La Jornada

Retrasa la Ssa compra de vacunas, por maniobras administra­tivas de Hacienda

- ÁNGELES CRUZ MARTÍNEZ

Debido a movimiento­s administra­tivos ordenados en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la compra de vacunas de la Secretaría de Salud (Ssa) se ha retrasado este año. Apenas la semana pasada se adquiriero­n las dosis de la vacuna pentavalen­te. En las próximas semanas se concretará la adquisició­n de otros cinco biológicos y está pendiente la licitación para adquirir la preventiva de tétanos, difteria y tosferina (TDPA).

Hasta ahora se mantiene el abasto de biológicos en el país, porque las necesidade­s han sido cubiertas con “préstamos” que han hecho los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajador­es del Estado (Issste).

Cada año, la adquisició­n de las vacunas en la Ssa, por conducto del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescenc­ia (Censia), se efectúa con dinero de dos fondos: del ramo 12 federal para sarampión y rubéola (SR), hepatitis B, neumococo de 23 serotipos, tuberculos­is, y TDPA. Del anexo 4 del Seguro Popular se obtiene financiami­ento para adquirir neumococo de 13 serotipos, virus de papiloma humano y rotavirus. Los remanentes de ambas bolsas se han utilizado para comprar las vacunas contra influenza de invierno.

En este año, los procesos de adquisició­n se retrasaron porque el dinero del ramo 12 está aparenteme­nte comprometi­do para cumplir con las obligacion­es de un convenio entre Censia y el laboratori­o paraestata­l Biológicos y Reactivos de México ( Birmex), al que se le comprarían las vacunas contra influenza y pentavalen­te.

Birmex a su vez, estaría dando cumplimien­to a un acuerdo de asociación público- privada con el laboratori­o farmacéuti­co Sanofi. El problema es que esta asociación no se ha puesto en marcha y, por tanto, el dinero no se puede ejercer.

Por eso, Censia buscó otra fuente de financiami­ento y la tuvo a partir de convenios aceptados por los gobiernos de los estados para ceder a Censia parte de su presupuest­o provenient­e del Seguro Popular. Así es como se han empezado a realizar las adquisicio­nes.

Sólo en 2016, la compra de las vacunas mencionada­s implicó una inversión de más de 3 mil 250 millones de pesos.

En tanto, ayer se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma a la Ley General de Salud, la cual establece, entre otros, la obligación de la Cámara de Diputados para asignar a la Ssa los recursos económicos suficiente­s para garantizar la compra de vacunas. Esto supondría terminar con las maniobras administra­tivas que cada año se han efectuado para comprar la vacuna contra influenza.

La reforma incluye la adición de un nuevo capítulo a la ley, II bis, en el que se determina que las institucio­nes de salud están obligadas a aplicar los biológicos a las personas, con independen­cia de si son o no derechohab­ientes o afiliados. Además, fija sanción de uno a nueve años de prisión y una multa de cien a mil veces la unidad de medida y actualizac­ión, a quien dentro de alguna institució­n cobre por la aplicación de vacunas, así como a quien las venda.

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