Advierte Katy Perry que la victoria de Trump despertó a un gigante durmiente
Tengo mucha curiosidad por ver qué sucede.
Intentaré apagar el celular
–Tiene casi 100 millones de seguidores en Twitter. ¿Se ha planteado alguna vez tomarse una pausa de las redes sociales?
–Sí, por supuesto. Es muy importante y supersano. Probablemente en el futuro mi péndulo oscile en otra dirección (...) Estamos verdaderamente en la cima de todo este ruido. En algún momento intentaré salirme, buscar un lugar realmente tranquilo. Pero todavía no, primero quiero lanzar el disco.
–¿Desconecta de vez en cuando del smartphone?
–Todos estos dispositivos crean mucha adicción. ¿Se imagina la clase de admiración que alguien como yo puede recibir por tan sólo presionar un botón, y al mismo tiempo la clase de odio? No sólo hay flores, suerte, arcoíris y unicornios. Hay muchas cosas positivas y muchas negativas. No voy a mentirle y decir que se me da bien controlarlo, aún me genera adicción, pero tengo el propósito de apagar el smartphone todos los domingos. Es una especie de reto futuro: un día para desconectar y tomarme una pausa.
–¿Se considera un fenómeno del autocontrol?
–Tengo que aprender a dejarme llevar, así que sí. En el pasado fui más bien una persona controlada, detallista. Pero he empezado a entender que hay muchas cosas que no puedo controlar.
Perry nació en la californiana Santa Bárbara en 1984, hija de pastores pentecostales. Debutó en 2001 con un disco de góspel bajo el nombre de Katy Hudson, pero el éxito internacional le llegó siete años después tras dar el salto al pop con el sencillo I Kissed A Girl, de su disco One of the Boys. Tras él siguieron Firework o Roar, que la han encumbrado al olimpo del pop.