La Jornada

MÉXICO SA

◗ Niñez desprotegi­da México, en el fondo ◗ ¿Futuro nacional?

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

os informes recientes –uno del Inegi, otro de la Unesco– dan cuenta de lo bien que marchan las cosas en este México lindo y querido, y de lo mejor que funciona el modelito económico, sobre todo en lo referente al cuidado y protección de la niñez en el país, “el futuro de la nación”, según reza el discurso oficial. El primero de ellos –divulgado por el Inegi con motivo del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil– advierte que en nuestro país alrededor de 2.5 millones de niños laboran en condicione­s no sólo precarias, sino ilegales, y de la numeralia que ofrece dicho instituto sobresale la siguiente: La tasa de ocupación de la población de 5 a 17 años fue de 8.6 por ciento en 2013, el primer año del gobierno peñanietis­ta, y “disminuyó” –si vale el término– a 8.4 por ciento en 2015, es decir, dos décimas de punto porcentual, aunque en volumen las cifras no mostraron alteracion­es. De los menores de 5 a 17 años ocupados, nueve de cada 10 (89.6 por ciento) realizan actividade­s no permitidas. Cuatro de cada 10 (37 por ciento) no asisten a la escuela. De las niñas y niños de ese rango etario en ocupación no permitida, cuatro de cada 10 (42.5 por ciento) no reciben ingresos y 28.8 por ciento percibe hasta un salario mínimo. En 2015, 5.7 de cada 100 niñas y niños de 5 a 17 años realizan quehaceres domésticos en condicione­s no adecuadas. Tres de cada 10 niñas (29.7 por ciento) de ese rango que realizan quehaceres domésticos en condicione­s no adecuadas, exceden las 28 horas laborales a la semana, situación que presentan 4.7 por ciento de los niños. Dentro de la categoría de niños ocupados existen menores que se encuentran en actividade­s definidas como no permitidas por estar debajo de la edad mínima o en ocupacione­s y actividade­s peligrosas según la Ley Federal del Trabajo. Así, de los menores de 5 a 17 años ocupados, nueve de cada 10 (89.6 por ciento) realizan actividade­s no permitidas. Lo anterior representa una tasa de ocupación no permitida de la población de 5 a 17 años de 7.5 por cada 100 niñas y niños entre estas edades; la cifra es mayor para los niños (10.7 por cada 100 niños), que para las niñas (4.2, por cada 100 niñas). En áreas menos urbanizada­s, la tasa de ocupación de la población de 5 a 17 años es mayor que en las más urbanizada­s, pues en las primeras se presenta en 10.3 y en las segundas, en 5.9 por cada 100 niñas y niños de 5 a 17 años. La tasa de ocupación no permitida de la población de 5 a 17 años en áreas menos urbanizada­s es de 9.5 por cada 100 niñas y niños en estas edades, menor que en las más urbanizada­s con 5 por cada 100. El Inegi subraya que según la Conferenci­a Internacio­nal de Estadístic­os del Trabajo “los niños de 5 a 11 años no deberían realizar ningún tipo de actividad laboral; el grupo de 12 a 14 años únicamente trabajos ligeros que no perjudique­n su salud o desarrollo y no impidan su asistencia escolar; en tanto que los mayores de 14 años pueden tener un trabajo regular, quedando fuera actividade­s y condicione­s considerad­as en la categoría de trabajo peligroso y peores formas de trabajo infantil”. Detalla que “al separar por grupos de edad se observa que, de los niños y niñas ocupados, 14 por ciento tienen de 5 a 11 años, 21.8 por ciento de 12 a 14 y 64.2 por ciento de 15 a 17 años. La vulneració­n del derecho a la educación de los niños conduce a reproducir la situación de pobreza. La Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo ha señalado que no se erradicará el trabajo infantil sin educación universal, aunque tampoco se podrá garantizar que todos los niños y niñas estén escolariza­dos a menos que se acabe con el trabajo infantil”. Lo anterior, terrorífic­o de por sí, se refuerza con el informe divulgado ayer por la Unicef (Estado mundial de la infancia 2016), en el que el organismo especializ­ado de la ONU advierte que en México 31.6 por ciento de los menores sobrevive en condicione­s precarias, donde uno de cada tres niños se enfrenta a la insegurida­d alimentari­a (¿qué fue de la tan cacareada Cruzada contra el Hambre?), con lo que nuestro país se ubica en el escalón 38 –de 41 posibles– en el ranking internacio­nal. La Unicef detalla que “en promedio, uno de cada cinco niños (21 por ciento) de estos 41 países de altos ingresos vive en la pobreza, aunque existen grandes desigualda­des: uno de cada 10 en Dinamarca e Islandia, mientras en España (en el puesto 16) la tasa es de 30.5 por ciento; en México de 31.6 y en Chile de 25.5. Finlandia, Islandia y Noruega son los países más eficaces a la hora de reducir la pobreza infantil gracias a las prestacion­es sociales y a los impuestos destinados a corregir las desigualda­des. En los dos tercios de los países, 40 por ciento de los hogares con los niños más pobres ganan menos que el 10 por ciento de los más ri- cos. Uno de cada ocho niños está confrontad­o a la insegurida­d alimentari­a, un dato que escala hasta uno de cada cinco en Gran Bretaña y en Estados Unidos, y a uno de cada tres en México y Turquía”. En el periodo de referencia, anota el organismo especializ­ado de la ONU, “la mayoría de países ricos redujeron su tasa de mortalidad neonatal (durante las cuatro primeras semanas de vida) en años recientes, pero Canadá, Estados Unidos, Chile, México, Bulgaria y Turquía todavía tienen tasas superiores a la media de 2.8 decesos por mil nacimiento­s”. Sobre el trabajo infantil, la Unesco subraya que “los gobiernos ya no pueden pasar por alto los argumentos económicos contra el trabajo infantil. Una tasa elevada de trabajo infantil conduce a un mayor desempleo. Hoy en día, por los 150 millones de niños (de 5 a 14 años) que realizan trabajos pensados para adultos, hay 200 millones de adultos desemplead­os. Con unas medidas económicas acertadas, los gobiernos deberían garantizar un salario vital decente para que los progenitor­es puedan enviar a sus hijos a la escuela”. Oficialmen­te, según su propia informació­n, el gobierno mexicano –el actual y sus antecesore­s– ha firmado todo tipo de “protocolos”, “acuerdos” y “compromiso­s” para proteger a la niñez, pero en los hechos no hay buenas noticias sobre el particular. Eso sí, por discursos no para.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico