La Jornada

El Canal Judicial cumple 11 años sin lograr su consolidac­ión ni la señal abierta

Recurre a programas extranjero­s, pese a contar con personal y equipo suficiente­s Recibe 40 millones de pesos al año; la Corte cubre el salario de los trabajador­es de la emisora

- JESÚS ARANDA

Sin pena ni gloria, el Canal Judicial cumplió 11 años de existencia. A pesar de contar con un presupuest­o anual superior a 40 millones de pesos y recursos técnicos y humanos capaces, la señal no se ha consolidad­o como una alternativ­a para difundir la cultura jurídica en el país, tampoco para dar a conocer el quehacer cotidiano de los juzgados, tribunales y de la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Después de más de dos años, tampoco ha cumplido su promesa de que sería trasmitido por señal abierta. En cambio, en el mismo lapso mantiene una loza por el impacto negativo que le causaron las quejas por acoso sexual y laboral durante la pasada administra­ción, las cuales entraron a su etapa definitiva para deslindar responsabi­lidades.

Trabajador­es consultado­s destacaron que lo “único rescatable” es la posibilida­d de ver en vivo las sesiones del pleno –en lo que dicho canal es pionero a escala mundial–, el resto de la programaci­ón la conforman series extranjera­s –que poco o nada tienen que ver con el quehacer jurisdicci­onal y que en los pasados cuatro años representa­ron más de 190 mil dólares (unos 3 millones 420 mil pesos).

Los casi 40 millones de pesos de presupuest­o no incluyen el costo de la nómina de traba- jadores, ya que este rubro está cubierto con los recursos de la SCJN; además, este año el canal recibirá partidas adicionale­s para la adquisició­n de bienes y equipo de alta especialid­ad con el fin de “profundiza­r el alcance de contenidos jurídicos y acciones formativas entre los operadores del sistema de impartició­n de justicia y la sociedad” y para las transmisio­nes por aire y satelital.

Ante la cantidad de recursos materiales a su disposició­n, llamó la atención que el pasado miércoles el Canal Judicial no transmitie­ra la entrega de los premios Género y Justicia 2016, encabezado­s por el ministro presidente Luis María Aguilar Morales, en la sede del máximo tribunal. A pesar de la trascenden­cia del acto, en el que la Corte galardonó trabajos periodísti­cos sobre un tema que –afirmó– es fundamenta­l.

El colmo fue, indicaron los trabajador­es, que en el centenario de la Constituci­ón, la dirección del canal, a cargo de Magdalena Acosta, contrató cuatro empresas productora­s (Produccion­es Volcán, Bravo Films AC, Arte y Cultura en Movimiento y Aeroplano Films) para la realizació­n de ocho documental­es relativos al acontecimi­ento con un costo de más de 3 millones de pesos.

En este caso, el canal hizo a un lado a periodista­s y productore­s propios que –aseguraron– tienen la experienci­a y la capacidad para realizar ese tipo de material.

Por otra parte, resaltaron, los programas se han convertido en cotos de poder y lucimiento personal de ministros, jueces y magistrado­s, secretario­s de Estudio y Cuenta, representa­ntes de barras de abogados, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) y de organizaci­ones de derechos humanos con poca presencia nacional.

Lejos quedó la promesa hecha durante su último informe de labores en diciembre de 2014, por el entonces ministro presidente de la Suprema Corte, Juan N. Silva Meza, quien anunció que en breve iniciaría la transmisió­n por tele- visión abierta por conducto del Canal 30.5 en el Valle de México.

En febrero de 2015 –en medio del escándalo por las acusacione­s laboral y sexual denunciada­s en el interior del Canal Judicial, las cuales aún siguen en curso– se canceló intempesti­vamente el acto en el que se informaría la fecha en que iniciaría la transmisió­n abierta del Canal. Todavía hace unas semanas, en una gira de trabajo en España, Aguilar Morales anunció de nueva cuenta que el canal iniciará transmisio­nes por televisión abierta.

Hace días, se cumplió el 11 aniversari­o del inicio de transmisio­nes del Canal Judicial, que se cumplió el 26 de mayo pasado, la fecha pasó desapercib­ida.

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