Resurge la lucha en el sol azteca ante la idea de Barrales de aliarse al PAN
Para ganar en 2018 las izquierdas tienen que estar unidas, expresan
ara cualquier observador de las elecciones en el estado de México fueron evidentes las violaciones al espíritu y a la letra de la Constitución. Las elecciones son una aberración: división esquizofrénica entre el “respeto a la ley” y su infracción sistemática. Reforcé esta percepción cuando visité los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla y Huixquilucan. Las cosas fueron tan obvias que por eso resulta irritante la incapacidad de Instituto Nacional Electoral para intervenir, prevenir y sancionar. El Instituto Electoral del Estado de México actúa como un instrumento del gobernador. Las más graves violaciones se dieron a la luz del día: compra masiva del voto (se calcula que un millón y medio recibieron un regalo del PRI); la coacción: condicionamiento del acceso a los programas sociales; violación a los modelos de comunicación política autorizados (el PRI unificó sus espots con los de los gobiernos federal y local); propaganda de desprestigio y calumnia (llamadas telefónicas en la madrugada); exceso en el tope de gastos de campaña, evidentes por los costosos mítines, espectaculares, brigadas de promoción y compra del voto, equipos de apoyo, etcétera; apropiación y uso de los programas sociales por parte de funcionarios federales, estales y municipales; actos anticipados de campaña; violencia e intimidación contra los cuadros de los opositores; entrega indebida de apoyos en efectivo, así como el uso de recursos de procedencia ilícita. Todo esto hace imposible la equidad en la contienda. Estos abusos obedecen a una conducta reiterada y se trasluce que responden a un mando central. Fue un operativo que abarcó a toda la entidad y se concentró, estratégicamente, en las regiones rurales más pobres, donde se elevó misteriosamente la participación de electores (en miles de casillas hubo más votos que ciudadanos empadronados). Uno tiene la impresión de una máquina que funciona a todos los niveles de la organización política, apoyada por grupos de interés y medios de comunicación. En el caso de Coahuila se repitieron estos patrones contra otro partido que amenazaba a la pandilla local. Asombra el anacronismo: se cometen los mismos ilícitos que hace 50 o 60 años. Esto refleja la descomposición del sistema y la ceguera de sus beneficiarios. Los opositores sólo podrán enfrentar a esta maquinaria múltiple, con una firme alianza y una excelente organización. Tras las elecciones del 4 de junio, en el PRD resurgió la confrontación entre corrientes ante la intención de la dirigencia nacional de impulsar un frente amplio opositor, que incluya al PAN, para las elecciones de 2018 de no lograrse un acuerdo con Morena.
René Bejarano, líder de Izquierda Democrática Nacional, señaló que es “evidente que conviene al régimen tanto el colaboracionismo entreguista como el sectarismo obcecado de las izquierdas”.
Señaló que después de los comicios del 4 de junio, al sistema político únicamente se le puede ganar con la unidad de las fuerzas progresistas, democráticas y de izquierda. “Así hubiera sido en el estado de México, lo dijimos, pero desafortunadamente imperó la soberbia y el cálculo egoísta.”
A su vez, en una carta, la secretaria de Fortalecimiento a la Militancia del Comité Ejecutivo Nacional del sol azteca, Margarita Guillaumín, cuestionó a la presidenta, Alejandra Barrales, su interés para mantener al neoliberalismo como modelo político y económico en México, al recordarle que una alianza con el blanquiazul “llevaría al triunfo a la derecha neoliberal y se ahondarían las diferencias sociales que hoy tenemos”.
La integrante del Frente de Izquierda Progresista pidió a Barrales realizar una gran convocatoria a dirigentes y ex líderes del partido, así como a organizacio- nes sociales y civiles para que se construya un puente de unión de las izquierdas.
En tono similar, el bloque Militantes de Izquierda ha pedido a su dirigencia unir a las izquierdas para ganar en 2018, y expresamente le ha planteado que, bajo esta línea, reconozca el triunfo de la morenista Delfina Gómez en las elecciones mexiquenses, a lo que Barrales se ha negado.
La presidenta del PRD ha dicho que avalará lo que las autoridades electorales decidan en torno a esos comicios, y aunque reconoció que el escenario ideal para las elecciones presidenciales es ir en unidad con la izquierda, también recordó que el PAN, como partido de oposición, “está dispuesto a trabajar para sacar al PRI”, por lo cual no descarta la construcción de un frente amplio opositor para el siguiente año.
En tono similar se han pronunciado las corrientes Nueva Izquierda e Iniciativa Galileos. Esta última subrayó: “nosotros estamos abiertos a platicar con todas las fuerzas opositoras para construir un gran frente amplio con candidatura ciudadana rumbo a 2018, el cual entendemos como una alianza mucho más amplia que la coalición de dos partidos”.