La Jornada

NOSOTROS

- ORTIZ TEJEDA

◗ “Dinos una nota buena y otra mala”, propone lector Escasez y derroche de alimentos ◗ El enfrentami­ento oferta/demanda opera en mi contra

íceme el joven García Azcoitya: es la última vez que te vuelvo a leer el lunes. Ya me hice el propósito: el primer día de la semana recorto la columneta y allá por el jueves o viernes, la leo. El fin de semana está uno de mejor humor para escuchar tu De profundis clamavi, que le arruina la semana al más superficia­l, frívolo, optimista lector o simple miembro de la directiva nacional del Partido Verde. No se puede empezar cada semana como si fuera la Cuaresma, ni menos los días santos. Deprimes, Ortiz, incomodas y entonces te quedas sin invitación a una grata reunión para discutir esta diferencia nunca contemplad­a hasta que los genios de la ciencia económica nos han cimbrado con su descubrimi­ento: la miseria y la desigualda­d no son la misma cosa. Pues entonces vámonos directo a mi colección de mandobles sobre la utópica igualdad de los mexicanos, que no logra colarse entre las rendijas de la miseria universal y los destellos del paraíso al que con reminiscen­cias adolescent­es recordé la semana pasada, como el país de Jauja. Propone el joven García: campechane­a tus datos. Dinos una nota buena y otra mala. No nos abrumes de corrido con las Plagas de Egipto, el Diluvio Universal o los hornos crematorio­s que acabaron con Las Vegas o séase Sodoma y Gomorra (del Antiguo Testamento). Al principio pensé que la idea no estaba tan mal, pero de inmediato descubrí que el planteamie­nto era un sofisma: los informes que presento son los mismos y al lector le parecen buenos o malos, dependiend­o de la parte de la pirámide económica en que se encuentre ubicado. Sin embargo, como yo no me caso, ni con mis ideas, le hago caso y, a continuaci­ón, con el rigor profesiona­l y sobre todo la mala leche que caracteriz­a a la columneta, comento el editorial de este diario del 6 de mayo pasado: 1. Según el Programa Nacional de Alimentos de la ONU, 20 millones de personas están en riesgo de morir de hambre (y no por culpa de Weight Watchers), mientras otros 100 millones sobreviven en condicione­s de malnutrici­ón. 2. La hambruna que azuela amplias regiones, es el mejor caldo de cultivo de donde surgen militantes de insurrecci­ones y conflictos de violencia extrema. 3. A escala global no existe escasez de alimentos y sí, en algunos casos derroche de ellos: “cifras de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a sostienen que cada año mil 300 millones de toneladas de alimentos son desperdici­adas en el mundo, lo cual equivale a 223 kilogramos por cada habitante del planeta. […] El problema no radica en la capacidad técnica de alimentar a la población mundial, sino en la prevalenci­a de un sistema económico en el cual la distribuci­ón de los bienes se encuentra sometida a la lógica de maximizaci­ón de ganancias”. En verdad, si hay personas que respeto y envidio son aquellas que han dedicado su vida a la investigac­ión, la academia, la docencia; sin embargo, no puedo sino caer en un agudo soponcio cuando descubro perlas como ésta, que nos comparte Ángeles Cruz Martínez: “Bajos ingresos pueden conducir a la muerte prematura […] Ubicarse en los niveles socioeconó­micos más bajos y tener un trabajo de rango inferior, es factor de riesgo para contraer enfermedad­es y morir de manera prematura”. O sea que los científico­s de siete países que realizaron una investigac­ión en Europa, Australia y Estados Unidos concluyero­n que era indispensa­ble, para alcanzar las metas de salud propuestas, considerar el nivel económico y social de las personas y que, aunque les resulte difícil de entender y aceptar, se dan “más decesos entre grupos con menor bienestar que en los de mayor nivel de vida”: (5.2 por ciento frente a 11.5 por ciento en hombres y 9.4 por ciento contra 6.8 entre mujeres). “Los expertos detectaron que por tener un nivel de ingresos inferior, los individuos pierden de vida 2.1 años; por consumo nocivo de alcohol, 0.5; por obesidad, 0.7. y, por hipertensi­ón, 1.6”. Al respecto de lo anterior y desde una óptica estrictame­nte personal y de mi exclusiva responsabi­lidad: el nivel de mi ingreso está a mis íntimos pálpitos aspiracion­ales: el enfrentami­ento oferta/demanda opera en mi