Raíces de una visión renovada sobre el populismo
Laclau ha seguido minuciosamente a Gramsci, y en lo que hace a la práctica política sigue las luchas al interior del Partido Comunista Italiano (PCI) que enfrenta Palmiro Togliatti. Una tesis del dirigente italiano opera un cambio radical frente a la posición esencialista, al poner sobre la mesa el problema del mezzogiorno. Laclau había seguido a Gramsci también en su debate con Lenin, en el que Gramsci señalaba el inmenso abismo entre la Rusia zarista y los países industriales de Occidente, con su densa y compleja institucionalidad, a través de la cual se ejerce la hegemonía.
Togliatti ha seguido a Gramsci en ese debate, y con posterioridad –en los años 40 del siglo pasado–, termina por convencerse de que no habría cambio político sin el mezzogiorno, un vasto territorio no industrial subdesarrollado. El cambio es radical porque el PCI, como prácticamente todos los partidos comunistas, había vivido presa de la ortodoxia esencialista aludida.
El tema fue repensar el hecho de que el PCI, como todos los partidos comunistas, se asumían como el partido de los proletarios. Y entonces qué, preguntaba Togliatti, ¿nos olvidamos del mezzogiorno donde no hay clase trabajadora? Las cosas comenzaban a caminar en otro sentido. Es preciso hacer política con la gente que reivindica el derecho al agua, a la escuela, a la sanidad, que combate contra la mafia.
Era el debate del obrerismo vs. lo nacional popular