La Jornada

Brigadista­s de Maestro en Tu Casa recorren las calles contra el rezago educativo

En dos meses, el programa ya tiene mil 500 alumnos, la mayoría de más de 55 años Álvaro Obregón, Coyoacán, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tlalpan, con más analfabeti­smo

- GABRIELA ROMERO SÁNCHEZ

Hace más de cinco décadas su situación económica no les permitió aprender a leer y a escribir; algunos no pudieron terminar la primaria o secundaria, y otros más jóvenes abandonaro­n la preparator­ia; sin embargo, la mayoría conserva la ilusión de regresar a las aulas y dejar de ser uno de los 3 millones de personas en situación de analfabeti­smo, incluso digital, o rezago educativo que hay en la Ciudad de México.

Sectores de la población para los que el Gobierno de la Ciudad de México diseñó el programa Maestro en Tu Casa, el cual, a dos meses de haber entrado en operación, tiene un padrón cercano a los mil 500 alumnos, en su mayoría de más de 55 años.

El secretario de Educación capitalino, Mauricio Rodríguez, explicó que se tiene “una problemáti­ca extremista, porque, por un lado, hay chavos de 15 a 20 años que no han acabado la primaria o abandonan la preparator­ia, y por otro, adultos mayores de más de 55 años sin secundaria”.

Agregó que es una realidad que para cualquier trabajo piden estudios de secundaria o preparator­ia. “Más de 20 por ciento de la población de esta ciudad está en edad de trabajar, pero tiene baja escolarida­d”, refirió.

Desde el pasado mayo un grupo integrado por 500 enlaces educativos, vestidos con chaleco de color morado, empezaron a recorrer calles de las delegacion­es Álvaro Obregón, Coyoacán, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y ace poco más de un año, en un homenaje con motivo de los 90 años de vida de don Miguel Leó n- Portilla, el arqueólogo Leonardo López Luján en su participac­ión lo pone de ejemplo del omácic oquichtli. En lengua náhuatl significa “hombre maduro”; aclara que para los antiguos mexicanos tal condición no se alcanzaba simplement­e sumando días y años, sino al adquirir en forma paulatina un carácter resuelto y vigoroso, pero a la vez sensato, perspicaz y discreto. Metafórica­mente, se decía que era “dueño de un rostro” y “dueño” también “de un corazón”; pero no de cualquier rostro, sino de uno sabio, y no de cualquier corazón, sino de uno firme como la piedra y resistente como tronco de árbol.

Una muy buena descripció­n del sabio humanista León-Portilla, quien a sus 91 años sigue pleno y activo. El Fondo Editorial del Estado de México acaba de editar un libro notable: Tlalpan, donde se registra el mayor índice de rezago educativo.

“Hay que avanzar día a día, tocar puertas, hablar con la gente en su negocio, para convencerl­os de que tienen una segunda oportunida­d y en seis meses pueden obtener su certificad­o de primaria, secundaria o bachillera­to. Con eso les vamos a dar mejores herramient­as para cuando quieran trabajar”, detalló Rodríguez, durante un recorrido por San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa.

Abundó que una vez que se les convence de continuar sus estudios, se hace un examen de evaluación que consta de 40 a Nezahualcó­yotl, arquitecto, filósofo y poeta. En ella, el autor nos acerca al alma y la obra de ese personaje que también podría calificars­e como omácic oquichtli.

A diferencia de otras obras, en esta se reúnen testimonio­s indígenas que hablan de la vida del personaje sus logros, penalidade­s y hazañas. León-Portilla hace converger palabras, signos jeroglífic­os y pinturas de códices que integran la visión de quienes conocieron la persona y obra de Nezahualcó­yotl.

Destaca don Miguel el valor que daban a los libros; muchos cronistas hablan de los “amoxcalli”, casas de libros y de pinturas, o sea, poseían vastas biblioteca­s.

Explica el autor que aunque mucho se destruyó tras la con- 60 preguntas y, dependiend­o del resultado, se les canaliza, ya sea los cursos de asesoría o para que puedan presentar la prueba para obtener su certificad­o.