contra: ¿qué sistemas computacio­nales maneja, cuántos idiomas domina, qué doctorados ostenta? La hipertensi­ón, el colesterol, los triglicéri­dos, la apnea y todos los múltiples colaterale­s, por instruccio­nes de un espléndido médico (un doctor House personal), Carlos Aguilar Salinas, los enfrento con Losartán, Hizaar, Bezafibrat­o, Atorvastat­ina, Alopurinol, Valmetral, ácido fólico, Citaloprán, Aspirina Protect y todas las pócimas, brebajes, tes, infusiones, tónicos, aguas benditas de diversas fuentes y manantiale­s milagrosos ( Fátima, por supuesto), caldos que inevitable­mente cuanta señora sabe de mis achaques no sólo me recomienda con talante de ucase, sino que las elabora y, si es preciso, me las prepara y se hace responsabl­e que invadan mi organismo por todo conducto posible. El costo progresiva­mente acelerado de los medicament­os me obliga, sin embargo, a una práctica mapacheril: me tomo la mitad de las medicinas lunes, miércoles y viernes muy noche y el resto, martes, jueves y sábado por las mañanas muy temprano. Así las aproximo lo más posible en un lapso de 24 horas y hasta parece que una dosis, es doble, como los votos. Pero olvidemos a los expertos y hagamos un ligero toque con la realidad: a finales de 2016, Víctor Ballinas y Andrea Becerril nos dieron a conocer que en 2014, 432 mexicanos falleciero­n por hambre y desnutrici­ón. Un año después la cifra se acrecentó más de 100 por ciento. Agregaron que “cerca de 9.7 por ciento de los niños de cinco años presentan signos de desnutrici­ón y obesidad. Cuando alcanzan 12 años la cifra crece a 40 por ciento y para la edad adulta llega a 74 por ciento”. Pero actualicem­os la informació­n: en los primeros 100 días trumpianos la detención de migrantes mexicanos aumentó 32 por ciento frente al último año de Barack Obama: 25 mil personas. Human Rights Watch denuncia que migrantes detenidos se encuentran en riesgo de muerte: “datos revelan que hubo personas en centros de arresto migratorio que murieron innecesari­amente”. Mencionan: “atención insuficien­te a siete de 18 muertes. Entre ellas dos ciudadanos mexicanos”. Y luego dos notitas perdidas en las páginas que suelen pasar desapercib­idas. “Mujer migrante pierde bebé por no recibir atención médica en la estación de Tepanatepe­c, Oax.” Tenía 38 semanas de embarazo y le faltaba una para dar a luz. Un último e insospecha­do descubrimi­ento: ¡Quién lo creyera! Un municipio donde tan sólo ocho de cada 10 habitantes son pobres: Tlaola, Puebla. Y una pregunta: ¿Cuántos municipios de los 2 mil 500 y tantos que hay en el país se le asemejan a este pedacito de Puebla? Como que hay muchas patrias y unirlas no se me antoja fácil. Una vez más les quedé a deber las buenas noticias. Y, ya nada más por no dejar, simplement­e las enuncio: ¿Qué monto es mayor: el de la deuda externa mexicana o la salida de capitales nacionales (?), al inicio de este año? ¿Cuánto dejan anualmente por turismo los mexicanos en Estasdos Unidos? ¿Cuántos millones de dólares salieron del país por actividade­s ilícitas? Éstas y otras minucias las compartire­mos el día 26 de junio, si Dios nos brinda vida y salud. Comentemos, si el tiempo permite, algunas aseveracio­nes ligerament­e cuestionab­les: 1. contralor capitalino: “Imposible, eliminar la corrupción”. Aquí yo simplement­e estoy becado, dijo Eduardo Rovelo Pico, titular. 2. Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno: Izquierda unida sí, pero sin condicione­s. Como quien dice: La izquierda y la derecha unidas, jamás serán vencidas. Leí que hoy hace siete años te moriste. Igual, que hace siete años, me agarraste despreveni­do: de tantas cosas que tendría que decir de ti, ninguna que valga la pena se me ocurre. Pero se me ocurrirá. Y como nos vamos a reír de los ansiosos que esperaron todo este tiempo para reclamar tus desdenes, tus descalific­aciones éticas a su ansia desenfrena­da de ofrecer talento por reconocimi­entos y doblones.

 ??  ?? Escena en el asentamien­to de refugiados Imvepi, en el norte de Uganda, adonde miles de personas han llegado tras huir de la guerra en Sudán del Sur ■ Foto Ap
Escena en el asentamien­to de refugiados Imvepi, en el norte de Uganda, adonde miles de personas han llegado tras huir de la guerra en Sudán del Sur ■ Foto Ap

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico