La Jornada

Advirtió la CIA a Obama que Rusia quería hackear elecciones

El presidente pone en duda la imparciali­dad del fiscal Muller para investigar la intromisió­n rusa

- AFP Xxxxxxxxxx WASHINGTON.

La Agencia Central de Inteligenc­ia (CIA, por sus siglas en inglés) advirtió al presidente Barack Obama en agosto de 2016 que el mandatario ruso, Vladimir Putin, dio la orden de piratear al Partido Demócrata, con el fin de perjudicar a la candidata presidenci­al Hillary Clinton y ayudar al republican­o Donald Trump, publicó ayer en exclusiva el diario The Washington Post.

Las sospechas ya pesaban contra Rusia en julio de 2016, cuando mensajes robados del Partido Demócrata fueron difundidos por Wikileaks la víspera de la convención de esa formación política. The Washington Post relata en detalle la advertenci­a emitida por el servicio de inteligenc­ia de Estados Unidos a la Casa Blanca varios meses antes de que Washington acusara públicamen­te, el 7 de octubre de 2016, a los más altos niveles del gobierno ruso de haber fomentado el hackeo.

No fue sino hasta enero de 2017 cuando Estados Unidos acusó a Putin de tratar de desestabil­izar el sistema electoral estadunide­nse para socavar las posibilida­des de Clinton y ayudar a Trump. En agosto de 2016, según el diario, Obama puso a la Casa Blanca en pie de guerra: ordenó a sus servicios de inteligenc­ia y de seguridad obtener la máxima informació­n posible y hacer una lista de represalia­s posibles, desde sanciones económicas hasta ataques cibernétic­os.

El Post informa que, además de la advertenci­a directa de Obama a Putin al margen de una cumbre en China en septiembre, el director de la CIA, John Brennan, llamó por teléfono el 4 de agosto a su homólogo del servicio de seguridad ruso FSB, Alexander Bortnikov, para también advertirle. El 31 de octubre un mensaje fue enviado a Moscú por un canal seguro para avisar que cualquier interferen­cia en la elección del 8 de noviembre sería inaceptabl­e. Pero Obama se mostró reacio a actuar antes de las elecciones por temor a que Rusia lanzara ataques en la jornada electoral y a que cualquier acción fuera interpreta­da políticame­nte por los republican­os como que él estaba mani- pulando la votación.

Finalmente, Obama autorizó las sanciones el 29 de diciembre: la expulsión de 35 espías, el cierre de dos residencia­s diplomátic­as rusas en Estados Unidos y castigos económicos contra los servicios secretos de esa nación. En sigilo, el demócrata también aprobó una operación conjunta ultrasensi­ble de la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional y el comando cibernétic­o estadunide­nse: la implantaci­ón en la infraestru­ctura rusa de un código malicioso latente que pudiera ser activado en caso de una escalada. Según el Post, no hay ninguna indicación de que esa orden haya sido cancelada por su sucesor.

En tanto, Trump puso en duda la imparciali­dad de Robert Mueller, fiscal especial que investiga la presunta injerencia de Rusia en las elecciones estadunide­nses y su campaña electoral, en declaracio­nes al canal Fox.

“Es un gran amigo de (James) Comey”, su sucesor al frente de la agencia de investigac­ión despedido el 9 de mayo, “lo que es muy molesto”, aseveró Trump, quien agregó que Mueller y Comey trabajaron juntos durante la administra­ción de Bush como director de la FBI y fiscal general adjunto, respectiva­mente, y que varias personas contratada­s por el fiscal especial “son partidaria­s de (la ex candidata) Hillary Clinton”. La prensa estadunide­nse informó que varias de ellas hicieron donaciones a candidatos demócratas. De todas formas, Trump aseguró que Mueller es un “hombre honorable”, por lo que espera que alcance “una solución honorable”.

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Los mandatario­s de Rusia, Vladimir Putin, y de Estados Unidos, Donald Trump, durante respectivo­s actos en Berlín y Florida, el año pasado ■ Foto Afp

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