Ofensiva contra la comunidad LGBTI
La llegada del “autobús de la libertad” al país y las misivas enviadas al presidente Enrique Peña Nieto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), acciones promovidas por grupos conservadores representados por el Consejo Mexicano por la Familia, en las que expresan su rechazo a la “ideología de género, buscan satanizar a la población lesbiana, gay, bisexual, transgénero e intersexual (LGBTI)” y desinformar a la sociedad, coincidieron en señalar organizaciones en defensa de los derechos de esa comunidad.
Iván Tagle, director de la asociación civil Yaaj, dijo en entrevista que esas expresiones “únicamente reflejan la situación actual que vivimos respecto de intolerancia y conservadurismo que afecta derechos de personas y grupos vulnerados”.
El “autobús de la libertad” circula por calles de la Ciudad de México desde el pasado 14 de junio y, de acuerdo con el Consejo Mexicano por la Familia, lo que esta unidad “reclama es el derecho primario de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas”, y a negarse a que los niños “reciban cualquier tipo de educación que no esté sustentada en la ciencia y la razón”.
La ideología de género
En las cartas que han enviado a las dependencias citadas indican que la ideología de género “se impone desde el poder, no desde la evidencia científica. Niega la existencia de una configuración innata, donde el hombre y la mujer se encuentran conformados no sólo por una genitalidad, sino por toda una estructura sicológica y espiritual”.
En ese sentido, Gloria Careaga, de la Fundación Arcoiris, señaló que “es muy problemática la postura que esos grupos tienen. Ellos no quieren reconocer la construcción social que define los comportamientos y las representaciones o las expresiones que la sociedad tiene, sino fundados precisamente en la Biblia o en otros tipos de pensamientos asociados con las religiones plantean que todo es parte de la naturaleza”.
Para Alejandro Brito, de Letra S, esas expresiones y discursos son discriminatorios; sin embargo, consideró que “ya han sido muy superados”, por lo que su prédica no tendrá “ningún impacto”.
Pero, agregó, “puede tener un poder de chantaje con políticos, porque amenazan con que se van a movilizar, tomar acciones para orillar a los gobiernos a dar marcha atrás en muchos derechos”.