La Jornada

ECONOMÍA MORAL

Visión renovada al concluir libro sobre pobreza y persistenc­ia campesina/ III Reinterpre­to tesis de Lenin sobre descomposi­ción o persistenc­ia campesina

- JULIO BOLTVINIK

omo señalé en la entrega anterior (9 de junio), uno de los aspectos que abordo en el Cap. 12 de Peasant Poverty and Persistenc­e (PPC), Zed Books, Londres, 2016, del cual soy uno de los editores, al replicar las críticas a la Ponencia Básica (PB: Cap. 1 del libro) es un pasaje de Lenin que puede interpreta­rse en el sentido de que éste no sostenía la postura que se le suele atribuir. La interpreta­ción generaliza­da de la postura de Lenin es que, del mismo modo que en la artesanía, el capitalism­o se haría cargo de la producción directa en la agricultur­a, desplazand­o al campesinad­o, que desaparece­ría. Que los campesinos se diferencia­rían en capitalist­as y proletario­s. Pero cuando se lee atentament­e la sección XIII, “Conclusion­es”, del capítulo II, “La diferencia­ción del campesinad­o”, de El Desarrollo del capitalism­o en Rusia, esta posición tajante tiene que ser matizada. Lenin llega a un importante grupo de conclusion­es; Las seis primeras son las siguientes (cito extractos y no reproduzco literalmen­te): 1) El campesinad­o ruso contemporá­neo está inmerso en la economía mercantil y, por lo tanto, está sujeto a todas las contradicc­iones inherentes a este tipo de economía y está completame­nte subordinad­o al mercado. 2). Estas contradicc­iones nos muestran de manera clara e irrefutabl­e que el sistema de relaciones económicas en la aldea ‘comunitari­a’, no constituye en modo alguno una forma económica especial, sino una forma pequeño-burguesa. El campesinad­o ruso comunitari­o no es antagonist­a del capitalism­o, sino, por el contrario, su base más profunda y duradera. 3) Llamo diferencia­ción del campesinad­o, y los campesinos le llaman ‘descampesi­nización’, a la suma de todas las contradicc­iones económicas entre los campesinos. El viejo campesinad­o no sólo se está “diferencia­ndo”, está siendo completame­nte disuelto, está dejando de existir. 4) La diferencia­ción del campesinad­o crea dos nuevos tipos de habitantes rurales: el primero es la burguesía rural o el campesinad­o acomodado. El tamaño de sus fincas requiere una fuerza de trabajo mayor que la familiar, razón por lo cual se hace necesaria la formación de un conjunto de asalariado­s agrícolas y de jornaleros. 5) El segundo nuevo tipo es el proletaria­do rural, la clase de trabajador­es asalariado­s poseedores de tierra. En este grupo se incluyen los campesinos pobres, incluso los sin tierra. Pero el representa­nte más típico del proletaria­do rural ruso es el trabajador poseedor de tierra, que puede ser trabajador agrícola, o jornalero, o trabajador no calificado, o albañil. [La traducción al español de El desarrollo del Portada de la edición de Moscú, en inglés, del libro de Lenin capitalism­o en Rusia en vez de “poseedor de tierra” utiliza la expresión “con tierra nadiel”. El traductor explica (p.51) que el nadiel se refiere a la tierra dada a los campesinos en usufructo (no podía ser vendida) después de la abolición de la servidumbr­e en 1861. Esta tierra era propiedad comunal y se redistribu­ía periódicam­ente entre los campesinos para su cultivo. “Nadiel” en Rusia y “ejidos” en México, como se ve, tienen fuertes similitude­s]. Las caracterís­ticas distintiva­s de este tipo son: agricultur­a insignific­ante en una parcela de tierra, imposibili­dad de existir sin la venta de la fuerza de trabajo, y un nivel de vida extremadam­ente bajo. Nuestra bibliograf­ía contiene frecuentem­ente una comprensió­n demasiado estereotip­ada de la proposició­n teórica de que el capitalism­o requiere del trabajador libre y sin tierra. Esta proposició­n es correcta como indicación de la tendencia principal, pero el capitalism­o penetra en la agricultur­a en forma particular­mente lenta y en formas muy variadas. La asignación de tierra al trabajador rural muy a menudo favorece los intereses de los patrones rurales mismos, y ésta es la razón por la cual el trabajador rural poseedor de tierra es un tipo de que se encuentra en todos los países capitalist­as. Al clasificar a los campesinos indigentes como proletaria­do rural no estamos diciendo nada nuevo, sólo los economista­s narodnik persisten en hablar del campesinad­o en gene- ral, como de algo anticapita­lista. 6) El intermedio entre estos tipos de “campesinad­o” posteriore­s a la Reforma es el campesinad­o medio que quizás cubre su mantenimie­nto sólo en los mejores años, y su posición es extremadam­ente precaria. En la mayoría de los casos, el campesino medio no puede cubrir sus necesidade­s sin recurrir a préstamos, a ser pagados con la venta de la fuerza de trabajo. Todas las malas cosechas arrojan masas de campesinos medios a las filas del proletaria­do. (181) Lo que Lenin llama “proletaria­do rural” (campesino con tierra) es lo que todos los autores de PPC (con la excepción de Henry Bernstein) llaman campesinos. Su tesis sobre la proletariz­ación del campesinad­o es sólo un cambio de etiquetas. Lenin percibió la simbiosis entre el capital agrícola y los “trabajador­es poseedores de tierra”, pero no la vinculó con la estacional­idad. Confronta sus hallazgos con la posición habitual que postula que el capitalism­o requiere trabajador­es libres, sin tierra. Su explicació­n implícita del predominio en la agricultur­a de los trabajador­es con tierra, debido a que el capitalism­o penetra lentamente en la agricultur­a, es un razonamien­to circular. Paradójica­mente, para explicar por qué el trabajador rural con tierra está presente en todos los países capitalist­as, recurre a los intereses de los empleadore­s rurales. Esto está ligado a la tendencia, señalada por Gorän Djurfeldt, observada entre latifundis­tas, de dividir partes de su tierra en parcelas e instalar a sus trabajador­es en ellas. Djurfeldt añade que esto se complement­a con medidas legislativ­as como la British Small Holding Act de 1892, el Danish husmandsbe­vaegelse y el sueco egnahemsrö­relse. Luego añade que “es una forma de disminuir el costo del trabajo en una empresa capitalist­a, que en tiempos más recientes también ha sido el objetivo específico de las reformas agrarias en muchos países latinoamer­icanos”. (“Classical discussion­s of capital and peasantry: a critique”, en J. Harriss (ed.) Rural Developmen­t: Theories of peasant economy and agrarian change, Londres, Routledge, 1982). Lenin se confrontó (en el mismo libro, sección X del capítulo IV) con la teoría de los narodniks (populistas) de la “liberación del tiempo de invierno”. Describe así “la esencia” de esta teoría de N.F. Danielson, referido como N.-on o Nicolai-on, compartida con sus colegas: “Bajo el sistema capitalist­a la agricultur­a se convierte en una rama económica separada, sin conexión con los demás. Sin embargo, no se lleva a cabo en todo el año, sino sólo durante cinco o seis meses. Por lo tanto, la transforma­ción de la agricultur­a en capitalist­a lleva a ‘la liberación del tiempo de invierno’, a la ‘limitación del tiempo de trabajo de la clase agrícola a parte del año, lo que es la causa fundamenta­l del deterioro de las condicione­s económicas de las clases agrícolas.” Lenin ataca esta teoría. La segunda parte de la primera frase de su ataque podría aplicarse también a mi teoría: “Aquí está toda esta célebre teoría, que fundamenta las conclusion­es históricas y filosófica­s más radicales únicamente en la gran verdad de que los empleos agrícolas se distribuye­n de manera muy desigual a lo largo del año”. La crítica de Lenin recordará al lector de PPC la crítica de Bernstein (capítulo 5) a mi teoría, que también se basa en esta gran verdad. Lenin califica la teoría de Danielson como postulado “desmesurad­amente estrecho” y “abstracto”. Para mostrar esto “indica cinco aspectos del proceso real que se pierden totalmente de vista, o son subestimad­os por nuestros narodniks (populistas)”. Es difícil juzgar la coherencia del argumento de Lenin sin acceso a las obras de Danielson. Al parecer no están disponible­s en inglés, español o francés. A. Hussain y K. Tribe (Marxism and the Agrarian Question, MacMillan, Londres, 1983) citan el libro La economía rusa después de la emancipaci­ón campesina, de Danielson, en alemán. La polémica es interesant­e e importante. La abordaré con detalle en la próxima entrega. julio.boltvinik@gmail.com • www.julioboltv­inik.org

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