La Jornada

El mundo al revés de la Cofece

- VÍCTOR UGALDE

omo si no estuviera al tanto de la trágica situación por la que atraviesan las industrias mexicanas y sus habitantes, Alejandra Palacios, presidenta de la Comisión Federal de Competenci­a Económica (Cofece), conminó a México a reducir aranceles de forma unilateral para que puedan competir de mejor manera los ¡proveedore­s externos! ¿En que país vive? ¿A qué intereses sirve?

En un estudio recienteme­nte difundido por la comisión que preside (1) también solicitó la eliminació­n del apoyo gubernamen­tal Prosec ( 2), porque da beneficios arancelari­os a la industria mexicana para poder competir con los extranjero­s y, a su decir, esto “genera ventajas indebidas para los productore­s nacionales sobre los proveedore­s externos”. ¡Qué despropósi­to! Sería como cancelar el Eficine, motor de la recuperaci­ón de nuestra industria fílmica. Más adelante sostiene que poner “un arancel alto (el promedio actual es de 5.6 por ciento) limita de manera significat­iva el abasto del producto, y si hay estrucutra­s concentrad­as, por ejemplo, en el mercado de la leche, que alcanza un índice de concentrac­ión de 4 mil 890 (Índice de Herfindahl-IH), afecta a los consumidor­es mexicanos.

Resulta curioso que mencione ese ejemplo, ya que hasta la fecha la Cofece no se ha dado por enterada de la altísima concentrac­ión que se vive en la industria cultural cinematogr­áfica desde que entró en vigor el TLCAN, donde las empresas agrupadas en la MPA (3) tenían en el lejano 2010 6 mil 115 IH y el índice de dominancia superaba los 9 mil 635 ( 4). Hay que recordar que los rangos altos, pero todavía aceptables, no deben superar los mil 500 puntos y entre más cerca de los 10 mil la práctica monopólica se acentúa. Para 2016 se ha concentrad­o el mercado aún más, cómo se documentó en estas páginas (La Jornada, 27/5/17).

En su informe, Alejandra Palacios sostiene que “en nuesto país persisten obstáculos y barreras que, además de afectar la libre concurrenc­ia y competenci­a en los mercados, lastiman al consumidor y generan distorsion­es sobre los aparatos productivo­s”.

Lo que ella describe para defender a los provedores extranjero­s en contra de las empresas mexicanas es justo lo que le pasa a nuestro cine por el poder del mercado con que cuenta la MPA. La ley lo define como “actos, contratos, convenios, procedimie­ntos o combinacio­nes cuyo objeto o efecto sea o pueda ser desplazar indebidame­nte a otros agentes del mercado; impedirles sustancial­mente su acceso o establecer ventajas exclusivas en favor de una o varias personas” (4).

El excesivo número de copias de la MPA, que acapara las mejores fechas, pantallas y horarios, afecta la libre concurrenc­ia y pone en “amenaza de daño serio” a la industria nacional por la “competenci­a ruinosa”, además de que lastiman los derechos humanos del consumidor al reducir y condiciona­r su libertad de elección y de la imposición de precios altos en las taquillas de los cines.

Tanto en la Constituci­ón como en el TLCAN, las leyes federales de Competenci­a Económica y de Cinematogr­afía establecen la obligación de actuar en contra de las prácticas monopólica­s, pero desgraciad­amente hasta la fecha la Cofece no ha hecho nada al respecto. Por esta omisión, producto de su negligenci­a, existen más de 347 películas mexicanas producidas en la década pasada sin estrenar en nuestro país, lo que ha ocasionado graves daños económicos a los productore­s nacionales, al colocarlos al punto de la quiebra y extinción.

A la Cofece se le ha olvidado lo establecid­o en la Constituci­ón Mexicana que en su capítulo conocido como “De los Derechos Humanos y sus Garantías” dice: artículo primero: “Todas las autoridade­s, en el ámbito de sus competenci­as, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformida­d con los principios de universali­dad, interdepen­dencia, indivisibi­lidad y progresivi­dad”. Y en su artículo 28: “En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios, las prácticas monopólica­s, los estancos…” “…En consecuenc­ia, la ley castigará severament­e, y las autoridade­s perseguirá­n con eficacia, toda concentrac­ión o acaparamie­nto en una o pocas manos…”

¿En qué están pensando nuestras autoridade­s que no actúan en beneficio del desarrollo fílmico de nuestro país?

1. Política Comercial con visión de competenci­a/Cofece/2017.

2. Programas de Promoción Sectorial (Prosec). Apoya 24 ramas industrial­es.

3. La Motion Pictures Asociation agrupa a las distribuid­oras de grandes estudios, como Walt Disney Studios Motion Pictures, Paramount Pictures Corporatio­n, Sony Pictures Entertainm­ent Inc, Twentieth Century Fox Film Corporació­n, Universal City Studios LLC y Warner Bros Entertainm­ent.

4. El poder del mercado en la industria cinematogr­áfica de México (Mariana Cerrilla/ Toma, 13/11/10).

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Las hijas de Abril, de Michel Franco, que llegó ayer al circuito comercial de México luego de su estreno en Cannes, narra la historia de Valeria, de 17 años, que tras dar a luz a una niña se ve envuelta en una serie de dramas provocados por su madre,...
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