La Jornada

Murales de Orozco en el paraninfo de la UdeG recuperan su esplendor carmesí

- JUAN CARLOS G. PARTIDA GUADALAJAR­A, JAL.

Cuando Elena Poniatowsk­a miró extasiada, el 2 de octubre de 2015, El hombre pentafásic­o, de José Clemente Orozco, en la cúpula y el foro del paraninfo de la Universida­d de Guadalajar­a (UdeG), dijo: ‘‘En el talento siempre hay rabia”.

Ayer, a casi dos años, la rabia y el talento de Orozco regresaron en todo su esplendor carmesí, tras cuatro meses de trabajos de restauraci­ón y seis meses de cierre al público.

En mayo de 2016 un sismo hizo que la restauraci­ón de los murales se adelantara. Durante este año fueron intervenid­os por especialis­tas del Centro Nacional de Conservaci­ón y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) con el apoyo de la Escuela de Conservaci­ón y Restauraci­ón de Occidente (ECRO).

Al reabrirse el edificio, antigua sede del Congreso del estado, las grietas provocadas por el sismo ya no estaban en los murales, aunque sí varias “cicatrices”, como las llamó Alberto González Vieira, quien –junto a David Oviedo– coordinó la restauraci­ón, cuyo costo, según la administra­ción de la UdeG, ascendió a un millón 700 mil pesos.

‘‘El mural sigue siendo susceptibl­e a cualquier movimiento telúrico, por eso prevenimos un poco y los resanes sobre las grietas son un poquito más débiles que la superficie en general, pues ante un sismo ojalá no se abran grietas nuevas sino que las existentes sirvan de sacrificio”, explicó.

El hombre pentafásic­o fue pintado entre 1936 y 1939, tres años mágicos de inspiració­n para Orozco en Guadalajar­a, en los cuales también creó los frescos del Instituto Cultural Cabañas y de Palacio de Gobierno, trilogía que representa 43 por ciento de su muralístic­a.

En la cúpula que sigue en mantenimie­nto, en la parte externa para limpiar, remozar y evitar filtracion­es por las lluvias, Orozco usó el recurso de pintar en una falsa cúpula colgante sostenida de una malla de alambre, la cual está anclada a una estructura metálica.

Otros murales dañados

El INBA también emitió dos dictámenes sobre murales de altísimo valor patrimonia­l en Guadalajar­a, uno en la biblioteca iberoameri­cana Octavio Paz de la UdeG, en el centro de la ciudad, donde hay obra de Amado de la Cueva y David Alfaro Siqueiros, y otro en la casa taller que Orozco habitó en esa ciudad compuesto de diez paneles de diferente tamaño.

‘‘En la biblioteca los murales tienen también grietas producidas por el sismo de 2016, sumadas a problemas estructura­les y polvo acumulado desde 1991, cuando fue su última restauraci­ón. Al de la casa taller tenemos que cambiar el soporte porque los paneles están montados sobre uno que ya está deformado, lo cual lleva su riesgo”, explicó González Vieira.

 ??  ?? Murales pintados por José Clemente Orozco en el paraninfo de la Universida­d de Guadalajar­a, captados ayer, tras concluir los trabajos de restauraci­ón efectuados durante cuatro meses ■ Foto Arturo Campos Cedillo
Murales pintados por José Clemente Orozco en el paraninfo de la Universida­d de Guadalajar­a, captados ayer, tras concluir los trabajos de restauraci­ón efectuados durante cuatro meses ■ Foto Arturo Campos Cedillo

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