Edomex: democracia disfuncional
as elecciones estatales efectuadas ayer en el estado de México se encaminaban, con la información disponible al cierre de esta edición, hacia un conflicto poselectoral por la vía judicial. Ello es así porque, poco después de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) reclamaron el triunfo para sus candidatos, Alfredo del Mazo Maza y Delfina Gómez Álvarez, respectivamente el presidente del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Pedro Zamudio, divulgó un conteo rápido “no oficial” y que sólo “marcaba una tendencia”, en el que el priísta tendría una ventaja de dos puntos porcentuales sobre la ex alcaldesa de Texcoco. Minutos más tarde, el presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, calificó de “descontón” el anuncio del IEEM, señaló que los resultados del ejercicio “no corresponden a la realidad” y anunció que su partido no lo acepta.
Las anticipaciones a los resultados finales de la jornada electoral –en la que también se realizaron elecciones estatales en Coahuila y Nayarit y municipales en Veracruz– arrojan, de manera irremediable, la sombra de la sospecha sobre ellos. A la luz de lo ocurrido en las últimas horas de ayer, cabe dudar que los candidatos punteros vayan a aceptar las cifras finales, sean cuales sean.
Tal circunstancia resulta particularmente preocupante en el caso del estado de México, la entidad con mayor número de votantes en el país, y en cuyo proceso electoral se prefiguran los comicios presidenciales del año próximo.
Y, a menos que se presente el escenario improbable en el que uno de los contendientes acepte los números finales de la elección, el curso previsible es una querella