La Jornada

Confieren medalla de oro y premio Amigos de la Música a Alicia Alonso

- ARMANDO G. TEJEDA Correspons­al MADRID. PL MADRID.

El funeral del escritor catalán Juan Goytisolo, fallecido el domingo en Marrakech, se efectuó como él dispuso: sin ceremonias religiosas, sin actos grandilocu­entes, sin homenajes megalómano­s y con un sencillo y laico adiós.

En la lápida del cementerio de Larache, localidad cercana a Tánger y a unas seis horas de la ciudad que fue su último refugio, sólo hay una pequeña inscripció­n que reza: ‘‘Juan Goytisolo. Escritor. Barcelona 1931-Marrakech 2017”.

Ahí descansará junto a la tumba de un escritor que fue uno de sus amigos y referentes: el también catalán Jean Genet, pensador crítico e iconoclast­a, así como estudioso del mundo árabe que también eligió ser enterrado en Marruecos.

Goytisolo murió sin hacer ruido. La enfermedad que lo tuvo postrado en la cama y sin hacer apenas aparicione­s públicas lo fue consumiend­o de manera paulatina. Su deceso no fue una sorpresa para sus seres más queridos, incluidos sus hijos adoptivos, sus amigos más íntimos, sus editores y cómplices intelectua­les, los cuales sabían que entre las peticiones expresas de Goytisolo había dos que se debían cumplir a rajatabla: que fuesea una ceremonia laica, sin oficios religiosos ni nada parecido, así como sencilla y breve.

Y así fue. En el cementerio de Larache, el único laico del país, después de viajar seis horas en automóvil desde Marrakech, fue depositado el féretro en el nicho que ya había adquirido Goytisolo. Estaba todo dispuesto por un hombre que sabía se acercaba su fin.

Y decidió estar cerca de Jean Genet, intelectua­l incomprend­ido en la España franquista y posfranqui­sta, pensador irreverent­e, quien siempre mantuvo firme la crítica al poder y a las camarillas literarias y, además, homosexual como el propio Goytisolo en una época que se sancionaba con pena de prisión.

Leen fragmentos de su obra

En el entierro de Juan Goytisolo, premios Cervantes 2014 y Juan Rulfo 2004, tampoco hubo banderas ni honores grandilocu­entes. Lo único que sí permitió fue que se leyeran algunos fragmentos de su obra, que es su gran legado para la literatura.

Por eso sus amigos y familiares leyeron parte de sus libros más íntimos o celebrados, sobre todo sus textos autobiográ­ficos, como Juan sin tierra, donde escribió: ‘‘El expatriado ha orientado sus pasos por el laberinto de la Alcazaba, cruzado jardines y espacios verdes del Marshan, alcanzado la plaza de la Maternidad y zigzaguead­o hasta el mirador altivo de la Jatifa. Un sol indulgente, cordial, invita a sentarse en las mesas distribuid­as en la pendiente a lo largo de las terrazas floridas: nidos de espeso verdor, a cobijo de toda mirada indiscreta, en los que solitarios, grupos, parejas, fuman, leen, divagan, paladean un té con menta ovillados en la tibieza y ociosidad”, leyó su amigo y escritor José María Ridao.

A su despedida, además de sus amigos, también acudieron representa­ntes de la comunidad musulmana en España, que siempre sintieron el respaldo de El Festival Internacio­nal de Música y Danza Ciudad de Úbeda confirió en España la medalla de oro y el Premio Nacional Amigos de la Música a Alicia Alonso, reportó el Ballet Nacional de Cuba (BNC).

Por motivos de salud, la artista cubana y directora del BNC no pudo participar en la gira española y los primeros bailarines Anette Delgado y Dani Hernán- un intelectua­l punzante que recriminó a la sociedad española el racismo y la discrimina­ción con la que trataba y trata a los migrantes de origen africano que trabajan en los huertos de cultivo del sur de España. Y que también alzó la voz cuando hubo las dez recibieron las distincion­es en su nombre.

La alcaldesa Antonia Olivares y el director del Festival, Antonio Sánchez, entregaron los reconocimi­entos en la Plaza de Toros de Úbeda, donde luego el BNC obtuvo grandes ovaciones por la interpreta­ción de la obra La magia de la danza.

Gira del Ballet Nacional de Cuba

El Ballet Nacional de Cuba continuará su gira europea, que com- grandes explosione­s de racismo en El Ejido, cuando en 1998 poblacione­s enteras de lugareños salieron a las plazas públicas a linchar ‘‘árabes y musulmanes”, porque un ciudadano de esa condición había sido el presunto autor de la violación de una mujer. prende actuacione­s en varias ciudades españolas, también en Italia y Francia, con una temporada en la sala Pleyel, de París.

Hasta el momento, la crítica especializ­ada ha reaccionad­o de manera muy favorable al desempeño de los artistas cubanos.

El más reciente texto del diario El País, publicado la víspera, acuña que en cuanto a la interpreta­ción, el actual elenco del BNC es joven y su baile respira vida y dinamismo, además de una precisa y nítida ejecución.

Goytisolo levantó la voz y por eso acudieron a darle el último adiós representa­ntes de la comunidad musulmana en España, que además siempre le agradecier­on su arduo trabajo para tender puentes entre las dos orillas.

En la ceremonia luctuosa también habló Lola López Enamorado, directora del Instituto Cervantes de Tetuán, quien leyó otro fragmento de la obra del autor catalán: ‘‘Cómo expresar la dicha que me embargaba, apátrida, ajeno al redil de los puros, sentía la alegría un ochentón liberado de los grillos que le encadenaba­n a unos principios de noble fachada a los que se había opuesto sin éxito a lo largo de su vida. Libre de ser un individuo a secas, no el miembro de una tribu, de disentir de la unanimidad castiza y de poner letra a la música consensual del día, miraba y remiraba la opaca masa de nubes que cubrían el estrecho y velaba la vista desde la otra orilla. Me había ganado el pulso el derecho de ser yo mismo sin redil alguno, tanto y tanto esfuerzo de trabajo diario y tantas y tantas páginas escritas: tanto y tantos, tantas y tantas páginas tachadas rehechas para zafarme de lo que me constreñía”.

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El féretro con los restos mortales de Juan Goytisolo es conducido al cementerio de Larache, localidad cercana a Tánger y a unas seis horas de la ciudad que fue su último refugio; en la lápida sólo hay una pequeña inscripció­n: ‘‘Juan Goytisolo....

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