La Jornada

Trasnacion­ales realizan megaproyec­tos sin consultar a pueblos originario­s: ONU

Indican expertos que las autoridade­s están sujetas a los intereses de las empresas extranjera­s

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

Las compañías trasnacion­ales que operan en México llevan a cabo sus megaproyec­tos sin respetar el derecho de los pueblos originario­s a ser informados y consultado­s al respecto, lo cual genera un gran número de conflictos socioambie­ntales, en los cuales los activistas que denuncian estos abusos suelen ser víctimas de amenazas y agresiones.

Así lo denunció el grupo de trabajo sobre los derechos humanos y las empresas trasnacion­ales –dependient­e de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas– en el informe final de la visita que realizaron sus integrante­s a México el año pasado.

En el documento, de 23 páginas, denunció que muchos de los megaproyec­tos realizados por diversas compañías en áreas como minería, energía, construcci­ón y turismo “a menudo afectan a las comunidade­s indígenas” y no reparan adecuadame­nte en los daños causados.

“La urgencia de atraer inversione­s, la insuficien­cia de las salvaguard­ias y la falta de capacidad para hacer cumplir la legislació­n vigente crean un entorno en el que los derechos hu- manos se pueden vulnerar con impunidad”, subrayaron los autores del informe tras su visita, efectuada del 29 de agosto al 7 de septiembre de 2016.

La falta de consulta previa e informada a las comunidade­s –proceso que muchas empresas consideran una responsabi­lidad del gobierno, no suya– provoca diversas violacione­s a los derechos humanos, como parte de un fenómeno de conflictiv­idad social, donde “todas las partes salen perdiendo”, pues también hay daños a la reputación y las inversione­s de las compañías.

En este escenario, destacó el grupo de trabajo, las autoridade­s mexicanas “están sujetas a los intereses de las empresas” –lo cual se conoce como captura corporativ­a del Estado–, por lo que no aplican el marco jurídico existente ni obligan a las firmas trasnacion­ales a modificar su conducta para que respeten los derechos humanos.

Entre los ejemplos que lograron recabar los especialis­tas de Naciones Unidas durante su visita a seis entidades del país, se encuentra el de un parque eólico en la zona del Istmo de Tehuantepe­c, Oaxaca, que empezó a construirs­e sin informar primero a los habitantes de la zona, aprovechan­do que en años anteriores ya se habían instalado otros desarrollo­s del mismo tipo.

De igual manera, el informe menciona el caso de las comunidade­s mayas de Campeche y Yucatán, afectadas por los cultivos de soya transgénic­a; el pueblo indígena de San Francisco Xochicuaut­la, cuyos habitantes luchan contra la edificació­n de una autopista privada, y las comunidade­s yaquis que se oponen a la construcci­ón del acueducto Independen­cia.

Sumado a lo anterior, recalcó el grupo de trabajo, existen “casos generaliza­dos de intimidaci­ón y acoso” en contra de los líderes comunitari­os que protestan contra determinad­os proyectos y operacione­s empresaria­les.

El organismo emitió una serie de recomendac­iones al Estado mexicano, entre ellas que garantice la celebració­n de consultas previas e informadas con las comunidade­s afectadas por proyectos de desarrollo y operacione­s empresaria­les.

Pidió a las autoridade­s que informe a las trasnacion­ales sobre su obligación de respetar los derechos humanos en todas sus actividade­s, y que facilite el diálogo con las comunidade­s afectadas.

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