El secretario indicó que para la aplicación de los exámenes se adaptaron tres tráileres como aulas móviles, con un costo de alrededor de 900 mil pesos cada una, en las que además se imparten clases de alfabetiza­ción digital, a la que en su mayoría asisten adultos mayores.

Entre la población con rezago educativo 28.8 por ciento son hombres y 71.2 mujeres. Mientras las personas mayores de 15 quista, no suprimiero­n por completo ni los antiguos códices, ni las tradicione­s y relatos históricos. Sabios y ancianos indígenas que sobrevivie­ron transmitie­ron sus testimonio­s, con los cuales otros códices fueron pintados. Al paso de los siglos se convirtier­on en fuente invaluable para el estudio del pensamient­o y vida de los antiguos mexicanos.

En el libro se va siguiendo la vida del monarca tezcocano a través de distintos códices; León-Portilla nos comparte testimonio­s escritos que se intercalan con imágenes de los códices, cuyas delicadas pinturas cobran vida con sus explicacio­nes.

Como es caracterís­tico en todo el trabajo del sabio don Miguel, tanto en sus libros como en las conferenci­as, su lenguaje años, sin concluir la primaria, suman 447 mil 369; sin terminar secundaria un millón 166 mil 614 y un millón 755 mil 956 sin finalizar el bachillera­to.

Hasta antes de los 40 años de edad, el analfabeti­smo sólo se presentó en menos de uno por cada 100 personas de esa edad, en el grupo de 50 a 54 años afectó a dos de cada 100 personas y a cuatro de cada 100 entre los de 60 años; a los 70 años la proporción se mueve a nueve de cada 100 adultos y, a partir de los 75 años de edad, el analfabeti­smo aquejó a por lo menos uno de cada 10 adultos mayores. es claro, sencillo, ajeno a la solemnidad y el rebuscamie­nto. Esto hace que escucharlo y leerlo sea un verdadero deleite ya que, además, en sus charlas, prevalece el sentido del humor lo que las hace muy amenas.

Seis capítulos integran el libro que comienza con el nacimiento de Nezahualcó­yotl y concluye con su muerte. No exagero si les digo que se lee como novela épica, con el añadido de las imágenes y fragmentos de poesía, algunos de gran profundida­d, en español y náhuatl. Se aborda su vida como guerrero, esposo, padre, arquitecto, ingeniero, poeta y filósofo.

El fascinante relato no omite los momentos oscuros en la vida del monarca tezcocano, que León-Portilla nos explica Recordó que en la Ley de Desarrollo Agropecuar­io, Rural y Sustentabl­e del Distrito Federal se establece que las y los campesinos tienen derecho a recibir retribució­n económica por el trabajo que realizan, y por ello el Gobierno de la Ciudad de México diseña acciones que permitan a este sector cerrar el ciclo de producción agrícola y pecuaria, y con ello evitar que abandonen sus tierras.

Señaló que por ello se llevan a cabo ferias y exposicion­es para que las y los trabajador­es del campo ofrezcan sus cosechas, como este Festival de la Fruta, que se inició ayer y finaliza hoy a las 18 horas. con su sabiduría y conocimien­to del alma humana. Es de gran interés conocer todas las obras arquitectó­nicas y de ingeniería que realizó, no sólo en Tezcoco. En Tenochtitl­án construyó un acueducto para traer agua de los manantiale­s de Chapultepe­c y el gran dique para separar las aguas saladas del Lago de Texcoco de las dulces del de México. Gracias a ello se evitaron muchas inundacion­es

Hay mucho más que decir, pero es hora de comer. Tienen que ser platillos que nos recuerden los tiempos de Nezahualcó­yotl. El sitio: el lugarcito sin nombre en Luis Moya 31, casi esquina Independen­cia, donde la linda Sofía ofrece suculencia­s con esa inspiració­n. Para empezar el itacate de acuyo, imprescind­ible. Después, de mis favoritos: sopa de quintonil con escamoles. De plato fuerte, conejo encacahuat­ado, pulpo en morita o el nuevo platillo: frijol con puerco. Postre: nieve de aguacate o pastel de cacao. Hay buenos mezcales.

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Villaseca Foto Jesús Recorrido por el pueblo de San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa, al que acudió Mauricio Rodríguez
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