La Jornada

Bronce en el Mundial de futbol americano femenil demuestra potencial de mexicanas

La selecciona­da Iris Meza encontró en este deporte la fortaleza para superar el cáncer de tiroides

- ERENDIRA PALMA HERNÁNDEZ

El futbol americano femenil mexicano está de fiesta después de haber conseguido una medalla de bronce en el Mundial. No obstante, esa presea es el reflejo de una serie de esfuerzos que han realizado muchas jugadoras para impulsar un deporte que apenas comienza a ser visible en el mundo.

La primera liga femenil de futbol americano en México nació apenas hace 10 años y estaba integrada por cuatro equipos. Después de conseguir en 2012 el aval de la federación nacional, creció de manera exponencia­l y ahora están afiliados 22 clubes, organizado­s en cuatro divisiones, con 700 jugadoras, explicó Ixchel Rubio, fundadora de la liga FXF.

Las jugadoras que representa­ron a México forman parte de las dos únicas ligas amateurs federa- das que existen en el país: LexFa y FXF, esta última la más grande y longeva, pero que sólo tiene equipos en la Ciudad de México y área metropolit­ana.

Rubio se mostró impresiona­da con el logro que obtuvieron las jugadoras en el Mundial, sobre todo porque “en México todavía jugamos en la modalidad arena –8 contra 8– cuando en casi todos los países ya tienen partidos de 11 contra 11”.

Consideró que ya se demostró el potencial en este deporte, por lo que ahora el reto de la liga que dirige es extenderse a escala nacional y dar el salto a la modalidad 11 contra 11 para que las jugadores ganen experienci­a.

“Lo que pasó en el Mundial fue el efecto del pez en la pecera, que se cree grande pero cuando lo sueltan al mar se da cuenta de que es pequeño. Así es el futbol femenil americano de México. Es el momento de empezar a crecer, tenemos cuatro años antes del siguiente Mundial para crear una cultura deportiva”, afirmó.

La jugadora Ana Barbosa destacó que aunque el futbol femenil “no está en pañales, sí falta mucho por recorrer” y añadió que será importante crear semilleros para que el logró que consiguió el equipo nacional no se quedó sólo en una generación.

Detrás de cada una de las selecciona­das tricolor existe una historia de esfuerzo y perseveran­cia. Entre ellas destaca Iris Meza, quien enfrentó a los 20 años de edad un cáncer de tiroides y por medio del deporte encontró la fortaleza para mantenerse de pie. “El futbol americano me ayudó mucho para ganar la fuerza física y mental que necesitaba”, expresó.

“Viví un proceso muy doloro- so, las cirugías fueron muy agresivas, pero no me quedé en esa etapa, yo seguí con mi vida. Ahora la medalla de bronce es la culminació­n de un sueño de muchos años”, dijo.

Antes de jugar americano, Anjuli fue portera de la selección mexicana de futbol soccer bajo el mando de Leonardo Cuéllar. Detalló que dejó el combinado nacional por diferencia­s con el entrenador y decidió enfocarse en el americano.

Anjuli estuvo a punto de no participar en el Mundial de Futbol Americano ya que hace siete meses fue operada de la vesícula. Prácticame­nte estaba fuera del equipo, pero los coach le hablaron de último momento para que se integrara a la selección.

Ladrón hará una pausa en su carrera en el americano, pues defenderá los colores de las Xolas de Tijuana con la Liga Mx Femenil.

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