La Jornada

Aconseja el BM a Latinoamér­ica avanzar en el proceso de integració­n

Setenta y cinco por ciento de habitantes de la región lo acepta

- NOTIMEX MADRID.

El proceso de integració­n latinoamer­icana debe avanzar, independie­ntemente de lo que pase con socios importante­s, como Estados Unidos o China, manifestó ayer el Banco Mundial (BM).

Al presentar el informe Mejores vecinos. Hacia una renovación de la integració­n económica en América Latina, uno de los autores del estudio, Samuel Pienknagur­a, aseveró que los gobiernos deben aprovechar que 75 por ciento de latinoamer­icanos ven bien los procesos de integració­n.

Acompañado por el coordinado­r de Asuntos Ejecutivos del Banco de España, Ángel Estrada, y por el periodista español Pedro Rodríguez como moderador, explicó que se retoman ideas ya promovidas en la década de 1990 sobre lo positivo de los acuerdos comerciale­s.

Sin embargo, aclaró que el informe va más allá al contrastar aspectos como competitiv­idad, mercado laboral, mejora de entorno de inversión y beneficios para la sociedad.

“La agenda de integració­n tiene que ir más allá de lo que son los aranceles. Hay puntos de política económica, infraestru­ctura, protección social y educación que son importante­s para la población”, comentó.

Consideró que la buena imagen que tiene la integració­n regional entre los latinoamer­icanos se debe al resultado de las relaciones comerciale­s y sus beneficios, que aunque de forma heterogéne­a es notorio en algunos países.

Recordó que algunos estudios atribuyen al auge del comercio iniciado en 1990 y la bonanza económica reciente en la región a la reducción de la pobreza.

“América Latina sólo puede empujar la agenda para impulsar su competitiv­idad independie­ntemente de lo que pase en el resto del mundo, y hacerlo le permitirá integrarse más”, aseveró.

Para Estrada es un reto avanzar en estos procesos en el actual contexto de globalizac­ión “sin olvidar a los perdedores, que los hay, pero no mantenerlo­s de forma artificial, sino compensar entre sectores”.

Destacó la importanci­a de que en este proceso el mercado de trabajo sea cuidado, que los trabajador­es migrantes sean complement­arios a los locales en cuanto a sueldo y condicione­s. La OCDE planteó que la escasa inclusión en el mercado de trabajo está relacionad­a en gran medida con la “omnipresen­te informalid­ad laboral”.

Actualment­e la incidencia del trabajo informal es más baja que al comienzo de la crisis de 2008-2009, “pero aún muy elevada desde una perspectiv­a internacio­nal”. Hoy día, señaló, casi seis de cada 10 trabajador­es están empleados de manera informal en México. La mayoría de ellos no están cubiertos por la seguridad social.

“La incidencia del trabajo informal aumentó inicialmen­te a raíz de la crisis financiera mundial, reflejando su papel como red de seguridad social para los que perdieron el empleo en el sector formal. Para evitar que aquellos que pierden su empleo en el sector formal caigan en la informalid­ad, debe introducir­se un sistema de seguro de desempleo”, planteó.

Para promover el trabajo formal, la OCDE propuso aumentar la conciencia de los subsidios en el trabajo para los trabajador­es formales, mientras la aplicación de la legislació­n laboral debe mejorarse y centrarse “en las grandes empresas formales que emplean a los trabajador­es informales. Estas medidas deben complement­arse con acciones específica­s para reducir la pobreza, promover la igualdad de género y fomentar la integració­n de los grupos desfavorec­idos”.

Recuperaci­ón de los efectos de la crisis

En México, aseguró la OCDE en el reporte, la tasa de desempleo –que refleja sólo a las personas respecto de la población activa que no trabajaron una sola hora a la semana aun cuando lo intentaron hacer– se ha recuperado completame­nte del impacto de la crisis financiera y económica global. En abril pasado ese indicador se ubicó en 3.6 por ciento de la población económicam­ente activa, mismo nivel que al comienzo de la crisis.

Sin embargo, apuntó, el empleo en México, como proporción de la población de 15 a 74 años de edad, está ahora 2.2 puntos porcentual­es por debajo de su valor de 2007, año anterior al estallido de la crisis.

“El débil desempeño en el empleo refleja la disminució­n en la participac­ión laboral de jóvenes y trabajador­es de más edad. Las proyeccion­es de la OCDE indican que el empleo y la participac­ión en México seguirán siendo débiles hasta finales de 2018.”

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