“Yo peleaba con honor; sin eso no hay boxeo”: Púas Olivares
vuelves a picar el ojo al Púas y te descalifico’”, bromea.
Cuando Púas recrea su versión del boxeo parece inevitable pensar en el contraste con la más reciente pelea entre los mexicanos Saúl Canelo Álvarez y Julio César Chávez junior, envuelta en el estruendo publicitario, las ganancias millonarias y la decepción generalizada. El Rey de la Bondojo no puede evitarlo. Para él, también a estos dos peleadores habría que enseñarles a boxear. Los considera malos en la técnica.
“No saben. Les falta entrega, honor. Canelo nunca le cerró las salidas a Julio; no lo hizo porque no sabe. Si yo hubiera sido, le cierro las salidas, lo meto a la esquina y de ahí no lo dejo salir: ¡pas pas!, hasta que se caiga”, sigue la cátedra.
“Pero es el boxeo que tenemos ahorita; les falta mucho. A la gente no le gusta y a mí tampoco. Antes, si la pelea no gustaba, el réferi les llamaba la atención cuando terminaba el episodio. Les decía: ‘o peleas bien o te bajo’, luego iba a la otra esquina y le decía al otro lo mismo; por eso había dos peleas emergentes, por si fallaban las estelares; hoy ya no hay eso, ya no hay”.
Bueno, se va el Púas risueño, ya no el veterano desconfiado que reclamaba un pago por entrevistas. Se va un setentón con una gran sonrisa que le abre paso; está contento con la vida que le dio el boxeo, aunque las ganancias se esfumaron al mejor estilo Púas.
“No quieren comprar un terrenito en Tepeji del Río. Está en un lugar precioso”, aprovecha para intentar hacer una venta antes de marcharse.
–¿Va a vender toda su memoria? ¿Es su pasado?
–A güevo; todo es dinero, cabrón. No pasa nada, aunque sea memoria, lo importante es el dinero, lo quiero y me gusta. Si alguien quiere mi cinturón, se lo vendo y yo hago la fiesta.