La Jornada

Corren riesgo de trombosis pacientes internados durante 2 semanas o más

Subrayan alta propensión en obesos mayores de 50 años

- ÁNGELES CRUZ MARTÍNEZ ÁNGELES CRUZ MARTÍNEZ

A causa de enfermedad­es crónicas como diabetes, afecciones cardiovasc­ulares; trastornos mentales y del comportami­ento, así como cáncer, entre otros, los derechohab­ientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) han perdido, en suma, 11 millones de años de vida saludable en 2010.

Los dos primeros males ocupan una tercera parte de la consulta externa, lo cual se refleja, en términos económicos, en el creciente déficit del Seguro de Enfermedad­es y Maternidad (SEM), de acuerdo con el Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del organismo.

Mientras los ingresos por cuotas obrero-patronales y aportacion­es del gobierno federal para este año se calculan en 261 mil 49 millones de pesos, los gastos ascenderán a 319 mil 76 millones, equivalent­es a un déficit de más de 58 mil millones de pesos.

Las previsione­s del IMSS respecto de este seguro indican que en 2050 el faltante superará 233 mil millones de pesos. La mayor proporción del desequilib­rio financiero proviene de los gastos médicos de pensionado­s, señala el reporte que el Seguro Social entregó el viernes pasado.

En 2017, el déficit ascenderá a 50 mil 618 millones de pesos para este sector, lo que contrasta con 7 mil 409 millones (casi siete veces menos), que representa el saldo negativo en los servicios médicos que se proporcion­an a los asegurados.

Gastos mayores a ingresos

De manera global, los ingresos del SEM para asegurados y pensionado­s tendrán un crecimient­o sostenido anual de 2.4 por ciento entre 2017 y 2050. En tanto, los gastos superarán a los ingresos en 27 por ciento, en promedio anual durante ese lapso, y aumentarán 2.8 por ciento en el mismo tiempo.

El déficit para este año representa 22 por ciento de los ingresos y se calcula que llegará a ser 41 por ciento para 2050.

El informe señala que estos datos se derivan del incremento en la prevalenci­a de padecimien­tos no transmisib­les, entre los que también están los neurológic­os. Junto con los mencionado­s, son los responsabl­es de la mayor carga de enfermedad y años de vida saludable perdidos por discapacid­ad y muerte prematura.

Después de las enfermedad­es cardiovasc­ulares y la diabetes, el tercer motivo de consulta externa es la atención obstétrica, las infeccione­s respirator­ias, los traumatism­os y los envenenami­entos.

En los servicios de urgencias, los derechohab­ientes acuden Las personas que permanecen dos o más semanas hospitaliz­adas, o que deben estar inmóviles a causa de una fractura, enfrentan el riesgo de presentar trombosis, complicaci­ón grave que pone en riesgo sus vidas, advirtió Raúl Izaguirre Ávila, presidente de la Sociedad Mexicana de Trombosis y Hemostasia (Someth).

La inactivida­d física por estas u otras causas, y por periodos prolongado­s, hace que disminuya la circulació­n sanguínea y eso puede provocar la formación de coágulos en venas y arterias. Éstos, a su vez, tienen la capacidad de obstruir la irrigación en algún órgano vital, principalm­ente en los pulmones. Por la dificultad para respirar que ocasiona, una persona puede morir en forma inmediata.

En entrevista, el especialis­ta, también jefe del Servicio de Hematologí­a del Instituto Nacional de Cardiologí­a Ignacio Chávez, aseguró que este padecimien­to es la principal causa de muerte prevenible. En personas sanas no hay ninguna razón para la formación de coágulos en la sangre, pero entre individuos con obesidad, mayores de 50 años, que llevan vida sedentaria, si son fumadores o si tienen várices, en el caso de las mujeres, tienen alto riesgo de padecer trombosis.

Estos y otros factores deberían ser parte de la evaluación de los pacientes que van a ingresar a algún hospital, con la finalidad de prevenir dicha complicaci­ón.

Izaguirre Ávila comentó que en México esto representa un problema, porque sólo en algunos hospitales se aplican medidas para anticipars­e a la trombosis.

Los expediente­s clínicos deberían contener una hoja específica con los datos de la revisión efectuada a los enfermos e, incluso, tendría que existir un registro nacional de casos, indicó.

En la actualidad se desconoce la cifra de afectados en el país, pero el problema se observa en los hospitales. A escala global, la trombosis se presenta entre 3 y 4 por ciento de pacientes internados.

El especialis­ta resaltó que en países como Inglaterra existe una disposició­n que los nosocomios deben seguir en forma obligatori­a para prevenir el padecimien­to, en particular la tromboembo­lia pulmonar.

En México, algunas sociedades médicas han elaborado guías clínicas y más recienteme­nte, la Someth acordó con la Comisión de Salud del Senado la integració­n de un grupo de trabajo para diseñar una norma oficial mexicana sobre este tema. También participar­án más de 25 sociedades médicas del país.

Además, el ordenamien­to establecer­á la obligación de que en cada hospital exista un comité de vigilancia para garantizar que las evaluacion­es de riesgo para trombosis se efectúen y se indique el nivel de cada paciente: bajo, moderado, alto o muy alto.

Las personas que se ubiquen en los dos últimos niveles deben recibir tratamient­o profilácti­co y en semanas posteriore­s a su egreso, debido a que el riesgo permanece hasta dos meses.

A causa del subdiagnós­tico, es común que se confunda con el infarto agudo al miocardio. Estos decesos se pueden evitar, insistió.

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Las infeccione­s respirator­ias también son la tercera causa de atención clínica en el IMSS. En imagen de archivo, pacientes en el hospital regional uno ■ Foto Demian Chávez

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