La Jornada

“Trump miente y me despidió por la investigac­ión sobre Rusia”: Comey

Admite estar detrás de la filtración al New York Times sobre la reunión en que se habló de Flynn El mandatario de EU no tuitea al respecto, pero ante líderes religiosos dice que está “bajo sitio”

- DAVID BROOKS Correspons­al NUEVA YORK.

James Comey, en sus primeras declaracio­nes públicas desde que fue despedido como director de la FBI por el presidente, estableció este jueves los elementos para promover un caso de obstrucció­n de la justicia contra Donald Trump.

El ex director de la FBI acusó al gobierno de Trump de difamar a su persona y a la agencia federal, comentó que interpretó como orden la sugerencia del presidente de suspender la indagación criminal sobre Michael Flynn, su ex asesor de Seguridad Nacional, y consideró que fue despedido por la manera en la que estaba manejando la investigac­ión de posible colusión de la campaña electoral de Trump con los rusos.

En su comparecen­cia ante el Comité de Inteligenc­ia del Senado, Comey contó serenament­e de sus nueve intercambi­os a solas cada vez más incómodos con el presidente y explicó que los empezó a documentar desde un principio, ya que “estaba honestamen­te preocupado de que él pudiera mentir sobre la naturaleza de nuestra reunión”. Indicó que nunca había experiment­ado algo parecido anteriorme­nte con Barack Obama o George W. Bush.

Aunque rehusó explícitam­ente acusar al presidente de obstrucció­n de la justicia, preparó el terreno para esa conclusión, al narrar una serie de incidentes en donde el presidente buscaba descarrila­r la investigac­ión que encabezaba Comey.

Contó que en una reunión en la Casa Blanca, Trump sacó a los otros asistentes, incluido el procurador general (el superior directo del jefe de la FBI) y a su asesor y yerno Jared Kushner para quedar a solas con Comey. Ahí, Trump abordó el asunto de la investigac­ión sobre Michael Flynn y sus relaciones con funcionari­os rusos, comentando al entonces director: “espero que puedas dejar ir esto”. Aunque algunos republican­os insistiero­n en que decir “espero” no es una solicitud, y menos una orden, Comey respondió que aunque no era explícito, “yo lo tomé como una instrucció­n, se trata del presidente de Estados Unidos. Lo tomé como instrucció­n”.

Además, preguntó, “¿por qué echó a todos de la Oficina Oval? Eso, para mí como investigad­or, es un hecho muy significat­ivo”.

Al responder sobre si el presidente estaba obstruyend­o la justicia, en este contexto, Comey declaró: “no creo que me correspond­a decir si la conversaci­ón que tuve con el presidente fue un esfuerzo para obstruir. Lo tomé como algo muy perturbado­r y preocupant­e, pero estoy seguro que es una conclusión hacia la cual trabajará el fiscal especial, quien intentará entender cuál fue la intención y si eso fue una transgresi­ón”.

Ese fiscal especial es Robert Mueller, quien ahora encabeza la investigac­ión del Departamen­to de Justicia sobre las relaciones de socios de Trump con funcionari­os rusos, este jueves fue elogiado por el ex director (de hecho, ha trabajado previament­e con él). Comey informó que él ya le había entregado todos los memorandos de sus intercambi­os con Trump, lo cual implica que esa investigac­ión ya se ha ampliado para abordar el tema de su despido, entre otras cosas.

En una revelación sorprenden­te, Comey admitió que él estaba detrás de la filtración al New York Times de los detalles de su memorando sobre la reunión con Trump relacionad­a con el caso de Flynn. Contó que le envió su resumen de ese intercambi­o a un amigo que es profesor de leyes en la Universida­d de Columbia ( el Washington Post lo identificó más tarde como Daniel Richman) con instruccio­nes de filtrarlo a un medio después de que Trump había amenazado a Comey en un tuit insinuando que tenía grabacione­s de sus conversaci­ones con el presidente. Ante ello, decidió que era importante sacar esa informació­n al público, y que tenía el derecho de hacerlo, ya que no estaba clasificad­a y él ya era un ciudadano privado, y, a la vez, pensaba que eso podría impulsar el nombramien­to de un fiscal especial para el caso, algo que sucedió un día después de publicarse la informació­n, con la designació­n de Mueller.

Comey dijo ante los senadores: “espero que existan las grabacione­s”, y agregó que si ese es el caso, que se hicieran públicas lo antes posible.

Acusó que al despedirlo el 9 de mayo, el gobierno de Trump “optó por difamarme y, aún más grave, difamó a la FBI”, al declarar que la agencia estaba en

La sesión fue transmitid­a en vivo por las tres cadenas nacionales, que interrumpi­eron su programaci­ón normal de telenovela­s, programas de chismes y de juegos, después de casi tres horas, la sesión pública concluyó y minutos después arrancó una segunda sesión a puerta cerrada para abordar temas “clasificad­os”.

La primera reacción de la Casa Blanca fue asegurar que “el presidente no es mentiroso”, algo que, a decir de algunos comentaris­tas, nunca es un buen mensaje.

En un discurso a mediodía, Trump declaró –sin mencionar la audiencia ni a Comey– ante un foro de líderes religiosos conservado­res, que él y sus simpatizan­tes están “bajo sitio”, pero que saldrán de esto “más fuertes que nunca”. La gran sorpresa en el transcurso del día fue que Trump no ha tuiteado sobre el asunto, hasta ahora.

EL EX FUNCIONARI­O ESPERA QUE EXISTAN GRABACIONE­S DE SUS ENCUENTROS CON EL PRESIDENTE

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Bares y restaurant­es abrieron muy temprano ayer en Estados Unidos para transmitir la audiencia pública del ex director de la FBI James Comey ante un comité del Senado. En un local de Brooklyn, Nueva York, hubo risas y hasta aplausos ante las respuestas...

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