“Trump miente y me despidió por la investigación sobre Rusia”: Comey
Admite estar detrás de la filtración al New York Times sobre la reunión en que se habló de Flynn El mandatario de EU no tuitea al respecto, pero ante líderes religiosos dice que está “bajo sitio”
James Comey, en sus primeras declaraciones públicas desde que fue despedido como director de la FBI por el presidente, estableció este jueves los elementos para promover un caso de obstrucción de la justicia contra Donald Trump.
El ex director de la FBI acusó al gobierno de Trump de difamar a su persona y a la agencia federal, comentó que interpretó como orden la sugerencia del presidente de suspender la indagación criminal sobre Michael Flynn, su ex asesor de Seguridad Nacional, y consideró que fue despedido por la manera en la que estaba manejando la investigación de posible colusión de la campaña electoral de Trump con los rusos.
En su comparecencia ante el Comité de Inteligencia del Senado, Comey contó serenamente de sus nueve intercambios a solas cada vez más incómodos con el presidente y explicó que los empezó a documentar desde un principio, ya que “estaba honestamente preocupado de que él pudiera mentir sobre la naturaleza de nuestra reunión”. Indicó que nunca había experimentado algo parecido anteriormente con Barack Obama o George W. Bush.
Aunque rehusó explícitamente acusar al presidente de obstrucción de la justicia, preparó el terreno para esa conclusión, al narrar una serie de incidentes en donde el presidente buscaba descarrilar la investigación que encabezaba Comey.
Contó que en una reunión en la Casa Blanca, Trump sacó a los otros asistentes, incluido el procurador general (el superior directo del jefe de la FBI) y a su asesor y yerno Jared Kushner para quedar a solas con Comey. Ahí, Trump abordó el asunto de la investigación sobre Michael Flynn y sus relaciones con funcionarios rusos, comentando al entonces director: “espero que puedas dejar ir esto”. Aunque algunos republicanos insistieron en que decir “espero” no es una solicitud, y menos una orden, Comey respondió que aunque no era explícito, “yo lo tomé como una instrucción, se trata del presidente de Estados Unidos. Lo tomé como instrucción”.
Además, preguntó, “¿por qué echó a todos de la Oficina Oval? Eso, para mí como investigador, es un hecho muy significativo”.
Al responder sobre si el presidente estaba obstruyendo la justicia, en este contexto, Comey declaró: “no creo que me corresponda decir si la conversación que tuve con el presidente fue un esfuerzo para obstruir. Lo tomé como algo muy perturbador y preocupante, pero estoy seguro que es una conclusión hacia la cual trabajará el fiscal especial, quien intentará entender cuál fue la intención y si eso fue una transgresión”.
Ese fiscal especial es Robert Mueller, quien ahora encabeza la investigación del Departamento de Justicia sobre las relaciones de socios de Trump con funcionarios rusos, este jueves fue elogiado por el ex director (de hecho, ha trabajado previamente con él). Comey informó que él ya le había entregado todos los memorandos de sus intercambios con Trump, lo cual implica que esa investigación ya se ha ampliado para abordar el tema de su despido, entre otras cosas.
En una revelación sorprendente, Comey admitió que él estaba detrás de la filtración al New York Times de los detalles de su memorando sobre la reunión con Trump relacionada con el caso de Flynn. Contó que le envió su resumen de ese intercambio a un amigo que es profesor de leyes en la Universidad de Columbia ( el Washington Post lo identificó más tarde como Daniel Richman) con instrucciones de filtrarlo a un medio después de que Trump había amenazado a Comey en un tuit insinuando que tenía grabaciones de sus conversaciones con el presidente. Ante ello, decidió que era importante sacar esa información al público, y que tenía el derecho de hacerlo, ya que no estaba clasificada y él ya era un ciudadano privado, y, a la vez, pensaba que eso podría impulsar el nombramiento de un fiscal especial para el caso, algo que sucedió un día después de publicarse la información, con la designación de Mueller.
Comey dijo ante los senadores: “espero que existan las grabaciones”, y agregó que si ese es el caso, que se hicieran públicas lo antes posible.
Acusó que al despedirlo el 9 de mayo, el gobierno de Trump “optó por difamarme y, aún más grave, difamó a la FBI”, al declarar que la agencia estaba en
La sesión fue transmitida en vivo por las tres cadenas nacionales, que interrumpieron su programación normal de telenovelas, programas de chismes y de juegos, después de casi tres horas, la sesión pública concluyó y minutos después arrancó una segunda sesión a puerta cerrada para abordar temas “clasificados”.
La primera reacción de la Casa Blanca fue asegurar que “el presidente no es mentiroso”, algo que, a decir de algunos comentaristas, nunca es un buen mensaje.
En un discurso a mediodía, Trump declaró –sin mencionar la audiencia ni a Comey– ante un foro de líderes religiosos conservadores, que él y sus simpatizantes están “bajo sitio”, pero que saldrán de esto “más fuertes que nunca”. La gran sorpresa en el transcurso del día fue que Trump no ha tuiteado sobre el asunto, hasta ahora.
EL EX FUNCIONARIO ESPERA QUE EXISTAN GRABACIONES DE SUS ENCUENTROS CON EL PRESIDENTE