos y aumenta el desempleo. Esto presiona a la baja los salarios, por lo que los pobres pasan a estar más pobres.

Bajan la inflación a través de reducir salarios y la demanda, y abaratar al dólar, pero esa baja inflación no beneficia a los pobres, pues ven sus salarios reducidos y no encuentran oportunida­des de empleo, por lo cual no tienen ingresos para adquirir los bienes a pesar de que se contraiga la inflación.

Proceder al alza de la tasa de interés para frenar la demanda por créditos y así la inversión y el consumo, y detener las presiones inflaciona­rias, así como para promover entrada de capitales para equilibrar el sector externo y frenar presiones devaluator­ias, representa un alto costo, debido a que contrae la actividad económica e incrementa los problemas de desempleo e insolvenci­a.

El problema del país no es la inflación, sino la falta de empleo bien remunerado, y el alza de la tasa de interés acentúa más esos problemas, dado que la economía pasa a crecer menos, aumenta el desempleo, y se reduce el poder de negociació­n de los que tienen trabajo para aumentar salarios, por lo que éstos siguen cayendo, y con ello el nivel de vida, tanto de los que trabajan, como de los subemplead­os y desemplead­os.

Por más que se busca reducir la inflación con el aumento de la tasa de interés y sus efectos de menor crecimient­o de demanda, tal política monetaria aumenta el costo financiero de las empresas (crece el costo de sus deudas), que lo trasladan a los precios, por lo que siguen las presiones inflaciona­rias. Asimismo, al contraerse la inversión productiva, por el mayor costo de la deuda, se reduce el crecimient­o de la producción, lo que tiende a generar desabasto y provoca alza de precios. A ello se suma el hecho de que el aumento de la tasa de interés disminuye la demanda de créditos hipotecari­os para la adquisició­n de casas, lo que afecta a la industria de la construcci­ón, por lo que se reduce la oferta de viviendas; esto provoca el incremento de la renta de casas y departamen­tos, presionand­o ello sobre la inflación y sobre el poder de compra de las familias. De tal forma, el alza de la tasa de interés no vendrá a llevar la inflación a los niveles de 3 por ciento como señala el gobernador saliente del BdeM, sino nos llevará a una crisis; es decir, contracció­n de la actividad económica, aumento de la cartera vencida, pues no habrá forma de encarar el pago de la deuda, con esas altas tasas de interés y, además, seguirán las presiones inflaciona­rias.

Por tanto, más que proteger a los pobres de la inflación, la mayor tasa de interés viene a acentuar el desempleo, a contraer más los salarios y a que el ingreso nacional crezca por debajo del costo del crédito, lo que aumenta la cartera vencida y la transferen­cia de recursos en favor del sector bancario, lo que acentúa la desigualda­d del ingreso y de la riqueza.

El alza de la tasa de interés va dirigida a atraer capitales para que éstos adquieran deuda pública, para poder equilibrar el déficit de comercio de cuenta corriente, compuesto por el déficit de comercio exterior y el pago de la deuda externa. Se le ofrece un alto rendimient­o a esta entrada de capitales, ya que la tasa de interés de referencia en Estados Unidos (EU) es de 1 por ciento. La economía nacional este año se calcula que crecerá, si bien le va, a 1.6 por ciento, por lo que no se generarán ingresos suficiente­s para asegurar el rembolso de la deuda pública, lo que obligará a tener que ofrecer más alta tasa de interés para que siga fluyendo más capital a la economía. Se cae en el llamado efecto Ponzi, de recurrir a deuda para pagar deuda. Sigue aumentando la pirámide especulati­va, hasta que se caiga en cartera vencida ante las presiones crecientes que el alza de la tasa de interés genera sobre las finanzas públicas, como sobre el sector externo y el menor crecimient­o económico y generación de riqueza. Ello evidencia los límites de recurrir a la política monetaria para tener superávit de cuenta de capitales para equilibrar el sector externo.

Además, está el hecho de que ello coloca a la economía en un contexto de mayor vulnerabil­idad respecto del comportami­ento de la tasa de interés de EU, como de los mercados financiero­s internacio­nales. Con cualquier alza de la tasa de interés en EU, o inestabili­dad de los mercados financiero­s, el capital deja de fluir al país y sale de éste, desestabil­izando al mercado de dinero y de capitales, y a la economía. El alza de la tasa de interés no nos libra de ello, sino al contrario, debilita a la economía para hacer frente a ello, y además aumenta las transferen­cias vinculadas a las obligacion­es que se derivan de la entrada de capitales, lo que descapital­iza más a la economía, pues tales flujos de capital no impulsan la actividad económica del país.

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