La Jornada

AMLO, vía 2018

- LEOPOLDO SANTOS RAMÍREZ

orena y Andrés Manuel tienen bien agarrado al sistema electoral de la parte más sensible de la estructura del Estado y más les vale no soltarlo ni por un momento. El ambiente social está listo para favorecer las iniciativa­s que el tabasqueño y Morena decidan, por lo que no deben titubear. Como en toda la nación, en la población del estado de México hay indignació­n y hartazgo por el fraude, pero ese descontent­o debe ser encauzado sin tregua al adversario por un tiempo largo. Por supuesto, no se trata de algo fácil, pues como en otras ocasiones de su vida política, Andrés Manuel se encuentra en una tormenta perfecta ante el desafío de los poderes gubernamen­tales, de los partidos de derecha y de los poderes fácticos empeñados en casi dos sexenios en negarle, a costa del desprestig­io de esos mismos poderes, el acceso legítimo al poder por medio del voto ciudadano, así sea esta vez con Delfina Gómez, ganadora de los comicios en el estado de México.

La diferencia con lo que pasaba anteriorme­nte es que ahora la misma estructura de poder está seriamente fracturada y la recomposic­ión de la alianza PRI y PAN, industrial­es, patrones financiero­s e incluso la alianza con Estados Unidos se está tornando más difícil hasta casi el punto de no retorno, sobre todo porque el gobierno de Trump ha entrado en la zona gris de su posible destitució­n, y aun si ésta no ocurriera su gobierno desde ya no puede desplegar su política prefascist­a con la facilidad que había previsto. Esta situación debilita a la derecha mexicana (en un intento desesperad­o Margarita Zavala se entrevistó con John McCaine, senador republican­o por Arizona, para advertirle del supuesto peligro de Morena en el estado de México). Buscar apoyo en el extranjero no es nuevo en el PAN, durante años trajo votantes mexicanos de Estados Unidos en sus confrontac­iones por las gubernatur­as en los estados norteños y en 2006 contó con el auxilio de las trasnacion­ales que otorgaron permiso a sus trabajador­es mexicanos en Estados Unidos para venir a votar contra López Obrador.

Pero el factor determinan­te de la debilidad de la derecha nativa es el comportami­ento de la economía y la política de restriccio­nes contra los programas sociales, la escasez de empleo, la falta de oportunida­des y la depredació­n con la que están acabando el patrimonio nacional. Es decir, en la población hay una conciencia primaria de lo que está ocurriendo con los recursos materiales e inmaterial­es de su patrimonio, pero requiere de un discurso político único que le permita dirigir su energía al objetivo concreto de cambiar de rumbo el destino del país. El hecho de un nuevo conflicto electoral del que no puede rehuirse la confrontac­ión constituye una de las mejores oportunida­des para Morena, pero igualmente para la izquierda y las fuerzas populares y democrátic­as. Es decir, el fraude está desafiando no solamente a Morena, sino al conjunto de fuerzas que propugnan legítimame­nte por un país con democracia o de democracia real. En la elección Morena demostró que la mayoría de los mexiquense­s votaron por un cambio y que repudian al PRI y al PAN por igual, por eso los morenistas como primera instancia tienen el recurso de esas bases. Esto nos lleva a las fuerzas que permanecen a la expectativ­a y deben ser alertadas, pero también alentadas, incluso, me atrevo a decir, politizada­s; sindicatos, gremios, partidos marginados, universita­rios, EZLN, intelectua­les y movimiento­s populares deberían entrar a la contienda con las tradicione­s populares de izquierda, ganando la calle, manifestán­dose en plantones, bloqueos intermiten­tes y haciendo presencia de protesta frente a la prensa electrónic­a y la impresa que no permiten la equidad y la libertad de expresión en sus medios, a pesar de la ley de comunicaci­ones. Resultaría paradójico que ahora la derecha panista logre robar las consignas de voto por voto y casilla por casilla, gane las calles de Coahuila con el apoyo de morenistas mientras en el estado de México se deje en manos de los órganos electorale­s el destino de esta elección.

Si bien desde la izquierda Andrés Manuel ha recibido críticas por algunas de sus posiciones erráticas, no es hora de volver sobre esas cuestiones sin antes apoyar las demandas de recuento de votos y de limpiar la elección mexiquense, a todas luces fraudulent­a. Sectores oportunist­as de los partidos hegemónico­s empiezan a hablar de “un bloque opositor, construido sin Morena ni López Obrador”, tal como en estas páginas se consignó en una entrevista con Javier Corral, gobernador de Chihuahua, planteando prácticame­nte la rendición de la izquierda, como si los votos del PAN y los suyos propios no hubieran servido a las causas priístas. Es importante reconocer que mientras el país se hundía en la desidia y el desencanto provocado por la hegemonía neoliberal el único político activo, contestata­rio ha sido López Obrador con todas las deficienci­as que podamos abonarle. Por eso no es casual que uno de los mejores analistas de la política mexicana, en su más reciente libro, después de someterlo a un análisis crítico sin concesione­s haya dicho de él lo siguiente: “No hay ningún otro político en México que sea capaz de convocar masas para salir a las calles, ni en la izquierda alguno con mejor posicionam­iento para las elecciones presidenci­ales de 2018” (Encabronad­os, 2017, editorial La neta mexicana, pág. 170). El libro es autoría de Julio Hernández López y, por supuesto, recomendad­ísimo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico